Luces y sombras de los cuatro grandes circuitos en la primera mitad del año

A punto de llegar al ecuador del 2022, cuando la noche de San Juan ya asoma en el horizonte, es posible hacer balance de los grandes circuitos mundiales en esta primera mitad del año. Uno que continúa con su expansión alrededor del mundo con excelentes resultados, otro que año tras año crece en calidad y seguimiento, un tercero que está resurgiendo de sus cenizas cual ave fénix y un cuarto que, una vez más, está dejando de lado otra oportunidad para pasar sin pena ni gloria.

¿Sabéis cuál es cuál?

Las UTMB World Series continúan, con velocidad de crucero, liderando el panorama mundial y, en mi opinión, haciéndolo todo bien. Una maquinaria perfectamente engrasada en la que se unen una excelente comunicación, unos eventos tremendamente atractivos, distancias ya para todos los públicos en cada uno de ellos y el anuncio, en momentos muy bien elegidos, de las nuevas fechas que se incorporarán en 2023. Cuidando sus carreras estrellas y ampliando horizontes en los mercados emergentes del trail. Ya sabemos que Tailandia tendrá dos pruebas el próximo año y que también podremos correr en Oriente Medio, Africa y Sudamérica. Estados Unidos también anuncia nuevas pruebas y habrá más en Europa. Todos los caminos llevan a Chamonix, la catedral del imperio Poletti que se extiende a lo largo y ancho del globo.

Las Golden Trail World Series siguen, como ya hicieran en 2021, con su imparable ascenso, cimentado en dos pilares: la altísima calidad de los nombres que podemos ver en cualquiera de sus líneas de salida y la apuesta por la imagen. Espectáculo al más puro estilo showtime. La reciente Zegama Aizkorri es un claro ejemplo y un modelo que se va a replicar en el resto de pruebas. Saben que, si además de tener un producto de alta calidad lo sabes vender, el éxito está asegurado. Serie de televisión incluida, los élites de las GTWS están pasando tener estatus de estrellas del rock.


Las Skyrunner World Series nacieron junto con nuestro deporte en la época de las mallas de colores chillones, crecieron, se expandieron, casi murieron y renacieron hasta llegar a ese mágico 2019 en el que Limone sul Garda nos regaló una final que todavía recordamos. Después llegó una pandemia que les pilló a pie cambiado, una año de travesía en el desierto y un 2022 en el que, y ya van unas cuantas veces, vuelven a resurgir de sus cenizas para ofrecer un circuito diferente y muy atractivo. Pruebas más montañeras que corredoras, recorridos espectaculares y un buen puñado de élites que apuestan por un circuito con muchísimo trabajo entre bambalinas. Personalmente, me alegro enormemente de que vuelvan a ser lo que fueron.

Hace poco menos de un año escribía aquí que el Spartan Trail World Championship había perdido un año, con los consiguientes palos y reproches por escribir, simplemente, lo que pensaba. Han pasado nueve meses y la sensación es la misma. Se nos vendió el Spartan World Championship como el circuito definitivo y sigue sin dar ese paso al frente que necesita para que se le considere como tal. Su primera prueba, la Transgrancanaria, parecía que iba a hacerlo pero, una vez pasada, todo se desvaneció. Un gran circuito no puede dejar su imagen a las carreras. Eso es algo que se trabajó muy bien en Skyrunning, que dieron el salto definitivo cuando pasaron a comunicarse como un todo, no como un grupo de carreras. Spartan lleva camino en 2022 de repetir sus errores del pasado año y ojalá que no sea así, a tiempo están.

Un circuito que continúa con su expansión alrededor del mundo con excelentes resultados, otro que año tras año crece en calidad y seguimiento, un tercero que está resurgiendo de sus cenizas cual ave fénix y un cuarto que, una vez más, está dejando de lado otra oportunidad para pasar sin pena ni gloria.



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