Calificando el 2015. Aprobado justito.


En 2015 he tenido la suerte de participar en tres de las carreras más importantes que se organizan, no sólo en España, sino en el mundo: Transgrancanaria, Transvulcania y Ultra Pirineu. Entre medio, Maratón CIMA, Boca del Infierno y Vallès Drac Trail. Un año que comenzó en marzo y terminó en septiembre con la prueba de Bagá, cayéndose a última hora Ultra Collserola y Saintélyon por diferentes motivos. Un 2015 menos anárquico, con los entrenamientos en manos de Lluis Capdevila (aunque es cierto que sin hacerle demasiado caso) y que termino con una nota, digamos, que podría ser un aprobado alto. Con un momento que vale su peso en oro, la entrada en la meta de Los Llanos de Aridane en Transvulcania.



A primeros de marzo llegaba Transgrancanaria, una carrera en la que llevaba muchos años intentando participar y a la que llegaba, teóricamente, en un estado de forma potente que se tradujo en un primer tercio de carrera buenísimo que, de repente en Km 35 cambió a un bajón y a una falta de fuerzas que me hacía imposible casi estar de pie. Una hora para completar los tres kilómetros que me quedaban hasta Garañón, donde terminó mi Transgrancanaria. Un principio de anemia diagnosticado a la vuelta fue la explicación.



Quince días después, con motivo del Congreso de Montañismo CIMA, se organizaba muy cerca de Zaragoza un Maratón de Montaña. 45 Kms con dos mil metros positivos que la meteo convirtieron en una mañana de lluvia, niebla y barro con, además, 5k más de propina al tener que modificarse el recorrido por las lluvias. 5h31' que sirvieron para quitarme el mal sabor de boca de Gran Canaria y ver las cosas de otra manera.



Todo lo que había escuchado hablar de Transvulcania era positivo. Normalmente, cuando las expectativas son tan altas lo normal es que haya algo de decepción. A mi vuelta de La Palma califiqué Transvulcania como "la carrera en la que la realidad es incluso mejor que el vídeo". Trece horas y media, más de tres de las que pensaba antes de empezar, pero disfrutadas de principio a fin, encontrándome a mi mismo y terminando la, probablemente, mejor carrera de siempre.



Tras volver de La Palma me quedé algo desmotivado, sin objetivos que me animaran a entrenar con ganas de nuevo. El siguiente dorsal fue en Boca del Infierno, una carrera con la que mantengo bastante relación pero que un árbitro de la FAM se encargó de joder la participación ya desde la recogida de dorsales el sábado tarde.

Pasó el verano, llegó septiembre y Bagà con su Ultra Pirineu, donde estabá inscritó en el maratón. Completé los 45 Kms en una prueba en la que corrí con fiebre pero que disfruté casi toda hasta los últimos cinco que, en mi caso, sobraron. Aún y todo, una experiencia muy positiva.



Apenas tres semanas después se disputaba en Tarrasa la segunda edición de la Vallès Drac Race. Organizada por un buen amigo como es Lluis Capdevila, en 2015 aumentaba la distancia a los 50 Kms, dando un salto de calidad en dificultad y organización. Algo más de 6h30' recorriendo los caminos de Sant Llorenç cerraron las participaciones del 2015.



Seis carreras en el año que conforman un balance positivo si las coloco en una balanza. Si me tengo que dar nota, me apruebo. No más, pero sí aprobado.



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