El verano mágico de de Anna Frost.


Hasta este verano, el concepto que yo tenía de Anna Frost no era muy positivo. A pesar de llevar más de diez años corriendo y con unos cuantos ya en la élite, me daba la impresión de que se había estancado en las últimas dos temporadas. Tras un 2011 espectacular y un 2012 también bueno pero menos con victorias en Transvulcania, 4Trails, Speed Goat 50 o TNF50 San Francisco y segundos puestos en Cavalls del Vent o Kinabalu, aparecía como la futura gran dominadora del trailrunning de los siguientes años.

Pero no fue así. La segunda mitad del 2012 y un 2013 que, teóricamente, debía ser la continuación de los éxitos derivaron en constantes problemas físicos y de motivación, en intentar salir una y otra vez de las lesiones sin estar recuperada del todo y en obligarse a salir a entrenar y competir sin estar recuperada totalmente.

A la par que los resultados deportivos no salían, a Anna se le veía más centrada en otras facetas de su vida, como su línea de joyas o el diseño de algunos de los de modelos de Salomon. La carrera de Anna se desinflaba mientras ella continuaba transmitiendo su imagen de rollo hippie.

Y si bien podemos considerar el 2014 como su año de resurrección, victoria y récord en Transvulcania y victoria en Bear 100, ha sido este verano cuando verdaderamente Anna Frost ha vuelto a la élite del trail con su victoria en Hardrock 100 y, unas pocas semanas después, el récord de la Nolan's 14. Dos retos mayúsculos.



Vencer Hardrock 100 no es sólo derrotar las 100 millas de distancia, ni los 24000 metros de desnivel, ni la altitud de las montañas de San Juan en Colorado. Es ganar a las norteamericanas en su casa. De hecho sus 28h22' finales fueron en una enconada lucha con Darcy Piceu, de quién tan sólo la separó una ventaja de 35' en meta. Bueno, Frost me había cerrado la boca. Personalmente no hubiera apostado un euro por ella en una carrera de 100 millas en la que se iría a unas treinta horas. Quizás sigue valiendo para Transvulcania, pero no para una Hard Rock, pensaba. Estaba equivocado.

Pero lo mejor estaba por llegar. A mediados de agosto, y en compañía de Missy Gosney realizaría el intento de conseguir completar la Nolan's 14, una ruta que une los 14 picos de más de 14000 pies (4000 metros) del macizo Sawatch Range, en la parte central de Colorado entre Aspen, Leadville, Vail y Salida. Una ruta con un tiempo límite máximo de 60 horas y en el que el recorrido no es fijo, lo puede elegir el corredor y oscila entre las 88 y las 106 millas. Tampoco existen reglas determinadas, salvo la prohibición de utilizar pacers aunque sí un equipo de apoyo en determinados lugares. Sí es posible llevar bastones y GPS. Una Nolan's que, por ejemplo, Anton Krupicka no pudo completar en 2013.

Anna Frost y Missy Gosney completaron la ruta en menos de esas sesenta horas. Concretamente en 57h55', se unieron al reducido grupo de trece personas que lo han conseguido en toda la historia y se convirtieron además en las primeras mujeres en hacerlo. Casi nada. Y aunque en los días posteriores hubo cierta controversia sobre su validez, hay quien decía que debían incluir el descenso del último pico, finalmente se dio por bueno porque en las bases del reto se especifica claro que se debe "ascender" los catorces picos.



Dos superetos conseguidos, dos pruebas de prestigio que añadir a su palmarés. Una con dorsal y la otra sin, pero igual de importantes. Y, sobre todo, la sensación de que Anna Frost ha vuelto. O nunca se había ido. A mi desde luego me ha cerrado la boca este verano.



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