Mi 2021

Dice mi Strava que este año he entrenado algo más de trescientas horas, traducidas en unos 2600 kilómetros recorridos en 190 sesiones. También dice mi Strava que sólo he participado en una carrera con dorsal y completado un reto personal.

Yo creía que incluso había entrenado menos, y que me salían todavía menos kilómetros. Lo de las dos carreras sí lo tenía controlado, ejemplo palpable de que la motivación por esto de salir a correr, sobre todo en la segunda mitad del año, ha caído en picado sin que pueda acertar a definir las causas. Espero que vuelva en 2022, porque hay cosas que me apetecer hacer.

Se va un año que ya venía lastrado de inicio por la pandemia y los confinamientos perimetrales que hicieron imposible pisar la montaña en invierno o participar en carreras. La casualidad, o no, hizo que el primer dorsal post pandemia fuera con la misma gente que el último antes de que el mundo cambiara, Klassmark. El Trail Rocacorba fue tan salvaje como lo pintaban y más sufrido de lo que yo creía. Tanto que llegué a meta, junto a Juan, cuando ya estaban a punto de desmontar el arco de meta. Lo que viene a ser jodido pero contento y con ganas de llegar a casa y mirar calendario.

Lo complicado vino después, con unas molestias en los aquiles que fueron aumentando hasta convertirse en dolor, penando en entrenamientos hasta que las visitas a Paula y Sara a finales de mayo sirvieron para recuperarme.

En verano rescaté un proyecto pendiente desde hace años, completar La Senda de Camille. Un punto de inflexión en el año que, por todo lo que significó, tuvo un efecto rebote. Y es que esos dos días en la Senda de Camille junto a Albert, David e Iván fueron de los que hacen recuperar las ganas de correr, las de compartir aventura con amigos, de buscar automáticamente algo para hacer juntos de nuevo pero, a la vez, te llenan de tal manera que luego no encuentras nada que te motive de nuevo.

Y eso es lo que pasó desde agosto, una ausencia total de motivación. Pocas ganas de competir (ni Maratón de Zaragoza ni Collserola) y pocas también de entrenar, con un reset total en diciembre para comenzar de cero y recibir al 2022 con energías renovadas.



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