#MiSendaDeCamille, de Lescún a Gabardito.

Tardé en recuperar pero, sobre todo, tardé en entrar en calor. La primera etapa me había dejado muy justo de fuerzas, cansado y con la incógnita de cómo respondería el cuerpo el segundo día. Hacía muchos años que no hacía algo parecido y, aunque la confianza era total, las dudas estaban presentes. Contra todo pronóstico, y al igual que les pasó a David y Albert, nos levantamos bastante bien. Sin madrugar tanto como ayer, a las 8h30' nos ponemos en marcha para afrontar esta segunda etapa de #MiSendaDeCamille con unos primeros diez kilómetros que iban a marcar el devenir del día.



10 kilómetros, pero qué diez kilómetros. 1200 metros de ascenso ininterrumpido hasta el alto de Petrachema que se hacen durísimos, a pesar de que el comienzo es sencillo, por una pista asfaltada que al menos nos ayuda a coger ritmo. Ni siquiera las espectaculares vistas de las Agujas de Ansabere hacen que deje de sufrir, más todavía cuando a mitad de ascenso, dejado atrás el bosque, las ampollas aparecen en los dos talones. Cuesta mucho llegar a la cumbre, tanto como 2h50' que, visto ahora en la distancia, es un tiempo muy bueno, mejor que nuestras previsiones. 

En el descenso todo se empieza a torcer. Las ampollas van a mas y cada apoyo empieza a ser una tortura. Sólo quiero llegar a Linza y pasa por mi cabeza la idea de dejarlo. Con unos treinta kilómetros por delante, llegar a Gabardito puede ser una romería de sufrimiento. Por fin aparecen las pistas de esquí de fondo y el refugio de Linza. Llevamos 4h30' y 17 kilómetros. Toca comer, descansar, curar y replantear.

Lo que era negro consigo que mi mente lo pase al gris de momento. David me cura los pies como se los curarían a un rey y, aprovechando el momento de subidón, nos ponemos en marcha de nuevo descansando menos de lo que igual hubiésemos necesitado. Primero por carretera hasta el camping de Zuriza y luego por el GR11 hasta Taxeras, los males han desaparecido. Tanto como que completamos los kilómetros más rápidos de la senda, que nos dejan en el puente de Oza en 9h30. Tenemos por delante siete kilómetros muy favorables hasta el Puente de Santa Ana, 10h40', donde nos espera Iván para darnos los últimos ánimos.


Terminar en Gabardito significa que los últimos tres kilómetros son un ascenso de 400 metros positivos que a estas alturas pican mucho. El final está cerca pero a la vez muy lejos. El GR sube directo, atravesando varias veces la carretera, tan recto que es una pared y el bosque un horno, por lo que optó por subir por la carretera. Saldrán más kilómetros, pero si sigo por el GR tengo claro que reviento.

11h39' después, 45 kilómetros después de salir de Lescún y 92k desde ayer en este mismo sitio llegamos al Refugio de Gabardito completando La Senda de Camille, el recorrido en el que vivió el último oso autóctono del Pirineo.

Dos días para recordar y un círculo que se cierra que no hubiera sido posible sin la compañía de David y Albert y el apoyo de Iván, Luis y Bruno.

 

 

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