Interiormente, siempre he dividido a la gente que corre en dos grupos: los que lo hacen como válvula de escape del día a día, de los problemas que tod@s tenemos y los que, por el contrario, para correr tienen que encontrarse en paz, con la mente limpia, sin nubes que se posen sobre su cabeza. Yo soy de los segundos. Es por eso que, en semanas complicadas, solamente el hecho de colocarse en una línea de salida y, además, llegar a la meta es un gran éxito. La Vallès Drac Race llegaba este año en una época, dígamos turbulenta, por lo que la simple participación ya era para mi motivo de estar contento.
Tras el paréntesis del 2016, y con la sustancial modificación del cambio de organizadores eu dicho sea de paso no han mejorado a los anteriores, la Vallès Drac Race 2017 llegaba con un cambio de fechas que hacía que la prueba pasara de cerrar temporada en octubre a iniciarla, a mediados de febrero. Era la primera carrera del 2017 para mi y, tras un mal 2016, las ganas de recuperar sensaciones eran altas y, a priori, era el lugar adecuado. Una distancia amable, un desnivel asequible y un recorrido poco técnico suman los ingredientes para que la VDR sea una prueba donde disfrutar del trail.
Con algunos cambios anunciados por la organización en el recorrido, con la inclusión de más tramos de pista por la normativa del parque natural, a las ocho de la mañana tomábamos la salida con los 48 Kms de la vuelta al parque por delante con una temperatura excepcional y la compañía de Juan, nuestro colaborador en Territorio Trail Media como probador de material, que hizo que la prueba, poco dado a la compañía en carreras, se me hiciera relativamente corta. La Vallès Drac Race tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera mitad hasta el paso por Mura, kilómetro 24 que marca el ecuador y que cierra la parte más amable de la VDR, y los segundos 25 kilómetros. Por todo esto la táctica de carrera es bastante sencilla: guardar lo máximo posible hasta llegar a Mura y, desde aquí, apretar los dientes.
Y así fue. Lo cierto es que los turnos con Juan a la hora de mantener ritmo de carrera y el compartir los kilómetros con alguien de ritmos similares hace que todo vaya rodado. Y eso que suele ser complicado porque, quieras que no, lo normal al correr acompañado es ir un puntito por encima o por debajo de lo que te hace sentir cómodo. En esta primera mitad había unas cuantas diferencias en el trazo, sobre todo en la primera parte al paso de Matadepera, con la inclusión de unos cuantos kilómetros de pista. La primera subida explosiva, en el k19, la solventamos bastante bien y el paso por Mura lo hacemos en poco más de tres horas, cerrando unos primeros 25k bastante buenos.
Entre el 26 y el cuarenta te das de bruces con la parte más complicada. Primero, tras un llaneo al salir del Mura, cinco kilómetros de ascenso sin apenas descanso en los que se salvan unos seiscientos metros para dar paso a la zona de crestas y rocas atravesando la parte más alta del macizo. Parte complicada pero entretenida, alternando pasos entre arboledas con otros totalmente desprotegido, siempre con las impresionantes vistas de Montserrat de fondo. El punto más alto se alcanza algo antes del k40, donde llegamos en 5h21'. A partir de aquí comienza el descenso hacia Tarrasa con alguna, más de la cuenta, sorpresa intercalada.
Con las piernas ya algo tocadas pero con la visión al fondo de Tarrasa, es fácil animarse para dar el úñtimo empujón, que cuesta un poquico más por una revuelta de casi dos kilómetros por una zona horrible que este año los nuevos organizadores nos hacen dar en vez de enfilar el camino directo a meta.
6h48' después estamos de nuevo en Tarrasa. Completada la primera del 2017.
Tenía ganas de ponerme un dorsal, de disfrutar y de hacerlo bien. A pasar de las dudas previas y de la falta de entrenamiento previo, lo más largo de los últimos tres meses había sido 22 Kms, me vuelvo de Tarrasa contento y satisfecho. No vi al drac, pero seguro que estaba por los caminos de Sant Llorenç.
