Carrera del Ebro. Crónica y sensaciones.


Normalmente si me pongo el despertador un domingo a las 6:30 para salir a entrenar, y con nadie más, lo habitual es que me dé la vuelta y me quede en la cama. Si has quedado con alguien por lo menos te obligas a salir. Y si te has apuntado a una carrera, ya no hay excusa para quedarte entre las sábanas. Por lo que esta mañana no había escapatoria posible, y mira que tenía sueño como pocas veces.

Hasta este año, pincharme un dorsal era sinónimo de darlo todo e ir a tope hasta el final. Hace unos meses me di cuenta de que hay carreras que deben servir sólo para probar cosas. Para probar material, para conocerte a ti mismo y para ver si los entrenamientos que estás haciendo se traducirán en resultados en agosto. Hoy básicamente se trataba de ver qué tal se habían quedado las piernas después de los 80 Kms del viernes pasado y de probar ropa nueva. Con esas intenciones me he presentado esta mañana en la línea de salida de la Carrera del Ebro, con el dorsal nº4 pinchado en el pantalón y con Bea acompañándome y esperándome en la grada como siempre. Aunque eso sí, por mucho que digamos, una vez que te calzas las zapas siempre se despierta una venilla competitiva que todos llevamos dentro. 

Salida puntual a las 9, los Saliva en el Ipod, y la idea de intentar mantener un ritmo constante la mayor parte del tiempo que pueda, pero las dos primeras millas salen demasiado rápidas, por debajo de 7' casi sin querer. A pesar de haber entrenado toda la semana hasta el viernes voy cómodo y en la entrada al campo sigo rondando ese ritmo alegre, nunca por debajo de los 8' salvo en las tres o cuatro subidas duras que las hago andando. Hace un día espectacular para correr. Me sobra ropa y me falta agua. Los tres avituallamientos son algo justitos y entre medio paso bastante sed, aunque nada alarmante desde luego. La camiseta térmica de Land es excesiva para hoy, y los manguitos me sobran desde el minuto 1. Menos mal que a última hora no me he puesto los guantes, que ya habría sido el colmo.


El caso es que chinachana voy cubriendo el recorrido descubriendo esta parte nueva que no conocía. Y joder, qué grande es el Campo de Maniobras. Como podéis ver en la foto, los tiempos de las millas son bastantes similares, que al fin y al cabo es de lo que se trata: intentar correr el mayor tiempo posible a un ritmo constante. En los avituallamientos bajo bastante el ritmo para comer y beber con tranquilidad (1 powergel en cada uno) y en las bajadas procuro retenerme al igual que intento no forzar en los ascensos. Me quedaba la duda de qué tal me encontraría en el último tramo llano. De hecho pensaba que me iba a caer la minutada del siglo, pero he aguantado bastante mejor de lo que creía. Incluso he forzado un poquito al final, entrando en meta con 2h18' según el Suunto.


En resumen, un muy buen entrenamiento con dorsal. Osea, que una buena carrera superando las expectativas. Contento porque después de 9h30' de carrera hace una semana y haber entrenado todos los días hasta el viernes, me he notado muy fresco. Claro que los Saliva ayudan bastante a correr deprisa.

6 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la equipación y además he visto que has estado cómodo y has llegado muy fresco

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  2. Me ha gustado lo de "que grande es el Campo de Maniobras" jejeje. Vaya carrerón y buen resumen en la crónica. Enhorabuena.

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  3. Menudo entreno!!!. Enhorabuena. Muchas gracias por tus ánimos. Ahora a continuar con tu preparación para el gran reto, te seguimos. Adelante.

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  4. vaya tiempazo, no? para ser un entrenamiento.... En agosto lo bordas!
    muy buena crónica.

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  5. Vaya moto, yo que iba a todo que podía y tu a medio gas jeje, a seguir dándole figura!!!

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