La Alpargata Trail se denomina a sí misma como Maratón
Alpina. Algo un poco excesivo, pensaba yo antes de patear la sierra cordobesa
durante los casi 48 Kms de esta carrera. Ahora, con otra más ya en la mochila,
puedo decir que es un apelativo totalmente merecido. Con salida y llegada en el
Club Hípico de Córdoba, los números de la Alpargata Trail son 47 Kms de
distancia, 2300 metros positivos y un terreno, decían los que lo conocían,
bastante técnico. Así, y en base a números, nada que envidiar a carreras de
zonas de alta montaña.
Con dos partes claramente diferenciadas, una primera mitad
más asequible y corrible y una segunda bastante más exigente que concentraba la
mayor parte del desnivel y los tramos técnicos, había dos posibilidades.
Reservar todo lo posible los primeros veinte kilómetros para no sufrir
demasiado después o aprovechar el tirón de salir fresco en el inicio para hacer
acopio de un colchón de kilómetros para, en el caso de que la cosa se torciera,
no terminar en catástrofe. Más todavía cuando nuestro tren de vuelta a Zaragoza
salía a las 16:45, por lo que todo lo que fuera tardar más ocho horas era
tentar a la suerte.
Particularmente para mi, una carrera que me ha servido para encontrarme un poquito a mi mismo. Correr sin música, prácticamente en solitario casi toda y sin ver a una sola persona durante quince kilómetros me hizo disfrutar más todavía de lo que es esta prueba, desde luego un gran descubrimiento en una zona en la que ni por asomo me imaginaba que existiera un rincón como la Sierra de Córdoba.
Una espesa niebla nos dio los buenos días en la zona de la
salida, tan espesa que Manu, genial anfitrión durante todo el fin de semana, y yo nos pasamos el cruce de entrada. Salvo ese
pequeño contratiempo, todo en orden en el Club Hípico en un día que amaneció
bastante frío pero conforme nos acercamos al mediodía evolucionó hacia jornada
calurosa perfecta para correr. A las ocho de la mañana casi trescientos
corredores tomamos la salida de la Alpargata Trail, a un ritmo
treméndamente rápido, demasiado para una carrera de montaña. Un ascenso de
inicio de casi 300 metros positivos en apenas cinco kilómetros indica lo que
será esta carrera: subidas explosivas acompañadas de descensos rápidos con
mucha tierra suelta. El culo se pasará por el suelo unas cuantas veces.
Ese primer ascenso, bien solventado a ritmo, con el segundo
del día también sin mayor contratiempos, dan paso a unos diez kilómetros de
senderos y pistas sin apenas desnivel positivo donde se puede correr.
Aprovechando que me siento bastante bien me impongo un ritmo alegre que me
permite ir echando unos cuantos minutos a la mochila, decidiendo no reservar y
que más adelante pase lo que tenga que pasar. Llego al k21 en 2h22'. Aquí es
donde comienza la verdadera carrera y donde veré si esos entrenamientos en los
que no he pasado apenas de los 25 Kms desde octubre me pasan factura o no.
Antes de empezar a subir tenemos que avanzar cinco
kilómetros pestosos al lado del cauce del río Guadiato, con continuos toboganes por
sendas con mucha vegetación en las que correr es complicado. Me sorprende que,
a pesar de estar ya por el k25 (2h45') no me noto excesivamente casado, y eso
que estoy comiendo bastante menos que otras veces. Sólo un Powergel hasta ahora
y algo de membrillo en los avituallamientos. Dos tachuelas preceden a la
gran sorpresa de la Alpargata. Doscientos positivos en quinientos metros por
zona de roca muy técnico y unido a al cresteo de la zona y la bajada por la
misma parte. Son los únicos momentos complicados del día, sobre todo la bajada
en ocasiones peligrosa más incluso son la humedad y la tierra sobre las
piedras. Cuesta, caída y pantalón roto incluída, pero tras treinta y dos minutos para cerrar
estos dos kilómetros, se queda atrás la parte más complicada . El descenso
lleva al avituallamiento del k32. Son 3h47' de carrera y lo más difícil ya está
hecho.
Sólo queda una subida que, aunque salva un desnivel similar
a las anteriores, al ser más tendida se hace mucho más llevadera. Una nota
característica de esta carrera es que después de cada ascensos siempre tienes
un pequeño llaneo o descenso que te sirve para recuperar, nada parecido a las subidas
kilométricas sin apenas descanso de Pirineos. Ahora ya sí hemos terminado.
Kilómetro 36, 4h38', y doce para meta sin excesivas complicaciones en los que
se puede disfrutar y saborear cada kilómetro. Esta vez incluso más que otras,
porque el Ipod murió nada más salir y, desde el 35 a meta ya no veré a nadie
más ni delante ni detrás. Tan solo yo, mis pensamientos y la Sierra. Una
experiencia diferente para mi, que siempre salgo con música.
Tras un descenso vertiginoso de tres kilómetros y tras 6h40’
de carrera cruzo la meta de la Alpargata Trail.
Hablando de la carrera propiamente dicha, una prueba que me
deja satisfecho. Por haber gestionado bien el kilometraje, no sufrir en exceso
y llegar bastante entero a la parte final corriendo casi toda ella, algo que
hacía mucho que no conseguía. Más todavía por tratarse de una carrera bastante
dura, de hecho más complicada de lo que pensaba sobre el papel. Calcule entre
seis o siete horas dependiendo del día y el tiempo final estuvo en esa
horquilla. A nivel personal, he descubierto una zona como la Sierra de Córdoba,
desconocida para mi hasta ahora, y que me ha sorprendido gratamente por sus
paisajes.
Y sobre la carrera en su organización, en mi opinión se
trata de una prueba con un potencial inmenso. Por la zona en que se desarrolla
y por la facilidad para desplazarse a Córdoba. Una verdadera carrera alpina son
un punto importante de dureza y que, desde luego, no la considero apta para
iniciarse en el trail y sí para gente experimentada. La organización sin ningún
lunar que percibiera, un marcaje excelente en los 48 Kms, muchos voluntarios y
avituallamientos más que correctos.
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