Vallès Drac Race. Un dragón duro de vencer. Race report.


Decían Lluis y Agnes, la semana pasada durante el pase del Trails in Motion, que me iba a divertir mucho en la Vallès Drac Race. Seguramente, su concepto de diversión varía del mío.

He participado en carreras más largas que la Vallès Drac Race, en otras con más desnivel, en unas cuantas he abandonado, pero no recuerdo haber sufrido tanto en ninguna como el sábado. Sea porque no me la esperaba tan dura, por la falta de entrenamiento, por mala planificación de la carrera o porque simplemente salió el día malo, me costó lo que no está escrito llegar a meta. Y sí, una vez que cruzas la meta, es cierto que estas carreras son las que mejor saben.


Viaje relámpago a Tarrasa. El viernes, llegada a por el dorsal pocos minutos antes de que se cerrara el horario. Pizza en el hotel, preparar el material para el día siguiente y a dormir. A las seis de la mañana en pie, desayuno y a la salida con algún pequeño percance. La zona de meta es una parte muy nueva de Tarrasa y el GPS del coche se volvía loco. Después de mucha vueltas y empezar a hacer nervios, ni di con una comisaría de los Mossos d'Esquadra que me indicaron el camino correcto. A mi, que me gusta llegar con tiempo, aparqué el coche apenas diez minutos antes de las ocho.

Lluis me había aconsejado regular bastante la primera mitad del recorrido, hasta Mura en el k25, y guardar fuerzas para los segundos veinticinco, puesto que esta segunda parte era bastante más dura. Nota mental: hacer caso de los consejos de los que saben. Porque desde luego, caso, lo que se dice caso no es que le hiciera. Con el pensamiento de que cuanto más deprisa fuera antes llegaría, salí bastante ligero. Digamos que demasiado, ya que los primeros cinco kilómetros, en suave pendiente ascendente los completé en apenas 25'. Aquí comenzaba la primera subida complicada del día, hasta ahora habíamos ido por pistas, que nos dejaría en el primer avituallamiento no sin antes tener alguna duda sobre el camino correcto. 250 mts positivos en dos kilómetros que me pusieron en mi sitio aunque, de momento, las sensaciones eran bastante buenas. Unos 500 metros de llaneo y tres kilómetros de descenso por sendas y torrenteras sucias, con mucha piedra suelta y raíces, lo que hacía ir concentrado para no tener ningún susto.


Es el k12 y empezamos a subir de nuevo suavemente por el cauce seco de una riera. Lo que en principio parecía terreno cómodo se endurece por la arena del camino, que hace difícil avanzar y resulta bastante molesta, haciendo más esforzada la zancada. Segunda cota del día superada, Km. 15 y 1h40' de carrera. Bueno, pues no va mal la cosa y en el 17 tenemos el segundo avituallamiento de la jornada. Aquí me tomo mi tiempo, puesto que a la salida de él me espera la subida más dura de los 50k. No la más larga pero sí la más explosiva. En un kilómetro salvamos 260 mts de desnivel, a través de una senda pedregosa y humeda dentro de un bosque al, al terminar se abre al cielo descubierto con las primeras vistas al fondo de Montserrat. Casi 15' para completar ese kilómetro y que, ahora sí, en un suave pero continuado descenso nos desembocará en el pueblo de Mura,mitad de carrera y donde está situado el tiempo de corte y el avituallamiento más consistente.

Mura es un pueblo medieval, una joya escondida en el Vallès que recorremos prácticamente entero por el trazado de la VDR, pero que bien merece otra visita para pasar un fin de semana sin las zapatillas. Es el k25, mitad de carrera y donde había establecido un tiempo de corte de 6h. Pico en 2h51'. Demasiado deprisa. Primero, porque la segunda parte es mucho más dura. Y segundo porque desde julio, y con el parón de vacaciones por medio, no he hecho nada más largo que 26 Kms. Así que a partir de ahora lo que pueda pasar es una incógnita.


