Hace mucho que participé en
mi primera carrera de montaña. Es curioso, pero no recuerdo exactamente cuándo
fue. Por el contrario, sí recuerdo cuándo comencé a soñar con participar en
carreras de montaña. Recuerdo como si fuera ayer los trípticos del Alpin Running
Meeting que organizaba No Limit en el Valle de Arán. Esos perfiles
espectaculares y esas fotografías de grandes espacios cuando, allá por los
primeros años de la década del dos mil, correr por la montaña era algo casi
desconocido. Y empecé a correr por la montaña.
Recuerdo cuando veía en
televisión los reportajes del Marathon des Sables. Recuerdo pensar que me
gustaría estar allí y participar. Recuerdo que quería ir a correr al desierto. Recuerdo cuando solicitaba información a No Limit.
Y recuerdo que corrí en el desierto.
Recuerdo pensar por qué
no se organizaba una carrera desértica en España. Recuerdo cuando apareció la
noticia de la creación del Isostar Desert Marathon. Recuerdo cuando me
inscribí. Recuerdo cuando participé en las dos ediciones. Y recuerdo entristecerme
porque no se volviera a organizar.
Recuerdo el Marathon des
Sables, el Isostar Desert Marathon, del Trail Aneto, el Alpin Running Meeting, el Aneto Xtrem Marathon. Recuerdos que tienen en
común a la persona que estaba detrás de todos ellos, a uno de los organizadores
que hizo que el trailrunning y las carreras de montaña evolucionaran en España a lo que
son hoy.
Estoy seguro que, dentro de unos años, recordaré que sin él seguramente no habría comenzado a correr en la montaña.
Descanse en paz, Nil Bohigas.
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