Mi 2023

Dice mi Strava que en 2023 he corrido 2.026 kilómetros, que he salido a entrenar 170 días, que he competido, con dorsal, en cuatro carreras, que me he desplazado a trabajar para Territorio Trail Media a nueve destinos y que he conseguido hacer el viaje con el que soñaba toda mi vida. Si tuviera que ponerle nota a mi 2023 sería de un notable alto hasta octubre y de un cero para olvidar desde entonces hasta hoy. ¿Me pongo nota global? Venga, digamos un 6 en conjunto, por encima del aprobado pero con un regusto amargo por el último trimestre del año, que no empaña nueve meses en los que he conseguido lo más importante, disfrutar del deporte ya sea entrenando o compitiendo y de mi trabajo en Territorio Trail Media.

Empecé en marzo, con ese Moncayo pendiente desde hacía tiempo. Una ascensión que debía ser «invernal» por las fechas pero que la meteorología y el caracerístico cierzo convirtió en «infernal». La idea de subir este pico en invierno se nos retrasó un poco y no lo encontramos cubierto de nieve y hielo, nos recibió, como suele ser habitual, con mucho viento. Sin solución de continuidad, menos de dos semanas después, llegó el primer dorsal del año, en La Jurramendi. 27 kilómetros sufridos, en una carrera en la que todo salió bastante mal, pero que pude terminar dignamente y que me permitió descubrir Ayegui y Tierra Estella.

Entre abril y mayo viajé a la Bassin d'Arcachon y Cap Ferret, uno de los destinos más apetecibles si deseas combinar turismo, aire libre, naturaleza y, también, descanso y tranquilidad. A modo de mar interior, entre la desembocadura del Leyre y el Atlántico, la unión del agua salada y la dulce crea un ecosistema especial que, unido a la subida y bajada de las mareas, hace de la Bassin d’Arcachon un lugar único. También corrí el 10k del Maratón de Zaragoza en unos honrosos 45 minutos y me desplacé a Palamós para conocer el Centro Trail Palamós Empordá Costa Brava, una nueva ventana para poder entrenar en la Costa Brava, la de un espacio natural todoterreno que añade además la zona del interior, un entorno natural sorprendente dónde caminos y senderos se abren paso entre bosques y montañas.

Y de Palamós a Zegama para darme de bruces con la cruda realidad. Hay carreras que se convierten en una obsesión, a las que uno se empeña en ir a sabiendas de que, muy probablemente, no sea tu sitio. Lo mío con Zegama va por ese camino, tropezándome con la misma piedra año tras año, y ya van tres, después de haber conseguido llegar a meta en la primera participación, allá por 2008, quizás por la osadía del que acababa de llegar a las carrera por montaña. 2012, 2016 y 2023 han sido un quiero y no puedo constante y el de este año probablemente el último intento.

En junio volvía al calendario, después de cinco años, la Marcha de los Tres Ibones. Una carrera diferente, no competitiva y en mi parque de atracciones particular, en la que cumplí el principal objetivo de la participación, disfrutar cada uno de los kilómetros. Julio y la retransmisión del Gran Trail Trangoworld Aneto Posets marcaba como siempre el final de la primera parte del año antes de las vacaciones.

Llegaba agosto, las vacaciones y un viaje inolvidable a un destino que siempre había querido visitar, Israel. Si eres creyente tienes que viajar a Israel. Si no lo eres, también. Yo, que me encuentro a medio camino entre las dos afirmaciones, no puedo resumir de mejor manera mi viaje a Israel, un país que desmonta tópicos e ideas preconcebidas desde que pones el pie en él. Sin duda, el viaje de mi vida.

En la vuelta a la normalidad, como todos los años, enlacé las retranmisiones de UTMB, Canfranc-Canfranc y 2KV Collarada antes de enfocarme en el último dorsal del 2023, el del maratón de la Salomon Ultra Pirineu. Una participación muy especial, en recuerdo de Anchel, y en la que todo salió redondo. En mi caso, habitualmente, de lo que planifico teóricamente antes de una carrera hasta lo que sucede en la realidad suele haber bastante diferencia... para mal. En el maratón de la Salomon Ultra Pirineu, por el contrario todo salió redondo en base al tiempo que ma había marcado como objetivo, ocho horas. Finalmente fueron 8h05, pero cinco minutos no van a ningún lado :) y menos en una carrera en la que lo de menos era el tiempo y lo importante llegar a meta para rendir homenaje a Anchel.

La moderación de las Jornadas Mujer y Montaña de Montañeras Adebán en Jaca en octubre ponía el punto final a un 2023 lleno de actividad en el que ha quedado pendiente un dorsal o un objetivo personal en estos dos últimos meses del año.


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