Sportvicious es un proyecto que nació en el 2010 como una plataforma para compartir información y noticias deportivas de todo tipo. Crónicas tanto de deportistas populares como de PROS y sin cerrarse a ninguna disciplina. Running, trail, triatlón, natación... El proyecto evolucionó, amplió los temas de la web y lanzó en el verano del 2012 una revista digital bimensual. El mismo concepto pero de una forma más visual, con excelente calidad gráfica, y para leer en cualquier formato electrónico.
Todos los números se abren con un editorial. Para el último número me pidieron que lo escribiera. Este es:
CITIUS,
ALTIUS, FORTIUS.
Más rápido, más alto, más fuerte. El lema de los
Juegos Olímpicos, en este año de Olimpiadas, también es aplicable al deporte
popular.
Aunque una parte de nosotros ha tenido relación con
el deporte desde pequeños, la mayoría llegamos a su práctica a partir de una
cierta edad, por unos u otros motivos. Sea para perder peso, para estar en
forma o simplemente por disponer de nuestro propio tiempo. Comenzamos bajando a
correr por el parque de al lado de casa, con unas zapatillas cualquiera que
tenemos en el armario o ponemos a punto esa bicicleta que nos regalaron y que
nunca hemos llegado a utilizar más de dos veces. Primero cinco minutos, después
diez, más adelante alargamos media hora… hasta que vemos en el cristal de un
bar un cartel que anuncia la carrera popular de las fiestas del barrio. Nos
apuntamos, corremos, cruzamos la línea de meta y nos invade una gran
satisfacción. Nos hemos enganchado.
Después de bautizarnos en una distancia corta llega
el 10k o la media maratón para unos, el triatlón olímpico para otros y la
primera carrera de montaña para el resto. Nuestro cuerpo, pero sobre todo
nuestra mente, cada día pide más.
Gente que opta por más esfuerzo, más distancia, más
tiempo durante el que disfrutar del deporte que nos ha enganchado
definitivamente. Evolucionan hacia al maratón, los ultras de montaña, el
Ironman. Dejan de pensar en distancia para hablar de horas de entrenamiento.
Otros se decantan por la lucha contra el cronómetro. Mejorar su marca, bajar
unos segundos en el próximo diez mil o atacar ese subXX del maratón. Correr más
deprisa.
Pero, de una forma u otra, todos buscamos superar
nuestros límites. Es más importante la lucha con nosotros mismos que con el
atleta que corre a nuestra par. Mejorar día a día. Demostrarnos que somos
capaces de superar el siguiente reto. De buscar cada vez una meta nueva. De
llevar nuestro límite un poquito más lejos.
¿Por qué el deporte nos llena tanto? Nos hace sentir
bien interiormente. Nos permite conocernos mucho mejor. Incluso modifica
nuestra forma de actuar. Los participantes en pruebas de larga distancia nos
volvemos más pacientes, aplicamos esa gestión que hacemos de las horas de
competición a la vida cotidiana. En definitiva, luchar por llegar a nuestro
límite hace que nos sintamos mejor en todas las facetas de la vida.
Citius, altius, fortius. Más rápido, más lejos, más
duro. La lucha por subir un peldaño más pero sobre todo el esfuerzo por
conseguir nuestras propias metas.
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