Cuando decidimos participar en una carrera, casi siempre esa decisión viene motivada por algo. Una distancia, un país, un objetivo... Está claro que nadie se va a correr a 8.000 kilómetros de distancia si no hay algo que le llame especialmente de ese lugar. En mi caso, la decisión de ir a Leadville obedece a un doble motivo, aunque quizás debería decir triple: la fascinación que siempre he sentido por el Oeste Americano por un lado y la influencia del libro "Nacidos para Correr" por otro. Y el Pikes Peak.
Desde crío me han encantado las películas del oeste, la atmósfera que las rodea y sus personajes. Los indios, los cowboys, el Séptimo de Caballería, las inmensas praderas, los buscadores de oro, los pioneros, los exploradores, los duelos al amanecer, los asaltos a los bancos, los sepultureros que aparecen tras el ahorcamiento del malo en la plaza o el Sheriff (quién no ha tenido de pequeño una chapita de defensor de la ley) que se esforzaba por mantener el orden. "Bailando con Lobos", sin ir más lejos es mi película preferida, esa que no te cansas nunca de ver aunque la repitan una y otra vez por la tele.
Leadville era "la ciudad más salvaje del lejano oeste", y reunía uno por uno todos los estereotipos de aquella época. Por sus calles pasaron forajidos de leyenda como Jesse James o Doc Holliday atraídos por la fiebre del oro y los asaltos a las diligencias que pasaban por las cercanías en la ruta hacia San Francisco. Los yacimientos de oro (Oro city era como se le conocía) y plata hicieron que en su calles se pudiera encontrar todo tipo de gente de esa que estamos acostumbrados a ver en las películas del Oeste. Incluso Buffalo Bill pasó por aquí, falleciendo en la cercana Denver. Wyatt Earp, el famoso sheriff del duelo de O.K. Corral llegó hasta aqui para consumar su venganza tras el tiroteo.
Si vemos fotografías de la actualidad, todavía conserva todo el saber añejo y da la impresión de que en cualquier momento un carro tirado por caballos vaya a aparecer entre caminos polvorientos. Todavía quedan salones que se mantienen casi igual que hace 150 años, minas abandonadas y viejas construcciones de buscadores de oro y mineral. La ciudad ha sabido mantener las edificaciones de aquella época y la visita a sus calles se convierte en un viaje a los años del Far West que tanto me gustan. Participar en las 100 millas es una excusa perfecta para sumergirme en ese ambiente.
Desde crío me han encantado las películas del oeste, la atmósfera que las rodea y sus personajes. Los indios, los cowboys, el Séptimo de Caballería, las inmensas praderas, los buscadores de oro, los pioneros, los exploradores, los duelos al amanecer, los asaltos a los bancos, los sepultureros que aparecen tras el ahorcamiento del malo en la plaza o el Sheriff (quién no ha tenido de pequeño una chapita de defensor de la ley) que se esforzaba por mantener el orden. "Bailando con Lobos", sin ir más lejos es mi película preferida, esa que no te cansas nunca de ver aunque la repitan una y otra vez por la tele.
Leadville era "la ciudad más salvaje del lejano oeste", y reunía uno por uno todos los estereotipos de aquella época. Por sus calles pasaron forajidos de leyenda como Jesse James o Doc Holliday atraídos por la fiebre del oro y los asaltos a las diligencias que pasaban por las cercanías en la ruta hacia San Francisco. Los yacimientos de oro (Oro city era como se le conocía) y plata hicieron que en su calles se pudiera encontrar todo tipo de gente de esa que estamos acostumbrados a ver en las películas del Oeste. Incluso Buffalo Bill pasó por aquí, falleciendo en la cercana Denver. Wyatt Earp, el famoso sheriff del duelo de O.K. Corral llegó hasta aqui para consumar su venganza tras el tiroteo.
Si vemos fotografías de la actualidad, todavía conserva todo el saber añejo y da la impresión de que en cualquier momento un carro tirado por caballos vaya a aparecer entre caminos polvorientos. Todavía quedan salones que se mantienen casi igual que hace 150 años, minas abandonadas y viejas construcciones de buscadores de oro y mineral. La ciudad ha sabido mantener las edificaciones de aquella época y la visita a sus calles se convierte en un viaje a los años del Far West que tanto me gustan. Participar en las 100 millas es una excusa perfecta para sumergirme en ese ambiente.
45' de elíptica ayer por la tarde para empezar la semana, viendo un reportaje de Calleja en el ordenador. Hoy con este "agradable" día que hemos tenido para entrenar, 2h14' de monte que han dado para 15 millas, llegando a la oficina rebozado de barro cual croqueta y con las manos heladas. Agudo de mi, he salido con guantes de lana.
EQU: TNF Single Track II / Altus Clark + Altus Bora + interior Nike / Pantalón Sport Zone
Te veo participando tambien en las muy castizas "Burro Races" de la tierra una vez llegues y aclimates. No hay h.... ;)
ResponderEliminarQue no es coña, eh? deporte rural tan serio para los de Villaplomo como los aizkolaris para un guiputxi. http://www.leadvilleboomdays.com/display.ihtml?id=102&step=2
ResponderEliminarYa lo sé ya, la pena es que llegamos el 7 de agosto y terminan el 4...
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