Barkley Marathons. El infierno más deseado en el mundo del trailrunning. Historias que se han convertido en leyendas del trail.


Una carrera cuya base de su recorrido es el que siguió un preso al fugarse de una cárcel de máxima seguridad es, de partida, poco corriente. Que el recorrido no esté marcado, que tengas que orientarte utilizando mapa y brújula y que no tenga fecha ni hora definida de inicio es más inusual todavía. Que para acreditar que se ha completado el trazado correcto de los cinco bucles que conforman las cien millas haya que arrancar la página correspondiente a tu dorsal de un libro situado en un lugar del que sólo conoces las coordenadas la hace casi imposible. Que desde 1986 sólo hayan completado las 100 millas 14 personas da idea de lo que es la Barkley Marathons.

La prisión era Brushy Mountain. El preso que escapó, James Earl Ray, nada más y nada menos que el asesino de Martin Luther King. El lugar donde está situada Brushy Mountain es Frozen Head State, en el estado de Tennessee. Y la distancia que consiguió recorrer en su fuga de 60 horas... 12 kilómetros. Ese es el terreno de juego de la Barkley Marathons. Colinas con desniveles imposibles, maleza por la que apenas se puede transitar, bosques impenetrables.

Para muchos, Barkley no puede considerarse una carrera. Para muchos otros sólo su nombre traslada a un escenario de sufrimiento y de epopeyas, de historias que se han convertido en leyendas del trailrunning. Barkley es el lugar donde Brett Maune se reivindicó, donde Nick Hollon se convirtió en una realidad, donde Jared Campbell ha conseguido vencer en tres ocasiones. Barkley es más conocida cada año. Su leyenda traspasa las fronteras de Estados Unidos y conseguir participar en ella se está convirtiendo en objetivo de corredores de todo el mundo. En 2016 pudimos ver a corredores como el nombrado Jared Campbell, Gary Robbins, Ty Draney o Benoit Laval.

Lazarus Lake es su creador. El es Barkley y Barkley es él. Alguien que piensa que todo lo que es estresante para el corredor es bueno para la carrera. La inscripción casi imposible, la incógnita del día de comienzo o el campamento en Frozen Head esperando el toque de corneta son sólo algunos ejemplos.

La fecha de la Barkley acostumbra a ser un fin de semana entre marzo y abril que sólo los que participan conocen. Sesenta minutos del toque de corneta, cuando Lazarus enciende su cigarrillo, comienzan las sesenta horas de tiempo límite para completar los cinco bucles de 20 millas y los 20000 metros de desnivel acumulado.

Ayer tuvimos la suerte de contar con Lazarus Lake en Territorio Trail. Una entrevista de treinta minutos realizada por nuestros compañeros en Estados Unidos Neisa Condemaita y Andrew Arbuckle en la que desgranamos con Lazarus entre otros temas la historia de la Barkley, cómo se ha convertida en una prueba de culto, el ambiente que se vive esos días en Frozen Head y la confirmación de la expansión a Europa junto a Benoit Laval (Raidlight).


A pocas semanas de una nueva edición de Barkley Marathons, las dos horas de Territorio Trail fueron un monográfico de la carrera. Además de Lazarus Lake pudimos revivir con Ty Draney su experiencia del 2016, cuando consiguió completar tres bucles del recorrido.

Tuvimos otro invitado de lujo, Michael Wardian, uno de los cuarenta elegidos que participarán en la Barkley de este año, con el que hablamos de su preparación y de lo que espera encontrarse en Frozen Head.

Repasamos con Iván Vivo las anécdotas, nombres e historias más interesantes que la prueba ha generado en sus años de existencia. Abel Recknold nos explicó qué piensan los corredores norteamericanos de la Barkley y el tipo de participante de la prueba y Neisa Condemaita nos dio la visión que se tiene de la carrera en los Estados Unidos.

Dos horas de Territorio Trail, ciento veinte minutos de Barkley Marathons, disponibles para escuchar y descargar en Itunes y Ivoox:




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