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29 agosto 2013

Leadville 100. Con la camiseta de Territorio Trail.


El no haber llegado a la meta en Leadville nos dio la posibilidad de poder contemplar la carrera desde otro punto de vista, la del espectador - aprendizdeperiodista. A pesar de que se trate de una de las pruebas grandes del Globo, y de que ahora la organiza una gran empresa de gimnasios (otro día hablaremos de los aspectos negativos de este gigantismo), no ha perdido su carácter familiar. Eso significa que puedes pasearte como Pedro por su casa por cualquier parte del entramado y hablar con quien te apetezca (y le apetezca a él claro) sea organizador, corredor o pro.

Si además la casualidad (o más bien seguir en Twitter a la web de referencia en esto) hace que te encuentres dándole al prive justo al lado de la meta en el momento en que están a punto de llegar los primeros, tienes por resultado que te quede un reportaje bastante curioso de la zona de meta.

Vimos llegar a Ian Sharman, entrando en meta tranquilamente como quien no hubiera estado corriendo durante dieciséis horas y media. Chaval muy majete, simpático y educado (se nota que es inglés), que además aguantó estoicamente la chapa de Juanma contándole las bondades de Bes-T.


Aunque un poco más tarde sí que le vino el bajón, normal.



Estas son las zapatillas que llevó Sharman en carrera, unas Scott Kinabalu


Alrededor de media horita más tarde apareció por allí Nick Clark, segundo clasificado, que curiosamente llegó bastante más perjudicado que Sharman. Bonita la estampa entrando en meta acompañado de su familia.



Supongo que este deporte nos gusta tanto porque puedes ver al primer y segundo clasificado abrazarse y comentar las incidencias de la carrera entre ellos y con cualquiera que se acerque por allí.


Mary Lee, fundadora de la LT100, que estaba por allí colocando sillas como una voluntaria más.


Al día siguiente volvimos a coincidir con Ian Sharman. Volvió a estar cercano y simpático a pesar de la chapa de la noche anterior.


Y ya de paso, al poco de cruzar la meta, aprovechamos para pedirle que nos contara sus impresiones de la carrera. Cómo no, nos atendió. Son sólo 40 segundos, pero es interesante escuchar la opinión de un pro nada más llegar:




27 agosto 2013

La espantá. Crónica de la Leadville 100. DNF.


Espantá. Dícese de cuando uno, sin excusa convincente, no comparece en el lugar y hora a la que ha quedado. Huir a toda prisa de un lugar.

Con esta expresión y esta definición, tan utilizada en el mundo del toro, se puede resumir fácilmente mi participación y retirada en la Leadville 100 del 17 de agosto.

Hay días en que los planetas se alinean, otros simplemente las cosas salen bien y, a veces, todo se convierte en un completo desastre. Esto último es lo que sucedió en Colorado a partir del miércoles anterior a la LT100. No os aburriré más con lo que pasó esos tres días, ya está contado por aquí. Sí que os diré que a pesar de que han sido muchos meses de entrenamiento, medio año enfocado exclusivamente a un objetivo y, por qué no decirlo, un desembolso económico también importante, lo he valorado todo en su justa medida y como lo que es. Sólo una carrera más. Hubiera sido maravilloso terminarla, pero no ha podido ser. Como se dice por aquí, hay más carreras que longanizas. 

Gracias a Beatriz, Juanma y Nico que estuvieron a mi lado apoyándome en mi decisión fuera la que fuera y a las conversaciones que mantuve antes y después con Amalio, Ser13gio, Jesús, Verena, Carles y más gente que me hicieron ver las cosas desde una perspectiva radicalmente distinta a la que yo tenía, y que además es la buena.


