Transvulcania. Pre Race. Un caramelo en la puerta de un colegio.


Participar en Transvulcania no entraba dentro de los planes del 2015. La posibilidad estaba ahí, desde el año pasado, pero como algo lejano que no se confirmó hasta finales de marzo. Tanto como el 31. Tampoco es que sea un sacrificio ir, no nos engañemos. A nivel de entrenamientos, en mayo tocaba carrera. Si no hubiera ido a La Palma habría sido Zegama o la MiM, algo habría caído. Y a nivel personal, qué decir de Transvulcania y de hacer un paréntesis de cuatro días para pasarlos en Canarias.



Con 73 Kms y 8525 mts de desnivel acumulado Transvulcania es una ultra, digamos que atípica. Prácticamente la mitad del desnivel positivo se salva en los primeros 18 Kms y en apenas otros 16 se descienden dos mil metros. Entre medio, 40 kilómetros con el ascenso al Pico de la Nieve y al Roque de los Muchachos como puntos más complicados. La subida final a los Llanos de Aridane seguro que hace bastante daño con casi setenta kilómetros en las piernas. 

Mención especial merece el momento de la salida. Esta imagen del año pasado en los primeros kilómetros deja bastante bien claro lo importante que será colocarse lo más delante posible. De todas las personas con las que he hablado, es el único punto que se critica de Transvulcania. Mil ochocientas personas en una senda por la que sólo caben dos es demasiada gente de inicio.



Por lo demás, en teoría y viéndolo antes de estar en La Palma, las sensaciones son positivas. Es un tipo de carrera que me gusta. La distancia no es excesiva, el desnivel tampoco brutal, el terreno no excesivamente técnico y las temperaturas, salvo cambio de última hora, serán elevadas. 

La motivación para participar en Transvulcania viene de serie. Poder tomar la salida junto a los mejores es ya un aliciente. Competir en una carrera de la que todo el mundo habla maravillas, otro. Recorrer La Palma a través de paisajes volcánicos, el definitivo.


Tras la decepción en Transgrancanaria y las buenas sensaciones en los 50 Kms del CIMA apenas quince días después, Transvulcania será el tercer dorsal del 2015. Un año atípico en el que, a diferencia de otros, se presenta mucho más cargada la segunda mitad, a partir de julio.

La salida, el sábado a las 6 de la mañana en el Faro de Fuencaliente. El objetivo, llegar a los Llanos de Aridane. 

Si es a la hora del café, genial. Si es para la merienda, estará bien. Si llego a cenar, habré cumplido.

El jueves el camino a La Palma pasa por Madrid y Tenerife.

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