2016. El paso adelante de las Skyrunner.


El nacimiento hace tres años del Ultra Trail World Tour supuso el fin del "monopolio" de la ISF en cuanto a la organización de circuitos internacionales. Al mismo tiempo, y sobre todo el primer año, se tuvo la percepción de que el UTWT y las carreras que lo formaban (Transgrancanaria, UTMB, Marathon des Sables...) se iba a convertir en el circuito de referencia a nivel mundial, el que acogiera año tras año a los mejores corredores en busca de lo que, podía ser, el cetro de mejor corredor. Y efectivamente así fue, o así me pareció que era, en 2014 con el primer UTWT y su gran repercusión junto a las carreras que lo componían, en el que Nuria Picas y François D'Haene se alzaron con la victoria final.

Y, como todo en esta vida, daba la sensación de que el ascenso de unos debía significar la pérdida de fuelle de las Skyrunning. Algo que, de nuevo en mi opinión, creo que sí se produjo en aquel 2014 pero que no se extendió al 2015, cuando el nuevo circuito se estancaba mientras que las Sky se mantenían, y que en 2016 se ha saldado, de nuevo como opinión personal, con un paso adelante de las Skyrunning en sus diversos formatos.




Porque si algo ha hecho la ISF en estos dos últimos años es innovar, por dentro y por fuera. Exteriormente, y aunque pueda parecer poco importante, con una nueva imagen más moderna, más limpia y más acorde con los tiempos actuales, alejada por fin de los logos noventeros. Pero el verdadero salto hacia delante se encuentra en la ampliación de carreras, de circuitos y de continentes.

El nacimiento de la modalidad "Extreme" ha sido una vuelta a los orígenes del Skyrunning. Tres pruebas hipertécnicas que han recuperado el espíritu de los inicios de la ISF, en las que desenvolverse bien en montaña ha sido incluso más importante que correr. Auténtico Skyrunning. 

Además, hemos visto cómo los tradicionales circuitos en modalidad Sky, Vertical y Ultra han acaparado la atención durante todo el 2016, contando con la presencia de corredores de primer nivel, debido a dos razones: una racionalización del calendario, permitiendo a los corredores planificar la temporada con el suficiente descanso entre fechas y, casi más importante, la inclusión de dos modalidades en muchas de las carreras haciendo por ejemplo que un desplazamiento largo hasta Montana permita participar (y acumular puntos) en la Sky y en la Ultra. Si a todo esto le sumamos que en este 2016 se han repartido 135.000 EU en premios y que los busques insignia del circuito como son Zegama, Transvulcania, Limone o Ultra Pirineu continuan en el calendario, las Skyrunner World Series han conseguido recuperar el terreno perdido y dar un paso hacia delante este año convirtiéndose, creo, en los circuitos de referencia sin olvidar la expansion hacia territorios "inexplorados" como China o Escocia.

Una evolución que todavía no ha terminado. Y es que, con la temporada recién finalizada en Limone Sul Garda, ya se está trabajando en mejoras para 2017, entre otras el traslado a las pruebas Skyrynning de los acuerdos adoptados con la UIAA en materia de seguridad y control del dopaje, así como el incremento de países miembros de la ISF.


 


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