Llegamos a Colorado 10 días antes de la carrera con la idea de hacer turismo y, de paso, iniciar la aclimatación a la altura. Los 2600 mts a los que se encuentra Vail ayudaron bastante y, salvo el primer día que entrené por allí, no noté sus efectos demasiado. Ocho días después, el jueves por la mañana, llegábamos a Leadville y a la cabaña que habíamos alquilado allí. Ya estábamos el grupo al completo: Beatriz, Juanma, Nico y yo. Dedicamos el jueves a reconocer el recorrido, las zonas de asistencia y el tipo de terreno por el que se desarrolla la Leadville. Tal y como sabíamos por comentarios y vídeos, cualquier parecido con las carreras europeas es mera coincidencia. Lo que para los americanos es "zona técnica" para nosotros son senderos entre bosques con alguna raíz por toda dificultad. Lo que para ellos son senderos, nosotros lo veríamos como pistas forestales que parecen autopistas. Millas de zonas llana y asfalto, mucho asfalto. Otro concepto, muy distinto pero igual de válido. Al fin y al cabo se trata de correr por la montaña, sea de una forma u otra.

Parece que ver el recorrido, comprobar con mis propios ojos lo que antes había observado sólo con vídeos de Youtube y fotografías me relajó bastante. Eso, unido a la milimétrica planificación que tenía Nico del plan de carrera me tranquilizó. Uno de los puntos importantes también era comprobar las coordenadas GPS de las aid station y el tiempo que tardarían en llegar Beatriz y Juanma con el coche a ellas. Dado que salíamos con las 25 horas como tiempo de corte base, y que casi todos los corredores de los 800 participantes llevaban coche de apoyo, en algún control llegarían demasiado justos puesto que el tráfico sería muy elevado. Así lo comprobamos, decidiendo que tendríamos que prescindir por falta de tiempo de una de las asistencias y, dependiendo de cómo se desarrollara la carrera, también de la de Winfield.





El viernes, día precarrera, se organiza la charla técnica. Normalmente no suelo asistir, pero esta vez era distinto. Había que estar. Se trata de una charla diferente. No te hablan de las condiciones de la carrera salvo unos pocos minutos. El resto, de los aproximadamente 60' que dura, son palabras motivadoras 100%. Homenajes a los que han completado todas las ediciones, a los más ancianos, a los que vienen de fuera a correr, a los que son de allí... En fin, a todos para que todo el mundo se sienta como en casa. Y para terminar, el discurso del hijo del creador de la carrera Kenneth Chloube. Una sucesión de palabras a cual más motivadora, al estilo de las películas, que te ponían los pelos de punta, con alguna lagrimita también.

Volvimos a la cabaña a terminar de preparar la estrategia de carrera y el material que llevaríamos en el coche que se reducía a "todo". Los días que llevábamos en Colorado nos habían servido para darnos cuenta de que un sol radiante se convierte en cinco minutos en unos negros nubarrones que dan paso a la tormenta del siglo para volver a tostarnos al sol al poco rato. 

Volvimos a repasar los puntos de asistencia, los tiempos de que se disponía en coche para llegar a cada uno, dándonos cuenta de que había que descartar alguno de los previstos sobre el papel en España. La tercera prevista, Half Moon, se quedaba fuera por la dificultad de acceso. Y en la última, Winfield, estaba por ver si podría llegar el coche o sólo Nico con lo básico. Lo demás estaba claro, salir con una mochila con agua + 2 geles + 2 barritas y en cada punto dejarla y coger otra con lo mismo. La comida y bebida sería para consumir entre punto y punto.

Con poco sueño, a las nueve nos fuimos a la cama para intentar dormir lo máximo posible, puesto que a las dos de la mañana nos poníamos en pie. Hasta las once de la noche no concilié el sueño, tres horitas que pasaron volando pero que fueron suficientes para descansar. Vestirse para la guerra, cafetito, tarta de chocolate para desayunar y hacia la salida. ¿Ganas? Pues hombre, por mentir os diría que pocas. Diciendo la verdad digo que ninguna.

