El desierto. Masada, Neguev, Arava, Shaharut y el Mitzpe Ramon. Slow driving dentro del road trip.
No sabría decir desde cuándo o por qué tengo fascinación por los desiertos, pero es una realidad. En mi viaje a Israel tenía claro que el desierto tenía que ser una parte fundamental y así fue, realizando un “mini road trip” dentro del road trip que fue el viaje y que nos llevó desde Jerusalem al Valle de Arava, en el corazón del Neguev, bordeando el Mar Muerto, pasando por Masada, disfrutando de una estancia de ensueño en el Six Senses Shaharut, corriendo en el Israel National Trail y regresando atravesando el impresionante Mitzpe Ramon y la tumba de Ben Gurion.
El trayecto hacia el sur desde Jerusalem tiene entidad propia, adentrándote poco a poco en el paisaje desértico recorriendo la carretera 90 con la orilla del Mar Muerto siempre a nuestra izquierda. Un claro ejemplo “slow driving” donde el tiempo corre despacio y no importa la velocidad a la que te desplazas, durante muchos kilómetros a decenas de metros bajo el nivel del mar. Rápido o despacio, parando en el Mar Muerto o no, llegarás a uno de los lugares icónicos de Israel, la fortaleza de Masada, que no deja de ser una redundancia puesto que Masada, en hebreo, significa fortaleza.
Dominante sobre el Mar Muerto y el Desierto de Judea, Masada es una fortaleza natural. Un promontorio aislado que albergó la gran fortaleza de Herodes. Hoy convertida en Parque Nacional, con un espectacular centro de visitantes en su base, es visita ineludible por su valor paisajístico y por su historia, presente en el imaginario colectivo por el suicidio masivo de sus ocupantes antes de ser derrotados por Roma. Hay dos formas de ascender a Masada desde el Centro de Visitantes: por un camino que asciende serpenteante o en teleférico. La teoría dice que como buen Trailrunner debería haber subido por el camino, pero las vistas desde el teleférico son tan espectaculares que es mi recomendación. ¿Y una vez arriba? Recorre los restos de la fortaleza, imagina ser parte de ella durante el asedio y levanta tu vista hacia el infinito desierto de Judea.
El Valle de Aravá es mencionado en la Biblia como lugar de paso en el éxodo de los hebreos desde Egipto. Este enclave en el Neguev, a menos de cien kilómetros del Mar Rojo, es el lugar perfecto para sentir el desierto en su más amplia extensión, de proporciones bíblicas y fascinante como pocos. Aquí está el Six Senses Shaharut, en un acantilado de roca mimetizado con su entorno formando un panorama casi de otro planeta, un oasis en el que se escucha el silencio. Aquí podrás contemplar las estrellas en uno de los cielos más despejados del mundo, disfrutar del atardecer hasta la puesta de sol, participar en talleres de cocina local, hacer trekking por los alrededores o, simplemente, descansar en las habitaciones con vistas de 180º del desierto. A menos de un kilómetro del Israel National Trail, es la excusa perfecta para conocer algún tramo del sendero, aunque del INT hablaremos más adelante.
Formando una “Y” gigante, de vuelta hacia el norte, nuestra vista se sorprende con la magnitud del Mitzpe Ramon. Hoy el Maktesh Ramon es el Parque Nacional de mayor extensión de Israel con, por cierto, forma de corazón. Es además el cráter de erosión más grande del mundo abarca, lejos de todo, con arena multicolor, roca volcánica y fósiles y unas vistas nocturnas también sin contaminación lumínica. Conducir por él mientras te diriges a Be'er Sheva es una auténtica delicia. A medio camino entre Ramon y Be’er Sheva debemos dedicar una parada a visitar la tumba de David Ben Gurion, el fundador del Estado de Israel que a su muerte vio cumplido su deseo de ser enterrado en el Neguev.
Mis imperdibles
Ascender a Masada en el teleférico. Visita la “sala de la lotería” en Masada, donde se decidió el orden de suicidio. Contemplar la puesta de sol en el Six Senses Shaharut. “Escuchar” el silencio en el desierto de Aravá. Visitar la tumba de Ben Gurion.
Donde correr
Sin duda, realizar alguno de los tramos del Israel National Trail que atraviesan el Neguev. Perfectamente indicado, no hay posibilidad de pérdida, es una inmersión en el desierto mientras contemplas el Wadi Rum jordano en el horizonte.
Donde dormir
Six Senses Shaharut. Uno de los mejores hoteles del mundo en un entorno idílico, incrustado en el paisaje con impresionantes vistas. Tranquilidad y descanso o aventura, o las dos opciones. Tú eliges.
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