Tras el 2014 y el 2015, y con el paréntesis del año
pasado en el que no se organizó, la del próximo sábado será, espero, mi tercera
partipación en la Vallès Drac
Race. Es importante recalcar ese "espero" porque, ahora mismo,
con estar el sábado a las ocho en la línea de salida me conformo. No pido más.
Con un 2016 deportivo para olvidar, la Vallés Drac Race aparece como la primera cita del 2017. 48 Kms y 2300 metros positivos circunvalando La Mola en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt, con salida y llegada en Tarrasa.
Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, un dragón traído de África vivió y creció entre la ermita de Santa Agnès y la cueva del Drac en el macizo de Sant Llorenç. La bestia tenía atemorizados a los habitantes del Vallès, devorando animales y pastores. Hasta que llegó a la comarca el conde Guifré, que luchó contra la bestia. Herido de muerte el dragón se elevó y huyó.
Los casi 50 kms de la Vallès Drac Trail vienen
este año con novedades importantes respecto a ediciones anteriores. La primera,
el cambio en el equipo organizativo. La carrera pasa a estar a cargo del Centro
Excursionista de Terrassa, recogiendo el testigo del Extrem Team de Lluis
Capdevila y Agnès Güell, fundadores de la carrera. Ello conlleva la
modificación de fechas a febrero (antes era en octubre) y de día, celebrándose
por vez primera en domingo.
También hay variaciones en el recorrido, quizás no en la esencia, pero sí en la forma. Manteniéndose la vuelta al parque como eje central, las restricciones del Parque hacen que los kilómetros de pista se hayan incrementado, lo que en principio disminuye la dificultad ténica de la VDR y la hace más rápida.
Sin la dificultad que nos puede ofrecer un trail de alta montaña,
el perfil de la Vallés Drac Race es el típico rompepiernas de diente de sierra.
Muchas subidas cortas y potentes y tres puntos imporantes: el ascenso al Coll
del Llor, el imponente paso por la medieval Mura que marca el ecuador de
carrera y, cuando la dejamos atrás, el ascenso más largo del día, el Coll de
Boix que posteriormente nos lleva al Turó de Carlina y de allí casi diez
kilómetros de descenso a meta.
Casi cincuenta kilómetros que, dependiendo cómo salga el día, pueden hacerse muy largos. Hora de salida, ocho de la mañana. Llegada... por debajo de las siete horas terminaría contento. Con tan solo completarla me volvería a Zaragoza encantado de la vida.
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