Hubo que esperar mucho tiempo hasta que Zaragoza tuvo su maratón. Años de iniciativas, rumores, bulos, inocentadas los 28 de diciembre... pero nada se concretaba. Tuvo que llegar la elección de Zaragoza como sede de la Expo 2008 para que, por fin, la línea azul que marca los 42,195 Kms se pintara en las calles.
La primera edición de las dos que se celebraron al amparo de la Expo fue en el 2007. Aunque con visos de continuidad lo cierto es que, yo el primero, no se le auguraba un futuro muy longevo. A ver, Zaragoza no es precisamente la alegría de la huerta en lo que se refiere a animación en las carreras. La gente no suele echarse a la calle a animar salvo en puntos muy concretos. Vamos, que no es un evento que mueva masas a excepción de los que corremos y sus correspondientes amigos y familiares.
A lo anterior le añadimos las dificultades para conseguir un recorrido estable en estos años. Las obras que nos han asediado por una causa u otra, sobre todo la construcción del trazado del tranvía han hecho complicado conseguir un recorrido decente cada año y, lo que es más importante, que no varíe de una edición a otra.
Las fechas tampoco ayudaban. Primero se buscaron las semanas finales de noviembre, pero la cercanía con otros maratones más consolidados y con esa climatología tan especial que tenemos por aquí se decidió moverlo a la actual, finales de septiembre. A pesar de que por lo general no gusta mucho preparar un maratón con los calores del verano, y que un día de perros también te puede salir un 29 de septiembre, creo que la decisión fue muy acertada.
La primera edición de las dos que se celebraron al amparo de la Expo fue en el 2007. Aunque con visos de continuidad lo cierto es que, yo el primero, no se le auguraba un futuro muy longevo. A ver, Zaragoza no es precisamente la alegría de la huerta en lo que se refiere a animación en las carreras. La gente no suele echarse a la calle a animar salvo en puntos muy concretos. Vamos, que no es un evento que mueva masas a excepción de los que corremos y sus correspondientes amigos y familiares.
A lo anterior le añadimos las dificultades para conseguir un recorrido estable en estos años. Las obras que nos han asediado por una causa u otra, sobre todo la construcción del trazado del tranvía han hecho complicado conseguir un recorrido decente cada año y, lo que es más importante, que no varíe de una edición a otra.
Las fechas tampoco ayudaban. Primero se buscaron las semanas finales de noviembre, pero la cercanía con otros maratones más consolidados y con esa climatología tan especial que tenemos por aquí se decidió moverlo a la actual, finales de septiembre. A pesar de que por lo general no gusta mucho preparar un maratón con los calores del verano, y que un día de perros también te puede salir un 29 de septiembre, creo que la decisión fue muy acertada.
La del próximo domingo será pues la séptima edición, viendo como por fin se ha consolidado un maratón en Zaragoza. Organizado por el club Running ZGZ se esperan más de mil participantes con alguna curiosidad, como que todas las liebres serán mujeres.
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