Salomon Sense Ride 2. Mi heredera de las Sense Pro


En lo que se refiere a zapatillas, desde que comencé a correr siempre me he sentido cómodo con el mismo tipo de calzado. Modelos "blandos", amortiguados, de horma ancha y no necesariamente específicas para terrenos muy técnicos. Lo que viene a ser una zapatilla pistera, con las que recorrer decenas de kilómetros sin notarlo. Por mis pies pasaron las The North Face Single Track, Altra Lone Peak y Pearl Izumi N2 hasta que llegaron las Salomon Sense Pro, tanto en su primera como en la segunda versión.

Las Salomon Sense Pro 2 se convirtieron en uno de los modelos más cómodos que he calzado. Cierto que no es una zapatilla de gama alta y que no está hecha para ultras muy largos, pero su comportamiento en cualquier superficie ha sido excepcional y, en definitiva lo que más me importa a mi, la sensación de comodidad y de que puedes recorrer kilómetros hasta el infinito, bestial.

Desgraciadamente, la evolución a las Sense Pro 3 dio como resultado una zapatilla más agresiva y menos amortiguada, al menos para mi gusto, más destinada a terrenos técnicos que lo que era su antecesora, por lo que el modelo dejaba de servir para lo que suelen ser mis carreras y entrenamientos.


Pero llegaron las Sense Ride, geniales en su primera versión y evolucionadas a mejor en la segunda. Para mi, unas Sense Pro 2 muy mejoradas, combinando ligereza y protección con amortiguación y, lo que yo más valoro, comodidad a lo largo de los kilómetros, algo que hay que agradecer sobre todo a la media suela Vibe. 

No son las más ligeras, tampoco las más amortiguadas ni su suela es la que tiene mejor agarre. Puede que no sea una zapatilla sobresaliente en nada pero tampoco suspende en ningún aspecto, es notable en todo y son las que se vendrán a la Saintelyon 2019.



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