¿Y si llega el día en el que no podamos salir a correr por el campo?


Que este Gobierno está haciendo cosas bien y cosas mal es un hecho. Que el número de descontentos indica que probablemente sean más las malas, también. Y que este blog no es el lugar para hablar de ello, igualmente.

Hasta hoy.

En estos días de puente en los que desconecta un poco de todo, a través del blog de Luis me enteraba de algo sorprendente. Primero de que se está elaborando una nueva Ley de Montes, algo que en principio no tendría por qué ser malo, pero segundo y más importante para nosotros, que esa Ley puede restringir de forma radical nuestra presencia en el campo. Nuestra. La de los trailrunners. Pero también la de los senderistas, los que practican bicicleta de montaña, los que salen a buscar setas o las familias que salen un domingo a dar un paseo. Menos la de los cazadores. Porque sí, uno de los puntales de la futura Ley de Montes que bien es cierto todavía no es un texto definitivo, es el de prohibir el acceso los bosques y montes los días en que se celebren monterías y cacerías. 

Bueno, diréis. Ahora mismo sucede algo parecido, puesto que existen cotos de caza por los que está prohibido el paso. Correcto, pero el matiz del nuevo texto está en que se trataría de montes públicos. Sí, de gestión pública. Sí, del Estado. Sí, tuyos y míos. Resumiendo, que se intentan anteponer los derechos de unos ante los de los demás. Sería igual de injusto que porque nosotros queramos correr por el monte se prohibiera coger setas el fin de semana.

La sola petición de los cazadores me parece, aparte de un egoísmo brutal, de un cinismo absoluto amparándose en la supuesta seguridad del resto de usuarios del monte. Claro, para que no le pase nada a nadie, solicitemos la prohibición del acceso a todo aquel que no pertenezca a mi colectivo. ¿Que quiere salir a correr? Que se vaya al parque. ¿Que una familia quiere dar un paseo por el monte? Que se vayan al centro comercial. ¿Que queremos salir acoger setas? Que se las compren en el supermercado, que es menos cansado.


Hasta ahora no hay nada seguro. El texto de la Ley todavía no es definitivo y no será aprobado antes del verano. Por eso es el momento se hacerse oir, de luchar porque se mantenga el derecho a la libre circulación por nuestros montes. Intentar que se nos escuche.

De momento podemos firmar esta petición en Change.org y dar mal en las redes sociales. De eso sabemos. Facebook, Twitter, Google+... el abánico es grande.



Tenemos que hacer ruido. Está en nuestra mano. No a la nueva Ley de Montes.

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