Entrenar sin saber si habrá una meta

Hace dos semanas recuperé una sensación perdida, la de inscribirme a una carrera. Fue para la Transgavarres que, organizada por Klassmark, se disputará en Girona el 15 de noviembre próximo, COVID19 mediante. En esta época que estamos viviendo desde marzo este último apunte es el más importante. Las lesiones pasan a un segundo plano, la carga de entrenamientos también y el principal motivo de preocupación durante una preparación pasa a ser si finalmente la carrera se celebrará o no.

Porque sí, es cierto que estamos en época de pandemia y que probablemente participar en una competición no sea lo más importante ahora mismo. Pero también es cierto que nos va a tocar convivir con esta situación muchos meses y que cuanto más podamos dotar de normalidad nuestra vida diaria mejor. Y eso significa que, aunque la Transgavarres se mantenga en el calendario, la incertidumbre sobre qué pasará el 15 de noviembre es total.

El mismo día que me inscribí se aprobaron nuevas restricciones en Cataluña, entre ellas la suspensión de las pruebas deportivas no profesionales, que si se mantienen implicarían la suspensión. eesta semana están sumándose más medidas por lo que ahora mismo no sé si se disputará la carrera, si se podrá ir desde Zaragoza o si se podrá entrar en Girona...


¿Qué hacer en estas circunstancias? En mi caso, entrenar con normalidad. Un plan express que comenzó ayer y que seguirá la hoja de ruta de cualquier competición mientras se mantenga la fecha prevista. ¿Por qué? Por seguir haciendo lo que me gusta, por mantener la forma pero sobre todo por higiene mental. Y si al final no puede ser con dorsal, aprovechare los entrenamientos con otro tipo de objetivos.





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