TBCI 2014. Así fue la Trail Bajada del Canal Imperial.


Ni fue tan dura como pensábamos ni tan épica como imaginábamos. El viento, el frío y la lluvia se pusieron de acuerdo para pasar la noche del viernes en sitios mejores y se apiadaron de nosotros. Porque si llega a soplar el cierzo como lo hizo hasta bien entrada la tarde o hubiera llovido como lo hacía a mediodía en Zaragoza, la TBCI se habría hecho muy larga. Aun con todo y a pesar de ser completamente llanos, 78 Kms sigue siendo una distancia respetable. Más todavía porque, como comentábamos mientras avanzábamos entre la luz de nuestros frontales, el terreno no te permite ningún descanso. Ni un repecho donde descansar las piernas, ni una subida para aminorar el ritmo o un descenso para coger impulso. El descanso te lo impones tú: corres o andas, pero es tu decisión. El terreno no te va a decir cuándo debes hacerlo.


17 trailers en la estación más dos incorporados en Gallur llegamos poco antes de las diez de la noche a Ribaforada. El paseo desde la estación hasta el puente que atraviesa el Canal Imperial, auguraba una noche fresca, temor que conforme avanzaban los kilómetros se iba disipando, a la vez que la fuerza del cierzo. Eran las 22h19 cuando nos poníamos en marcha. Comenzaba la TBCI 2014.


Los primeros kilómetros, como siempre en este tipo de carreras, son para buscar sensaciones. Acoplarse al ritmo bueno, ese que no te hace ir ni muy deprisa ni muy despacio, el que te hace avanzar cómodamente. Conversaciones con los compañeros de viaje. Cuánto tardaremos, cómo irá la noche, planes de futuras carreras y crónicas de batallas pasadas. Son fáciles los primeros compases. Vas fresco y la única preocupación es no pensar en lo que tienes por delante. Para mi la primera parte siempre es la más complicada. Se me hace cuesta arriba saber que pasarán muchas horas hasta que llegues a tu destino. Por eso, una vez que se llega a la mitad del recorrido todo es siempre más fácil, aunque estés más cansado. Es el momento en el que comienzas a restar.

Pasamos el primer 10k en 1h04'. Algo más lento de lo que había calculado, pero dentro de ese ritmo ultra que intento memorizar siempre en las carreras largas. El "ritmo Amalio", el de los 6'/Km que aprendí en la Madrid Segovia del 2010. No siento la alegría en las piernas de otras veces. No voy cómodo del todo y me da que esto se va a hacer bastante eterno. En el k13 pasamos el límite regional y entramos en Aragón. Llevamos 1h20' de TBCI.

Poco a poco, hablando con uno y otro, los kilómetros van pasando. Con reagrupamientos forzados del grupo. Este año vamos más separados que el pasado, más estirado, y aunque está bien que cada uno lleve su ritmo, es interesante permanece lo más juntos posible. No olvidemos que esto no es una carrera, aunque desde luego llevar un coche de apoyo cerrando el pelotón es un salvavidas importante.

En el kilómetro 24 llegamos al primer tercio de carrera. 2h25' hemos tardado en llegar a Gallur. Tiempo muerto para recuperar fuerzas, comer algo y rellenar agua en la fuente. Sin parar demasiado, porque aunque la noche es perfecta, en cuanto paras unos minutos te quedas frío rápidamente.


Primer tercio, segundo tercio y meta. Inconscientemente, el cuerpo se pone pequeñas metas y la primera ya estaba superada. Ahora había que llegar a la segunda, la del kilómetro 53 en Pinseque y para la que había que superar 28 Kms, con el aliciente por medio de las Murallas de Grisén. 

Lo que cuesta llegar allí no es poco. Son las horas en las que llegar a cada mojón que marca los kilómetros se hace eterno. Para que se estiren. Kilómetros que recorro en solitario, acompañado ahora ya sí de la música del Ipod. Un estirón que lleva a completar el maratón. 42 Kms y 4h50. Cinco más y las murallas de Grisén. El único tramo complicado entre comillas. Casi dos kilómetros por una estrecha franja de un metro de ancho que salva el desnivel del Canal con el río Jalón. Desde aquí hasta Pinseque llegan los peores momentos. Las piernas no van, en el estómago no entra nada y lo único que quieres es llegar cuanto antes a la base de vida. Afortunadamente el avituallamiento lo han montado nada más llegar a Pinseque y ver el coche Raúl con Coca Cola, Conguitos, frutos secos, gominolas y agua es como una banquete de boda. No pensaba llegar tan justito a este punto.



A veces resulta increíble la recuperación del cuerpo. Descansar un poco, comer algo que entre por los ojos y a dar caña de nuevo. A estas alturas ya había formado grupo con Miquel. Más o menos lo estábamos pasando igual de mal.  Al salir de Pinseque, y para afrontar el último tercio, se nos unieron como pacers de lujo Raúl y José Luis. Gracias a ellos, que nos llevaron en volandas, los 26 Kms finales pasaron mucho más rápidos de lo que imaginábamos antes de llegar al avituallamiento. Viendo amanecer, atravesando ya las zonas conocidas de la Base Aérea y del Aeropuerto, cada vez la meta estaba más cerca. Finalmente, 9h31' y 78 Kms después de salir de Ribaforada llegábamos al final del trayecto.

Con la sensación de haber cumplido el objetivo, pero sin el peso de llevar un dorsal pinchado. Con las risas del campamento gitano que nos encontramos al poco de comenzar, con sus burros y caballos. Ese coche a toda velocidad en dirección contraria que a saber dónde iría o esa rave que se escuchaba cuando llegábamos a Zaragoza. Momentos irrepetibles, por que nueve horas y de noche dan para mucho.


Que por cierto, para llevar despiertos desde las 6 de la mañana del día anterior, haber pasado la noche en vela y recorrer 78 Kms no teníamos mala cara.


Gracias a todos los que participaron, a los que colaboraron de una manera u otra en echar una mano y a los sponsors que se unieron, la 2ª TBCI salió bastante bien. Esperamos que el año que viene haya una tercera edición.

Los Trailrunners:
Lurdes
Antonio
Patxi
David
José Manuel
Miquel
Manuel
Dionisio
Jesús
Enrique
Jesús
Jasiek
Alfredo
Jaime
Alfonso

El Biker de apoyo:
Miguel Angel

Los conductores del coche escoba:
Alberto
Victoriano

Los avituallmientos de Pinseque y Casablanca:
Raúl
José Luis
Jesús

El fotógrafo:
Joey

La intendencia en salida y llegada:
David 
Alfonso 
Javier


¿Nos vemos en marzo del 2015?

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