La de este 2022 ha sido la edición número 36 del Marathon des Sables. No creo que, cuando Patrick Bauer puso en marca la carrera, pensara que iba a llegar hasta ni tampoco creo que se imaginara que lo iba a hacer en este estado salud. Porque el Marathon des Sables, en los últimos años, está viviendo una segunda juventud cimentada en la evolución, en hacer bien las cosas y en adaptarse a los nuevos tiempos.
Porque, cuando nació la carrera allá por 1984, venderla era muy sencillo. Al igual que el Dakar en el mundo del motor, no había nada en el atletismo (hablar de trail o ultratrail en aquellla época era una quimera) que se le pareciera. Una prueba en la que tenías que atravesar el Sahara durante 250 kilómetros, en la que la organización sólo te daba agua y tenías que llevar todo lo necesario contigo, se convirtió en un imán para aventureros y todo aquel que quisiera buscar los límites de su resistencia. La época dorada de los raids, los ochenta y noventa, fue también la del Marathon des Sables, que año tras año llenaba unas plazas que en España y Francia se agotaban el mismo día de la apertura de inscripciones y que, en países como Gran Bretaña, la lista de espera se alargaba dos años. Sin duda, era "la carrera".
Sin embargo, el Marathon des Sables sufrió un estancamiento a partir del 2010. Entonces ya no era la única carrera de este tipo, había otras opciones y, por qué no decirlo, tampoco atraía la atención de los grandes corredores. Algo que cambió con la inclusión de la prueba en el Ultra Trail World Tour que permitió ver a élites entre los que se enfrentaban al desierto.
La presencia en el UTWT volvió a situar al Marathon des Sables en la primera página de los medios, poniendo el foco de nuevo en el desierto. Aunque el matrimonio con el circuito no terminó del todo bien, ese nuevo empujón nos permitió ver enfrentarse al desierto a Magdalena Boulet, Fernanda Maciel o Ragna Debats y, en esta última edición, a Anna Comet, Manu Vilaseca o Gerard Morales.
El MDS volvía a ser una carrera atractiva pero esta atracción no se debe sólo a que aparezca en medios o en que participen corredores top. Detrás hay un gran trabajo de la organización que se ha adaptado como pocas a las nuevas tecnologías y que permite que se pueda seguir la prueba prácticamente en tiempo real, con actualizaciones en redes sociales, fotografías y videos resumen al poco de finalizar cada etapa. Si a ello le sumamos la excelente difusión de las historias personales y de superación de los participantes, encontramos
Todo, sin perder ni un ápice del espírutu de aventura que le caracterizaba en sus inicios. 36 años dan para mucho y, en el caso del Marathon des Sables, para seguir siendo la carrera de aventura por excelencia.
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