El pequeño hueco para Buff en mi corazón de runner


Hoy en día el Buff se ha convertido en un elemento más de nuestro equipamiento a la hora de salir a correr por el monte. Da igual que sea invierno o verano, sus múltiples posibilidades seguro que alguna vez nos han sacado de un apuro, a mi por lo menos. Ya sea por frío, por calor o como ayuda en alguna circunstancia complicada, incluyendo cierto episodio escatológico.

En el 2008, cuando empezaba a dar mal a diestro y siniestro a las marcas buscando algún apoyo, Buff fue la primera que me contestó. El email contenía una negativa, pero una semana después recibía en casa una caja llena de Buffs, tantos que todavía hoy tengo en el trastero alguno sin estrenar. Desde entonces guardo cierta simpatía a la marca y el artículo es un fijo del material, al punto de que se podría hacer un repaso a mi tiempo como corredor a través de ellos.


De arriba abajo y de izquierda a derecha: el de Oturia 2007, el marrón de la Zegama 2008, el que llevé a Sables 2009, el que me acompañó al TRT50 en el 2010, el de Ranning en los Ecotrail del 2011 y 2012, el rojo del Team Raidlight Francia, de nuevo otro de la Zegama del año pasado, otro verde del finde en el CAR de Sant Cugat y la nueva evolución de Ranning. Todavía hay alguno más, pero creo que son los más representativos de estos años.

Buen día de entrenamiento. Para compensar lo de ayer, terreno poco técnico aunque con algo de desnivel y de cresteo. Otra sesión por encima de los 135', 2h18' para 15,6 millas. D +425.

IPOD: Héroes del Silencio. Avalancha.
EQU: 
Zapas Salomon XR Crossmax (205 millas)/ Camiseta Altus Bora + interior Nike / Pantalón Sport Zone

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