Sistemas de puntos, carreras calificatorias, sorteos... ¿Existe el sistema perfecto para distribuir las plazas de una carrera?


Estos días pasados la mítica Western States ha publicado los cambios en el sistema de clasificación para la edición del 2015. Sí, estamos en todavía en el 2013 y la carrera del dos mil catorce todavía ni siquiera se ha empezado a entrenar, pero ya está previsto cómo calificarse para el 2015.

Las normas de los espacios naturales en USA sólo permiten un tope de unos 400 corredores. Si descontamos los 130 dorsales que se reserva la organización para compromisos con patrocinadores, PROS y demás, la cifra se reduce a 270 plazas disponibles para la lotería. Western States ha pasado de 583 solicitudes en el año 2000 a las casi 2300 este último. Con unas posibilidades de ser seleccionado cercanas a un 5%, los organizadores se han planteado cómo modificar el sistema para conseguir que sea más justo y que a la vez sean menos los corredores que se presenten al sorteo. ¿La solución? Imitar en parte lo que se hace en el UTMB, aunque reduciendo la lista de carreras clasificatorias a sólo 63 y además finalizándolas en unos determinados tiempos de corte. En España las "agraciadas" son la Transgrancanaria y el GTP.


¿Sistema justo o injusto? Como todo en esta vida, muy relativo. Por un lado las carreras seleccionadas (ninguna por debajo de los 100 Kms) y los tiempos establecidos para completarlas harán que se presenten menos candidatos pero, al mismo tiempo, mucho más preparados para enfrentarse a las cien millas. Por contra obliga a buscar y participar en las pruebas calificatorias lo que, en muchas casos, hipotecará el año anterior en pos de un objetivo que no es más que la puerta de inicio a la salida de una hipotética meta.


Sin duda, comparado con la calificación para el UTMB, esta y su sistema de puntos es mucho más democrática. Claro que también son muchísimos más los dorsales que toman la salida en Chamonix. Desde luego, también es más fácil conseguir los puntos, ya que el número de carreras repartidas por el globo es considerable.

Un caso similar por número de participantes es el de Zegama, que también opta por un sistema mixto. Un cupo reservado por la organización para compromisos, otro para los que han participado en otras ediciones y uno último para los que han bajado de determinado tiempo en la última edición. Sorteo para el resto de plazas, aunque eso sí, con más posibilidades para los que llevan tiempo sin tener suerte.


Y por último, el que era el caso más extremo hasta este año pero a la vez más equitativo para PROS y POPS. La Hard Rock 100. Tan sólo 140 dorsales disponibles. Sorteo puro y duro para todos ellos, sin reservas ni cupos para élites, y haber completado una cien millas de una reducida lista (En España la Ehunmilak) en los dos años anteriores. Este año pasado han realizado un pequeño cambio, reservando 35 dorsales para novatos, 35 para veteranos con cinco participaciones y los 70 restantes para los demás. Y para el que viene se apunta al carro de la Vermont 100 y solicitarán horas de trabajos comunitarios.


Muchos sistemas, cada uno con sus cosas buenas y malas, si bien siempre quedará el más antiguo. El del orden de inscripción en el que el primero que clica con el ratón se apunta hasta que se terminan las plazas.

¿Cuál es el mejor de todos? ¿Y el peor? ¿Verdaderamente las carreras seleccionadas para puntuar son las mejores o entran en juego otros intereses que no son los puramente deportivos?

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