Allí estábamos, en la línea de salida, donde ya no había escapatoria. Poco a poco se va llenando por los corredores la zona cerrada. A pesar de que la temperatura ronda los 4 grados, hay unos cuantos a pecho descubierto, tipo Krupicka. Y yo con el plumas puesto hasta última hora... De repente, silencio total. Una voz comienza a cantas el himno USA. Como en las películas manos al corazón, miradas al cielo y aplauso final. Emocionante la verdad. Escopetazo (literal) de salida y a correr.



De la carrera propiamente dicha poco que contar. Que recorrí 40 millas intentando disfrutar lo máximo posible. Que los tiempos de paso para las 25 horas iban saliendo incluso con algo de adelanto. Que bordear Turquoise Lake bajo las estrellas y amanecer con el reflejo de los primeros rayos de sol en el agua no tiene precio. Que ver a Bea con su carita de frío y a Juanma desvivirse en las aid stations para todo lo que necesitara no es algo que olvidaré fácilmente. Que en el ascenso a Sugarloaf tuve los únicos síntomas de mal de altura en toda la estancia en Colorado. Que explicar lo que pasaba por mi cabeza al avanzar por carreteras que recordaba de haber visto en vídeos de Krupicka o Sandes no es fácil. Que ya me quería parar en May Queen, y luego en Fish Hatchery y también en Half Moon.



Y que al final hice lo que me decía la cabeza. Irme para casa, para la cabaña en este caso, y después bajar al pueblo a emborracharnos (tal y como había sugerido Amalio). A celebrar la experiencia, las vacaciones y los momentos vividos. Y lo cierto es que he progresado mucho. Porque no hubo caras largas ni lloros ni malos rollos. Y sí risas, muchas risas.



¿Qué pasó? Sencillo y sin paños calientes, que me cagué. Tal y como suena. Sea por la presión, porque dejé de tener confianza en mi o porque no me creía capaz de hacerlo. ¿Qué físicamente estaba preparado? Creo que sí, aunque ya sabéis que esto no es una ciencia exacta. Pero que dejé de pensar que podía hacerlo también. 

Estaba todo preparado. Los entrenamientos, el material, la estrategia, el equipo, los tiempos... todo menos yo, que me cagué.

17 agosto 2013

Esto es todo amigos.


Alrededor de mil quinientas entradas después ha llegado la hora de decir adiós. O quizás hasta luego, pero sí de tomarme un largo respiro. El tiempo suficiente para ver las cosas desde otra perspectiva.

Dice un muy buen amigo que los blogs tienen fecha de caducidad. No aparece marcada en la tapa como en los yogures. Simplemente llega un día en el que no hay nada que contar. O, dándole la vuelta, que no todos los días hay cosas que contar.

Como decían en los dibujos de la tele, esto es todo amigos. Gracias a tod@s los que a lo largo de estos cinco años habéis estado presentes en algún momento en el proyecto Almasyrunner que, tal y como estaba planteado hasta ahora, pasa a mejor vida. 

Seguiré entrenando todos los mediodías, pero el señor Almasy se coge unas largas vacaciones. En cambio, seguro que al señor Alfonso lo veis en algunas carreras. No serán tan largas pero apuesto a que recuperaré las ganas de disfrutar y pasarlo bien. Sin contar batallas, sin radiar lo que hago. 

Como si de un reloj que pudiera echar las manillas hacia atrás, retrocedemos cinco años en el tiempo.






16 agosto 2013

Cuando las cosas se ven de otro color. En Leadville.


Es curioso lo que representa un blog. Alguien se sienta delante de un teclado, suelta sus paranoyas y al otro lado del mundo alguien las lee, te contesta y se preocupa por ti. Desde que mantengo esta ventanita al mundo, casi cinco años ya, he pensado que debía transmitir lo que siento. No vale de nada contar historietas que no sean verdad en su totalidad o intentar vender una moto que no tienes. He creído que debía mostrarme tal y como soy, con mis buenos momentos y también con los malos. Nunca he querido engañar a nadie y por eso siembre escribo lo que siento en ese momento, sea positivo o negativo.

