La larga travesía de Dylan Bowman hasta la élite mundial del trailrunning.


Corría el 2010 cuando el nombre de Dylan Bowman comenzó a asomar en las primeras posiciones de las ultras norteamericanas. Una tercera posición en Leadville anticipó un 2011 en el que firmó victoria en la San Diego 100, un segundo puesto en Leadville y un cuarto en Bandera. Estos resultados auguraban un futuro que convertía a Bowman en "la gran esperanza blanca" del trailrunning estadounidense, alguien llamado a convertirse en el gran dominador del trail USA. Sus resultados en la mítica Western States 100 en los años siguientes parecía que lo confirmaban. Séptimo en 2012, quinto en 2013 y tercero en 2014, siendo en las tres ediciones el corredor más joven del top 10, la progresión apuntaba a que la victoria en Auburn caería en 2015 como fruta madura, apoyada por los primeros resultados de campanillas internacionales (top10 en Transgrancanaria 2014 y ganador de Tarawera y Australia en 2015). 

Sin embargo la WS100 del 2015, a pesar de las expectativas que le colocaban entre los favoritos, se saldó con un DNF y el comienzo de una pequeña travesía del desierto en busca del gran resultado que se le resistía, ese que le haga aparecer como favorito en las previas de cualquier carrera en la que participe.

Con su aspecto de pitcher de beisbol, Dylan Bowman es, sobre todo, un corredor fiable. Un valor seguro por el que apostarías tu dinero a un top 10 fijo cuando participa en una ultra. Puede que el carácter, serio y reservado, sea producto de una vida entre montañas. Nacido en Reno, Nevada, creció en Boulder y vivió durante bastante tiempo en Aspen, ambas en Colorado. De hecho su descubrimiento del ultratrail y sus primeras participaciones en Leadville son producto del entorno y de la cercanía. En 2014 la vida le llevó a California, a la zona de Marin County donde viven y entrenan gente como Jorge Maravilla.


Puede que fuera por ese período de adaptación, puede que por las casualidades que tiene el deporte, el período entre 2015 y finales de 2016 supuso un bajón en el rendimiento de Bowman. Entendiendo como bajón un segundo puesto en la TNF Endurance California o un cuarto en Lake Sonoma, que muchos quisiéramos. Seguía sin llegar ese salto a la élite mundial... hasta que ha llegado el cambio de tendencia. El 23 de septiembre de 2016 se celebraba una nueva edición del Ultra Trail Monte Fuji, prueba UTWT. La carrera, que se vio recortada a 47 Kms por la mala meteo, significó el retorno de Bowman a la senda del triunfo. 

El 2017 era un año importante, en lo personal y en lo deportivo. Tocaba dar el salto. En abril, la victoria en Istria 100 liderando las cien millas de principio a fin apuntaba al buen camino. El objetvo del año era UTMB y un top 5 en Speedgoat en julio indicaba que la preparación era la correcta. Llegaba septiembre y el UTMB.

Al contrario que muchos de sus compatriotas que participaron a Chamonix, Dylan no viajó a Chamonix con anticipación. Stephanie Howe o Jorge Maravilla pasaron semanas reconociendo los tramos en Los Alpes. Bowman preparó UTMB en su casa, en sus Rocosas, en Aspen. Sin presión, con la gente que conoce y viajando a Chamonix con el tiempo justo para aclimatarse. El resultado, séptimo puesto. 

Han pasado siete años desde aquel tercer puesto en Leadville. Años de un largo camino para llegar, y espero que consolidarse, en la élite mundial del trail. Algo de lo que me alegro especialmente.

  





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