El resultado lo sabremos pronto, porque los diez kilómetros siguientes son los más complicados. Primero con el ascenso más largo, 5 Kms y +500 mts, sin apenas descansos que se encadenan después con otros 5 de crestas y rocas por la parte más alta del macizo a pleno sol. 10 Kms que para mi se convierten en un suplicio. Primero con varios episodios de vómitos donde echo hasta la papilla y después con una equivocación en el camino que me hace pornerme de una mala ostia impresionante, al punto de que le falta muy poco para mandarlo todo a la mierda. El avituallamiento del k32, que deseo con todas mis fuerzas no llega nunca y entre tanto me adelantan por el camino dos motos a las que a apunto estoy de echarles el alto al más puro estilo Canepa. Tras casi un kilómetro sin ver a nadie ni ninguna marca, un grupo de senderistas me indica que tengo que retroceder unos dos kilómetros por una pista para llegar al avituallamiento. Entro con escalofríos, sudores fríos y 4h24'. Me ha llevado 1h30' completar 7 Kms. Por lo menos tengo claro que una vez llegado aquí hay que terminar. Me quito la camiseta, me tumbo un rato, como y bebo bien y me pongo de nuevo en marcha. Por de delante, el tramo de rocas sin ninguna protección del sol, que me suena de la otra vez que estuve por aquí.

Contra todo pronóstico, tras unos metros de dudas, parece que las piernas se animan. Aunque el estómago no está por la labor de acompañar y siguen los vómitos, por lo menos he dejado de andar sólo para pasar a trotar e incluso correr con ganas. Lo malo es que el terreno no anima a conseguir un ritmo. Los toboganes son constantes, pero a cambio las vistas desde las crestas son impresionantes.


El siguiente avituallamiento está en el 42, y si el anterior se ha hecho largo, éste no aparece nunca. Por mucho que miro y remiro el perfil y creo que ya he alcanzado la cota más alta, poco después aparece otra, y otra, y otra más. Por fin alcanzo la parte más alta, 970 mts, y abajo, a lo lejos, se ve el último avituallamiento. Después de 5h45' de carrera ya sólo queda descender hasta Tarrasa por caminos y sendas con buena piso y cruzar la meta de nuevo en 6h24', haciendo la segunda mitad del recorrido en 3h32', casi tres cuartos de hora más que los primeros 25k. Ha costado, pero se ha conseguido.


Apenas un ratillo de descanso, otro de charla con Sergio, una ducha y de nuevo para casa. Justo 24 horas después estaba en Zaragoza otra vez.

Respecto a la Vallès Drac Race como tal, primera edición de una prueba con mucho futuro en mi opinión. A pesar de que la Organización ha tenido que anular la prueba de BTT por las malas condiciones climatológicas, mi opinión del trail es muy positiva. Recorrido muy interesante, quizás un pelín duro si se pretende atraer a corredores de todo los niveles. Un buen número de voluntarios en todos los puntos complicados y avituallamientos suficientes y surtidos. Quizás haya faltado un poco más de marcaje, no tanto en los cruces sino más en las largas sendas que, aunque no tiene pérdida, no está mal que de vez en cuando una marca te confirme que vas bien. Algo que no empaña la perfecta organización, de profesionales que saben cómo hacer las cosas bien y el entusiasmo de todos y cada uno de los voluntarios.

Y como conclusiones personales, dos muy claras. Que 50 Kms y 2000 metros positivos no son, ni lo serán nunca, un paseo y que como tal hay que salir a correrla con el respeto que se merece. Y segunda, que con salidas de 25k como mucho no se prepara algo así. Porque llegar se llega, pero a costa de pasarlo bastante mal.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena, doble mérito cuando las cosas se complican. A mí también me encantó Mura : ese momento en que te lo encuentras de repente, totalmente integrado en el paisaje... tiene algo de mágico , y en mi caso también de alegre , por que se me acababa de terminar el líquido ;). Yo puedo decir que me encontré un trato excelente en todos los controles y sobre todo en la meta. Larga vida a esta prueba porque se lo merece. Un abrazo , nos vemos en el Trails in Motion Film Festival de Madrid !

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  2. Chicha colgante en la primera foto, barriguita en la última... Se llegará, pero malamènt.

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