Esta mañana al levantarme me encontraba realmente mal. Me acosté con vómitos por los nervios y, despierto desde las 4:00, antes de desayunar he tenido una crisis de ansiedad. Dificultad para respirar, angustia, lloros... No sé que pensaréis de mi al otro lado, pero es lo que ha pasado. A tal punto me estaba superando la situación que había decidido con Beatriz que no iba a tomar la salida. Que no merecía la pena que me encontrara así por algo en lo que no me va la vida. Que se iba a la mierda Leadville, Colorado, las Cien Millas y todo. Que me metía en un avión y me volvía para casa. Una llamada a un buen amigo de Madrid y unos mensajes con otro buen amigo de Zaragoza (muchas gracias Amalio y Jesús) me han animado algo. Finalmente hemos decidido venir por lo menos. Montado en el coche y recorriendo las treinta millas que teníamos hasta Leadville, conducir me ha sentado de maravilla y, por lo menos he aliviado tensión. 

Al llegar he recogido el dorsal y nos hemos juntado con Nico, que hará las funciones de pacer. Me ha transmitido muchísima tranquilidad. Hemos comido en el pueblo y, con los coches, hemos ido a reconocer la primera parte del recorrido, las primeras y últimas treinta millas. El terreno, la situación de las aid stations, donde tendrán que estar Beatriz y Juanma, los tiempos de paso, los tramos de asfalto (que por cierto son bastantes)... Ver in situ por donde se desarrollará la carrera me ha relajado muchísimo. Visualizar por dónde pasaré, ver esos paisajes que recorreré, tener delante de mi, a lo lejos, Hope Pass me han hecho recordar para qué estoy aquí. No por qué, para qué. Para hacer lo que me gusta, para intentar cumplir un sueño. Un sueño que no puede convertirse en obsesión. ¿Lo conseguiré? No lo sé. Ahora mismo, no os voy a engañar, lo veo complicado. Pero no podía irme de aquí sin haberlo intentado. No recuerdo quién de vosotros me lo ha dicho: "Sal a correr y disfruta. Sean diez millas o sean cincuenta, pero disfruta".

Ahora, mientras escribo esto tengo por vistas lo que veis en la fotografía. Las Rocosas en su inmensidad, los 14ers y allí un poquito a la izquierda Hope Pass. El sábado a las cuatro de la mañana estaré en la línea de salida de Leadville. Saldré a correr y a disfrutar cada milla del recorrido e intentaré terminar por todos lo medios. Pero sean 100 millas las que recorra, sean 50 o sean 25 no dejaré que me obsesionen. Ni antes, ni durante ni después.

Por mi, por vosotros, por esos mensajes de ánimo que me habéis enviado, por intentar cumplir un sueño. 

En serio, de verdad, gracias por estar ahí, al otro lado. 



14 agosto 2013

Decisiones tomados. Cuando algo te sobrepasa.


La semana antes de venir a Colorado comentaba con Quique, un amigo de esto del correr, si realmente merecía la pena todo esto. Nos referíamos a carreras tan largas, a tantas horas de entrenamiento, a si realmente lo compensaba luego cuando terminabas. O cuando no lo hacías.

Hace alrededor de cuatro años lo pasaba muy mal antes de una carrera, situación que poco a poco "domestiqué" hasta conseguir el objetivo principal de esto, que es básicamente disfrutar. Sensaciones que creía olvidadas hasta el pasado junio, cuando ante el GTP volvieron a aparecer.

Los primeros días en Colorado fueron muy bien. Vacaciones, turismo, descanso, la compañía de Beatriz que es lo más importante... Pero conforme se está acercando el sábado todo está cambiando. Ha vuelto la sensación de ansiedad, los nervios que se me comen, el maldormir, no poder conciliar el sueño. Me vuelvo a repetir como ya os comenté hace dos meses. No puede ser que una actividad que se realiza por placer me condicione de esta forma. Que te sobrepase y te cree una ansiedad de tal forma que condicione el día a día y que no disfrutes de lo que te importa. De las vacaciones, de Beatriz, de todo lo importante de la vida.

