Hablemos de Leadville. El recorrido de la carrera (I).


La Leadville Trail 100, como bastantes de las carreras que se organizan en EEUU, se realiza en un trayecto de ida y vuelta con salida y llegada en el mismo Leadville. Resumiendo, que vas hasta la milla 50, tocas chufa, vuelves por donde has venido y chocas las manos y animas a los que viene por detrás de ti. Antes has visto a los que antes que tú ya han comenzado el camino de vuelta, momento en el que te asaltan esos pensamientos de "joder, cómo lo hacen para llegar tan pronto? ¿Mejor o peor que un recorrido circular? Ni una cosa ni otra, diferente más bien. A mi personalmente me gustan, sobre todo porque en esa segunda mitad ya no existe el desconocimiento de la ruta y eso es algo que, quieras que no, hacen más llevaderas las millas.

El trazado pues no tiene mucho misterio. Salir de Leadville, completar 50 millas y volver. Así de primeras no parece muy complicado. Y de hecho teóricamente, y si obviamos el detalle de que tienes que completar 160 Kms en menos de treinta horas, no lo es. Acostumbrados a los ultratrails al modo europeo, con zonas megatécnicas en las que no sólo no puedes correr sino que a duras penas andas rápido, el trazado de la LT100 es una suma de sendas, caminos y pistas polvorientas con escasos kilómetros de zonas técnicas. Al punto de que muchos de los participantes calzan zapas asfalteras, lo que da idea del tipo de terreno en el que nos movemos. Algo que, dicho sea de paso, me viene de perlas, porque  en las partes técnicas de las carreras sufro como una rata. Y es que a pesar de llevar ya unos cuantos años por el monte, y de que he progresado bastante, sigo bajando como un pato mareado.

A lo largo de las 100 millas hay 10 zonas de avituallamiento (aid stations) en las millas 13 - 23 - 29 - 39 - 44 - 50 - 60 - 71 - 77 - 86 y 100. Como quiera que no se trata de una prueba en autosuficiencia y de que mi crew estará en cada uno de esos puntos con el coche, el material que hay que llevar encima no es excesivo, aunque todo dependerá de la meteo que nos acompañe. 

De todo el trayecto completo, y visto desde la distancia, destaco tres partes principales como las más complicadas. Aunque parezca extraño las primeras 13 millas, puesto que son en ligero descenso, estás fresco y el entorno es idílico bordeando un lago entre las brumas y las primeras luces del amanecer (la salida es a las cuatro de la mañana). En segundo lugar las veinte millas centrales. Evidentemente, el doble paso por Hope Pass y sus 3800 mts de altitud. Porque además no es que se toque chufa arriba y ya nos demos la vuelta. Hay que ascenderlo, descenderlo, llegar hasta Windfield y aquí sí que es donde comienza la segunda parte desandando lo andado. Unos 3500 mts de desnivel positivo en poco más de treinta kilómetros. Teniendo en cuenta que el desnivel total de las cien millas es de 5.500 mts positivos, es fácil marcar en el mapa el tramo en el que corta el bacalao. Y por último, las millas finales. Trece millas desde la última aid station hasta Leadville que a buen seguro se harán muy largas.

La semana próxima desgranaremos tramo a tramo cada una de las cien millas.






Disipadas en sábado por el Moncayo las dudas de las semana pasada, cerrada con 94 millas, y con el sábado tarde y domingo como bálsamo de descanso, hoy ha tocado volver al ataque. Salida  rescatando la mochila de Sables. Quiero hacer pruebas a ver en cuál me encajan mejor los bastones, porque aunque en Leadville sólo los llevaré un cuarto de la carrera y el resto del tiempo los puedo dejar al equipo, en Peñalara si salgo con ellos es para todo el tiempo. Ha caído un buen entreno de 2h20 y 16 millas. 
 
IPOD: Dropkick Murphys. Going out in style.
EQU: Salomon XR Crossmax 2 / Altus Tahiti / Pantalón Sport Zone / Mochila Salomon Raid Devil 25 / Bastones Altus Haya

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