Vail, el paraíso del outdoor.


Vail. Junto con Aspen seguramente será la estación de esquí más conocida de los Estados Unidos y uno de los mayores dominios esquiables. En cuanto comienza a nevar, algo que sucede muy pronto y se alarga muchos meses, se convierte en sitio de reunión del pijerío yankee y también mundial. Por aquí tienen casas y ranchos Antonio Banderas, Luis Miguel, Kevin Costner, Jack Nicholson... En Vail se mató el Duque de Cádiz y por aquí venía también a esquiar el amigo Bárcenas antes de tener las vacaciones pagadas a la sombra.

Pero además de todo esto, cuando llega la primavera y el buen tiempo Vail se convierte en un lugar a 2.600 metros de altura con kilómetros y kilómetros de senderos marcados para correr por la montaña. Con otros tantos para recorrer en BTT. Y más senderos para practicar también descenso de mountain bike para todos los niveles. Y, por supuesto, caminos y caminos para andar. A 2600 metros o hasta en cota 3200.



Marcados y señalizados perfectamente, destacando que cada uno es para lo que es. En los de descenso en BTT no se puede bajar ni subir corriendo y en estos no pueden entrar las bicis. Y todo el mundo lo respeta.

Naturaleza en estado puro, donde una mañana al salir del hotel para entrenar puedes encontrarte con una familia de alces que se ha adentrado en el pueblo. O donde montar en bici a veces llega a convertirse en deporte de riesgo por la cantidad de ardillas a esquivar en los caminos. 

Un paraíso para practicar todo tipo de deportes al aire libre. Trekking, BTT, trailrunning, parapente, rafting, kayak..



Un pueblo que es la meca de la BTT en el que se ven Cannondales y Canyons aparcadas durante días enteros sin ningún candando ni elemento de seguridad. Y que nadie se lleva. Donde la gente se olvida el Iphone en la parada del autobús, regresa a las dos horas y el teléfono sigue estando en el mismo sitio. Con wifi gratuita para toda la localidad y con autobuses híbridos de acceso libre para trasladarte donde quieras. Un sitio que sí, que parece de mentira.

Y aunque parezca mentira, un pueblo que sólo tiene cincuenta años de historia. Porque los americanos son así. En 1962 allí no había nada y a alguien se le ocurrió crear un pueblo a imagen y semejanza de los de los Alpes austriacos. El año pasado celebró su medio siglo de vida y en el 2015 se celebrarán allí los campeonatos del mundo de ski

Una zona para volver, si no estuviera tan lejos.









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