Tengo que decir que cuando cayó en mis manos "Nacidos para Correr", en la Librería Desnivel de Madrid cuando comenzábamos nuestras vacaciones de verano del 2011, no había oído hablar de él todavía. No conocía su historia, ni a Caballo Blanco y tampoco a los Tarahumaras. Simplemente buscaba una lectura relajada para los días de playa y el título y el resumen de su argumento era lo suficientemente atractivo como para convencerme:
La historia de una tribu oculta, un grupo de superatletas y la mayor carrera de la historia.
48 horas después, sin tan siquiera haber montado en el avión, ya había devorado el libro, comenzaba a releerlo de nuevo y ni por asomo pensaba que dos años después pisaría las mismas montañas que narraba la historia.
La historia que narra Christopher McDougall es ya de sobra conocida. Los Tarahumaras, Caballo Blanco, el correr descalzo, las míticas ediciones de Leadville que ganaron los Rarámuris... De todo esto ya hemos hablado por aquí en semanas anteriores.
El libro engancha desde el primer momento por su narración, por lo que cuenta, aunque quizás sea demasiado encendida la defensa del barefoot, que a mi personalmente no me convenció en su día y sigue sin hacerlo ahora. Pero sobre nos engancha porque los que corremos nos sentimos identificados con lo que cuenta. Sus sentimientos ante una lesión que le impide entrenar y, quizás, volver a correr. Su desesperación ante la inoperancia de cualquier tratamiento y, por fin, la alegría cuando los dolores comienzan a remitir. Aunque al final se reduzca a lo malas que son las zapatillas amortiguadas y lo bueno que es correr descalzo.
Pero es que además nos descubre una forma de vida completamente diferente a la nuestra. De gente simple y normal que no necesita de grandes lujos para el día a día. De una pasión, el correr durante horas sin descanso y como ese modo de vivir cautivó a Micah True. Y todo con una manera de contarlo francamente divertida e intercalando anécdotas e historias de corredores que todos conocemos como Scott Jurek. Gente de carne y hueso como tú y como yo.
Y para finalizar, la narración de las Leadville 100 de 1993 y 1994. Saborear cada palabra sintiéndote parte de aquellas épicas de las carrera, sumergirte en ellas e imaginarte corredores con túnicas blancas avanzando por los senderos de las Rocosas, notar la falta de oxígeno a 3.500 mts de altura, sentir el desasosiego de los Tarahumaras en su primera incursión y compartir el sabor del triunfo en las siguientes.
Todo esto es Nacidos para Correr, lo que me transmitió y lo que hizo que mi imaginación comenzará a volar hacia Colorado.
La historia que narra Christopher McDougall es ya de sobra conocida. Los Tarahumaras, Caballo Blanco, el correr descalzo, las míticas ediciones de Leadville que ganaron los Rarámuris... De todo esto ya hemos hablado por aquí en semanas anteriores.
El libro engancha desde el primer momento por su narración, por lo que cuenta, aunque quizás sea demasiado encendida la defensa del barefoot, que a mi personalmente no me convenció en su día y sigue sin hacerlo ahora. Pero sobre nos engancha porque los que corremos nos sentimos identificados con lo que cuenta. Sus sentimientos ante una lesión que le impide entrenar y, quizás, volver a correr. Su desesperación ante la inoperancia de cualquier tratamiento y, por fin, la alegría cuando los dolores comienzan a remitir. Aunque al final se reduzca a lo malas que son las zapatillas amortiguadas y lo bueno que es correr descalzo.
Pero es que además nos descubre una forma de vida completamente diferente a la nuestra. De gente simple y normal que no necesita de grandes lujos para el día a día. De una pasión, el correr durante horas sin descanso y como ese modo de vivir cautivó a Micah True. Y todo con una manera de contarlo francamente divertida e intercalando anécdotas e historias de corredores que todos conocemos como Scott Jurek. Gente de carne y hueso como tú y como yo.
Y para finalizar, la narración de las Leadville 100 de 1993 y 1994. Saborear cada palabra sintiéndote parte de aquellas épicas de las carrera, sumergirte en ellas e imaginarte corredores con túnicas blancas avanzando por los senderos de las Rocosas, notar la falta de oxígeno a 3.500 mts de altura, sentir el desasosiego de los Tarahumaras en su primera incursión y compartir el sabor del triunfo en las siguientes.
Todo esto es Nacidos para Correr, lo que me transmitió y lo que hizo que mi imaginación comenzará a volar hacia Colorado.
Ayer, en el primer domingo salvaje de la temporada y en una mañana espectacular, nos juntamos 20 trailmaniacos que completamos el bucle A de la Trans Montesblancos. 25 Kms a los que luego añadí otros 10 con Bea, sumando en total 3h40' de entrenamiento para comenzar la semana con ganas. Y hoy, como todos los lunes, un poco de monte variado. 15,7 millas para 2h11' con 500 mts positivos.
IPOD: Héroes del Silencio. Live in Germany.
EQU: TNF Single Track II / Altus Tahití + interior Nike / Pantalón Sport Zone
No hay comentarios:
Publicar un comentario