Maratón de San Sebastián. Race report. Hay días en los que, sin saber muy bien por qué, todo sale bien.


Un maratón, normalmente, es un objetivo de meses. Una fecha en el calendario marcada en rojo y semanas de series, rodajes y ritmos buscando un tiempo determinado. El Maratón de San Sebastián apareció en mi calendario el 10 de noviembre, justo quince días antes, gracias a Powerbar. Habían pasado cuatro años desde mi último maratón y, aunque el cuerpo está acostumbrado a recorrer grandes distancias en la montaña, lo de los ritmos rápidos (lo que viene a ser por debajo de 5') estaba bastante olvidado. Así que tenía dos semanas para ponerme a tono y buscar un objetivo realista, que no era otro que rondar las 3h40', con suerte, las 3h30 y, sobre todo, no andar. Unos consejos express de Lluis Capdevila y altas dosis de esa motivación que andaba perdida eran los ingredientes de la receta. Con ganas, con confianza y sobre todo con el convencimiento de disfrutar nos plantamos en San Sebastián.

Hay días en los que, sin saber muy bien por qué, te levantas y sientes que todo va a ir bien. Un maratón es muy puto. Se tiene que alinear todo lo que debe ir bien y, además, que no salga nada mal. E incluso así la cosa se puede torcer. El domingo amaneció con lluvia y parecía que se iba a unir a la fiesta durante toda la carrera, pero amainó media hora antes de comenzar y sólo nos acompañó de nuevo en dos chaparrones durante la primera media. No había excusas, con unos ocho grados, el día estaba perfecto.


Hay días en los que, sin saber muy bien por qué, comienzas a correr y sientes que las piernas andan solas. Días en los que miras el Spartan, vez un 4'XX en la esfera y decides olvidarte de ritmos y dejarte llevar por las sensaciones de tu cuerpo. Días en los que picas el 10k en 46' cuando soñabas con hacer lo en unos 50. Días en los una media maratón es lo mismo que 1h35'. Días en los que no te encuentras con ningún muro y ese señor al que llaman el hombre del mazo no te pasa a visitar.

Hay días en los que, sin saber muy bien por qué, el kilómetro 40 es el más rápido de tu maratón. 

Hay días en los que, cuando entras en meta, ves un 3h16 en el Suunto.






 

4 comentarios:

  1. ESos dias deben ser maravillosos...
    Firma: Alguien que en carrera suele tener mala suerte jejej

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  2. Enhorabuena, Alfonso. Es una alegría tú éxito. Un abrazo.

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  3. Enhorabuena, y si puede ser haz públicos esos consejos de Lluís Capdevilla ja ja ja

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  4. Tiempazo campeón! Me pareció verte, ya eres mediático :)

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