Ya sé que es una pregunta retórica, y que tiene respuesta, pero no me resisto a hacerla. ¿Por qué si estoy entrenando casi la mitad de kilómetros a la semana que hace un mes termino cada entrenamiento como si me hubiera pasado una apisonadora por encima?
Tras la última semana de agosto, la de vuelta a los entrenamientos después de los días de descanso, la anterior y esta han sido específicas de preparación para los 42 Kms. Bueno, todo lo específicas que pueden ser con un plan sin plan establecido claro. Los rodajes largos los sigo haciendo por el monte y con zapas de trail, que sólo abandono los miércoles para hacer series. Eso sí, he dejado atrás los desniveles y los terrenos técnicos cambiándolos solo por caminos, pistas y algún tramo de carretera.
Después de casi tres años sin entrenar específicamente el asfalto, lo cierto es que me está costando bastante la asimilación. Vamos, que cada día cuando termino me duele todo cuando antes casi nunca me molestaba nada. Las rodillas, los isquios, las plantas de los pies, las tibias... :)
Similar los sudores para hacer unos ritmos decentes. Acostumbrado al modo tractor de los 6'/Kms, a andar en las subidas y a pararse a beber tranquilamente, eso de mantener un ritmo sostenido durante muchos kilómetros se me hace muy cuesta arriba. Sin ir más lejos, después de 2h y 28 Kms el viernes pasado quedé para el arrastre.
Desde mi punto de vista, y aunque a veces como termino los entrenamientos muy pronto da la sensación de que he hecho poco, la preparación del maratón y la carrera en sí me parece mucho más dura que un trail. Eso de estar corriendo tres horas a piñón ¡¡sin parar en los avituallamientos!! :) es mucho tomate. Los recuerdos que tengo de los dos anteriores es estar la semana siguiente muy tocado muscularmente, mucho más que después de cualquier carrera de montaña.
Pero por otro lado me está divirtiendo modificar los hábitos de entrenamiento. Aunque las series se me siguen haciendo difíciles de digerir, creo que antes era peor. Me gusta entrenar por sitios diferentes, recorrer el perímetro de la Base, seguir la línea blanca del arcén de la carretera... No sé, son sensaciones distintas que la verdad es que me están llenando bastante, con ilusión y ganas. Y joder, que al final el maratón es la distancia mítica.
Bueno, que realmente sólo faltan ya dos semanas, que no pueden ser tan duras y después volveremos a lo de siempre y a pensar en Collserola.
Tras la última semana de agosto, la de vuelta a los entrenamientos después de los días de descanso, la anterior y esta han sido específicas de preparación para los 42 Kms. Bueno, todo lo específicas que pueden ser con un plan sin plan establecido claro. Los rodajes largos los sigo haciendo por el monte y con zapas de trail, que sólo abandono los miércoles para hacer series. Eso sí, he dejado atrás los desniveles y los terrenos técnicos cambiándolos solo por caminos, pistas y algún tramo de carretera.
Después de casi tres años sin entrenar específicamente el asfalto, lo cierto es que me está costando bastante la asimilación. Vamos, que cada día cuando termino me duele todo cuando antes casi nunca me molestaba nada. Las rodillas, los isquios, las plantas de los pies, las tibias... :)
Similar los sudores para hacer unos ritmos decentes. Acostumbrado al modo tractor de los 6'/Kms, a andar en las subidas y a pararse a beber tranquilamente, eso de mantener un ritmo sostenido durante muchos kilómetros se me hace muy cuesta arriba. Sin ir más lejos, después de 2h y 28 Kms el viernes pasado quedé para el arrastre.
Desde mi punto de vista, y aunque a veces como termino los entrenamientos muy pronto da la sensación de que he hecho poco, la preparación del maratón y la carrera en sí me parece mucho más dura que un trail. Eso de estar corriendo tres horas a piñón ¡¡sin parar en los avituallamientos!! :) es mucho tomate. Los recuerdos que tengo de los dos anteriores es estar la semana siguiente muy tocado muscularmente, mucho más que después de cualquier carrera de montaña.
Pero por otro lado me está divirtiendo modificar los hábitos de entrenamiento. Aunque las series se me siguen haciendo difíciles de digerir, creo que antes era peor. Me gusta entrenar por sitios diferentes, recorrer el perímetro de la Base, seguir la línea blanca del arcén de la carretera... No sé, son sensaciones distintas que la verdad es que me están llenando bastante, con ilusión y ganas. Y joder, que al final el maratón es la distancia mítica.
Bueno, que realmente sólo faltan ya dos semanas, que no pueden ser tan duras y después volveremos a lo de siempre y a pensar en Collserola.
A mi me pasa igual y le cuento a la gente que se me hace mas duro 2 horas de asfalto q 6 de monte y me miran como si estuviera loco jeje.animo que solo son 15 dias.yo ire al de valencia asi que aun estoy con la montaña
ResponderEliminarA mi me pasa igual y le cuento a la gente que se me hace mas duro 2 horas de asfalto q 6 de monte y me miran como si estuviera loco jeje.animo que solo son 15 dias.yo ire al de valencia asi que aun estoy con la montaña
ResponderEliminarpues a la ciudad, pesaos con vuestros tiempos y ritmos y rollos...
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