El no viaje a París hizo que hubiera que cambiar el chip de un día para otro. El objetivo del primer trimestre se caía y hasta el premio gordo del primer semestre faltaban dos meses. ¿Qué hacer? Pues nada, prepararse para la Quixote acumulando cansancio y fatiga, que al fin y al cabo de eso se trata. ¿Y eso cómo? Pues siguiendo entrenando entre semana igual que siempre y además apuntarse a alguna carrera los domingos. Hace dos semanas la del Ebro, la pasada el Cross del Horizonte, ayer la KDR Trail y el domingo próximo Osán. Cuatro domingos con sus cuatro competiciones, sin disputarlas a tope pero también sin descansar antes y después.
Con la primera lección del KDR Trail aprendida antes de empezar, y es que tengo claro que mi futuro no está en las carreras de orientación ni me ganaré la vida como guía. Porque el viernes anterior vine a hacer el recorrido y, agudo de mi, lo hice al revés. Lo que era cuesta abajo ahora era hacia arriba y al contrario. No está mal para empezar con buen pie :).
Así que a las nueve de la mañana 300 participantes nos poníamos en la línea de salida de Cadrete, con poco más de 20 Kms por delante con sus 570 metros positivos, en una mañana espectacular para correr. Soleada, sin viento y con calorcito. De mi carrera, decir que es de las veces que más he disfrutado.
Tras un kilómetro por las calles del pueblo se sale al monte para afrontar el famoso "muro". Dos kilómetros de subida, ascendiendo 200 metros en esa distancia, que quizás llega un poco pronto porque los corredores no se ha estirado lo suficiente. Se nota este ascenso tan temprano con los gemelos al rojo vivo. Si bien no es corrible, se puede ascender andando a buen ritmo y no castiga demasiado. Coronado, kilómetros de descenso por delante, cuatro concretamente, por terreno fácil. Caminos y sobre todo la pista que sube a la Plana y que es lo más parecido a la subida al Pikes Peak que he visto hasta desembocar en el segundo avituallamiento que da paso al famoso Barranco de las Almunias.
El Barranco de las Almunias son cuatro kilómetros de subida tendida y constante que te permite mantener una buena cadencia de carrera. El estrecho camino no permite adelantar fácilmente, por lo que me acoplo a un trenecito de corredores que lleva un ritmo majete. Los kilómetros caen cómodos entre 4'20 y 5', picando el 10k en 55'57". No va mal la cosa.
Con una pared impresionantemente vertical empezamos el tramo de los Fantasmas, cresteo no técnico, que poco a poco se irá empinando cada vez más hasta llegar a La Plana y el punto más alto de la carrera (535 mts). Km. 15, 1h31' y quinientos metros de descenso, de nuevo por el Pikes Peak de Cadrete, que desembocan en "Las Crestas del Bisonte", kilómetros más técnicos que los anteriores en los que hay que avanzar con algo de cuidado. Algún muro corto pero sobre todo descensos vertiginosos con el pueblo abajo al fondo en un paisaje impresionante que llega a producir vértigo.
Queda la última sorpresa, un descenso casi vertical donde sufro un poquito que me deja en los dos kilómetros finales llanos y por el interior del pueblo para cruzar meta en 2h01'.
Sensaciones buenas, terminada bastante fresco y quizás pudiendo haber forzado más, pero no toca. Lo que toca es salir hoy otra vez y el resto de la semana y el domingo ir a Osán.
Respecto a la carrera, terreno espectacular, recorrido muy bonito, suficientemente duro sin llegar a ser excesivo y lo mejor, una organización de 10 tanto en el marcaje como en la presencia de voluntarios y medios a lo largo de los 20 Kms. Carrera muy, pero que muy recomendable. Sin duda a marcar en el calendario.
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