Marcha de los Tres Ibones. Race Report. La niebla, otra vez.


La del pasado fin de semana era la tercera vez que me inscribía en la Marcha de los Tres Ibones y, de nuevo, realizarla completa tendrá que esperar. La causa, un año más, la niebla que cubría toda la parte francesa del recorrido y que obligó a la Organización a recortar el tramo del tercer ibón, desde Arlet hasta Estanés, dejando la prueba en unos 35 kilómetros que una equivocación en la parte francesa llevó hasta los mas de 38 en mi caso :). Y es que ni el viernes por la tarde en Hecho ni el sábado por la mañana en Oza antes de la salida la meteo nos hacía suponer que no podríamos completar los Tres Ibones y nos tendríamos que quedar en dos, Acherito y Arlet, aunque este último la niebla no nos permitió ni siquiera verlo.

La Marcha de los Tres Ibones es una carrera muy especial. Tanto, que se trata de una "no carrera". No hay arco de salida, no hay línea de meta y no existen clasificaciones. A cambio tiene todo el encanto de una prueba familiar y, sobre todo, un recorrido que puede pasar por uno de los más bellos de todo el Pirineo y que este año, tras las lluvias y la nieve del invierno y la primavera, estaba verdaderamente espectacular.


A las siete y media de la mañana unos 120 participantes comenzábamos la marcha. De ellos, alrededor de 50 íbamos a por los tres. Tras unos dos kilómetros por el tramo de carretera que sale del camping de Oza, enseguida comienza el ascenso al Ibón de Acherito. Un día fantástico para correr y las buenas sensaciones hacen que, a pesar del desnivel, el primer ascenso pase volando. 10 kilómetros justos hasta el ibón, setecientos metros de ascenso y 1h35' para completarlos. No está mal. Desde aquí, tras un descenso fácil y divertido de unos dos kilómetros comienza el camino hacia el Puerto del Palo, que este año introduce una variante por cota más baja. Zona de ascenso tendido pero cómodo donde el sol empieza a apretar, siguiendo el "Camino de la Libertad" que llegaba hasta Francia y atravesando algunos neveros, uno de ellos con susto incluído y caída hasta la cintura sin más.

Es en este momento cuando la niebla se echa encima, al punto de que ya el control situado en esta zona deja de estar visible y me voy recto en vez de girar a la izquierda. Unos pitidos desde lo alto me avisan y recupero la orientación buena. En control se encuentra justo en la frontera y el paso a Francia, más que a otro país, parece a otra dimensión, con la niebla haciéndose más espesa conforme avanzamos.


Justo en el kilómetro 20, con 3h30' de carrera, un gran nevero y la escasa visibilidad nos hace dudar, a mi y un corredor que venía detrás sobre el camino a seguir. Pasamos varios minutos buscando la senda correcta sin decidirnos hasta que al final os decantamos por la izquierda, ya que se adivinaba una traza... Error. El grupo de dos se convierte en trío con otro participante y tras quince minutos nos convecemos de que por allí no es. Toca volver hacia atrás, e intentar buscar el camino correcto, lo que conseguimos tras casi 45' y el consiguiente cabreo.

El toque es importante, porque hasta ahora había funcionado bastante bien, pero no tardamos en reponernos y afrontamos el ascenso al Ibón de Arlet y el refugio del mismo nombre. Cuanto más ascendemos más espesa la niebla y sólo a apenas tres metros conseguimos ver a los voluntarios del control. Tras 25 kilómetros y 4h45' de carrera nos comunican que la Marcha se ha suspendido-cortado en este punto por la niebla y que desde Arlet, que por cierto ni siquiera se veía, se ha marcado un recorrido alternativo hasta Aguas Tuertas. Uno de los voluntarios nos acompaña al inicio del ese recorrido, que coincide con la frontera. Cruzamos a España y, como por arte de magia, la niebla desaparece y el sol vuelve a brillar.

Tres kilómetros de descenso nos llevan hasta Aguas Tuertas, que luce como hacía tiempo. 28 kilómetros y desde aquí, tras vadear varias veces, último puesto de control y ocho kilómetros de pista pestosa e interminable hasta llegar de nuevo el punto de salida, Oza, picando en 6h55'.

Cuarta carrera del 2018, finalizada contento y con buenas sensaciones. Como curiosidad, segunda del año recortada por la meteo, como en Borredà.

Recorrido espectacular, organización brillante y la excusa perfecta para repetir en 2019 y completar por fin los tres ibones. Prueba recomendable, una de esas #PEQUEÑASGRANDESCARRERAS






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