Tras el paréntesis del 2016, y con la sustancial modificación del cambio de organizadores eu dicho sea de paso no han mejorado a los anteriores, la Vallès Drac Race 2017 llegaba con un cambio de fechas que hacía que la prueba pasara de cerrar temporada en octubre a iniciarla, a mediados de febrero. Era la primera carrera del 2017 para mi y, tras un mal 2016, las ganas de recuperar sensaciones eran altas y, a priori, era el lugar adecuado. Una distancia amable, un desnivel asequible y un recorrido poco técnico suman los ingredientes para que la VDR sea una prueba donde disfrutar del trail.
Con algunos cambios anunciados por la organización en el recorrido, con la inclusión de más tramos de pista por la normativa del parque natural, a las ocho de la mañana tomábamos la salida con los 48 Kms de la vuelta al parque por delante con una temperatura excepcional y la compañía de Juan, nuestro colaborador en Territorio Trail Media como probador de material, que hizo que la prueba, poco dado a la compañía en carreras, se me hiciera relativamente corta. La Vallès Drac Race tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera mitad hasta el paso por Mura, kilómetro 24 que marca el ecuador y que cierra la parte más amable de la VDR, y los segundos 25 kilómetros. Por todo esto la táctica de carrera es bastante sencilla: guardar lo máximo posible hasta llegar a Mura y, desde aquí, apretar los dientes.
Y así fue. Lo cierto es que los turnos con Juan a la hora de mantener ritmo de carrera y el compartir los kilómetros con alguien de ritmos similares hace que todo vaya rodado. Y eso que suele ser complicado porque, quieras que no, lo normal al correr acompañado es ir un puntito por encima o por debajo de lo que te hace sentir cómodo. En esta primera mitad había unas cuantas diferencias en el trazo, sobre todo en la primera parte al paso de Matadepera, con la inclusión de unos cuantos kilómetros de pista. La primera subida explosiva, en el k19, la solventamos bastante bien y el paso por Mura lo hacemos en poco más de tres horas, cerrando unos primeros 25k bastante buenos.
Entre el 26 y el cuarenta te das de bruces con la parte más complicada. Primero, tras un llaneo al salir del Mura, cinco kilómetros de ascenso sin apenas descanso en los que se salvan unos seiscientos metros para dar paso a la zona de crestas y rocas atravesando la parte más alta del macizo. Parte complicada pero entretenida, alternando pasos entre arboledas con otros totalmente desprotegido, siempre con las impresionantes vistas de Montserrat de fondo. El punto más alto se alcanza algo antes del k40, donde llegamos en 5h21'. A partir de aquí comienza el descenso hacia Tarrasa con alguna, más de la cuenta, sorpresa intercalada.
Con las piernas ya algo tocadas pero con la visión al fondo de Tarrasa, es fácil animarse para dar el úñtimo empujón, que cuesta un poquico más por una revuelta de casi dos kilómetros por una zona horrible que este año los nuevos organizadores nos hacen dar en vez de enfilar el camino directo a meta.
6h48' después estamos de nuevo en Tarrasa. Completada la primera del 2017.
Tenía ganas de ponerme un dorsal, de disfrutar y de hacerlo bien. A pasar de las dudas previas y de la falta de entrenamiento previo, lo más largo de los últimos tres meses había sido 22 Kms, me vuelvo de Tarrasa contento y satisfecho. No vi al drac, pero seguro que estaba por los caminos de Sant Llorenç.
Pues es una mierda que no hayas respondido a las expectativas que teníamos creadas, mira a ver si te dejas de mierdas y corres por el placer de correr. Te vendrá mejor para todo.
ResponderEliminarHola Alfonso, soy Toni el chico de tu cronica del año pasado. Me alegro que vuelvas a tener unas buenas sensaciones. Disfrutar es lovque nos queda, asi que disfrutemos. Un placer haberme encontrado otro año contigo.
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