La delgada línea de lo justo y lo injusto

Primero fue la ISF, luego IRONMAN y después UTMB Group y las Skyrunner World Series. Los cuatro grandes transatlánticos de "nuestro deporte" seguían las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional y prohibían, con efecto inmediato, la participación de corredores y corredoras rusos y bielorrusos en sus competiciones, aunque con algún matiz ya que IRONMAN sólo hace referencia a corredores profesionales mientras que UTMB lo extiende a todos aquellos con nacionalidad rusa y bielorrusa. Igualmente también se cancelaban las pruebas previstas en territorio de los dos países y UTMB eliminaba su etiqueta "UTMB® World Series Qualifier" a las pruebas organizadas allí. Una medida que, centrándonos en UTMB, afecta a 101 corredores (99 rusos y 2 bielorrusos inscritos en las diferentes distancias). 

Una decisión que tiene números tangibles en cuando a la participación rusa y bielorrusa pero que también tiene una segunda parte, ahora mismo imposible de cuantificar, la de los ucranianos a los que les será imposible participar en una prueba fuera de su país por las consecuencias de la guerra.

¿Es justa esta medida? Impedir la participación de deportistas en base a su nacionalidad como castigo a los estragos de sus dirigentes no lo es. Como tampoco es justo, muchísimo menos, que la población ucraniana esté muriendo por esos mismos dirigentes. ¿Qué justicia es más importante?


No podemos perder la perspectiva de que, en 2022, el deporte en todos sus aspectos es un altavoz importantísimo. Lo más importante de las cosas menos importantes decimos muchas veces, y utilizarlo como medida de presión es algo habitual.

De mantenerse la situación actual no veremos a corredores y corredoras rusos y bielorrusos ni en Chamonix, ni en la Val d'Aran ni en cualquier prueba deportiva organizada por las entidades citadas. Pero, muy probablemente, tampoco podremos ver a ucranianos ni ucranianas. 

No debemos olvidar que, mientras que rusos y bielorrusos no podrán participar por una medida de entidades que se lo prohíbe, los ucranianos no pueden hacerlo porque han tenido que huir de sus casas, obligados a alistarse en el ejército o haberse convertido en refugiados.

¿Qué es más injusto?     




 

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