Creía que después del GTP lo había conseguido encauzar de nuevo, pero sólo fue un espejismo ante la lejanía del objetivo.

Muchos de los que estáis leyendo esto haríais lo imposible por estar en mi situación. Estar en Colorado, participar el sábado en una de las carreras más míticas que existen en el mundo, disfrutar ese momento. Algo que yo no estoy consiguiendo. Estar deseando que llegue el domingo para que todo haya pasado y desaparezca esa sensación de agonía en mi cuerpo, ese estado de nerviosismo permanente, esas ganas de respirar hondo y no conseguirlo...

Cuando volvamos, la decisión está tomada. Pensada y reflexionada al máximo. Hay cosas que no compensan.

 

13 agosto 2013

La adaptación a la altitud.


Dos eran los motivos por los que llegábamos a Colorado diez días antes de la Leadville. Uno, sin duda, era disfrutar de las merecidas vacaciones de verano. El otro, obviamente, aclimatar el cuerpo a la altitud en la que se desarrolla la carrera, entre 3000 y 3800 metros.

Mucho había leído y me habían comentado sobre los efectos en el cuerpo al realizar esfuerzo físico pero, como todo, hasta que no lo experimentas en primera persona no se puede explicar. A diez días de una cien millas no es cuestión de meterte entre pecho y espalda unas panzadas de entrenamientos. Lo que he hecho hasta ahora han sido cuatro salidas de 45' a 60' entre los 2600 y 3100 metros, dos pateadas por encima de los tres mil más lo que supone dormir, pasear, comer y vivir por encima de los 2500 todo el tiempo.

¿Qué se siente la primera vez? Cuando salí por la puerta del hotel y avancé los primeros quinientos metros pensé "bah, no es para tanto...". Eso, hasta que el camino comenzó a picar para arriba. Las pulsaciones aumentan a la vez que el cansancio y la respiración de hace algo más complicada. También he sentido las piernas más cansadas. Afortunadamente no he sentido ninguno de los otros síntomas como dolores de cabeza fuertes y mareos, pero Beatriz ayer cuando estábamos a 3600 sí que tuvo síntomas de mal de altura.

En fin, que poco a poco noto que mi cuerpo se adapta. Que cada día me canso menos y que ya no pierdo tanto el resuello. Si ha sido bastantes o no, lo sabremos el sábado. Es el máximo tiempo que hemos podido venir y lo estamos aprovechando a tope. Creo que sí serán los suficientes para por lo menos no acusar excesivamente el esfuerzo en los pasos más altos.






11 agosto 2013

Colorado. ¿El estado del sol?


A pesar de las guías hablan de 300 días de sol al año en el estado de Colorado, hasta hoy nosotros no hemos podido verlo de verdad. Con inundaciones en la zona de Denver, fuertes tormentas donde nos encontramos en Vail y unas temperaturas bastante bajas los primeros días, por fin hoy nos hemos despertado con un espectacular cielo azul sin una sola nube y hemos comprobado lo que pica la exposición continua al sol a más de tres mil metros de altura.

Hoy se disputaba en Leadville la prueba de las cien millas en BTT, la que ha disputado y ganado hace unos años Lance Armstrong y que últimamente ha adquirido casi más notoriedad que las cien millas nuestras de las semana que viene. De hecho, en la tienda oficial la inmensa mayoría de los productos son de BTT. También algo sorprendidos porque, a pesar de la importancia de la carrera y de la alta participación, no se veía ayer mucho ambiente por el pueblo.

Hoy también he salido un ratillo a entrenar, sin meter desnivel y la verdad es que parece que el cuerpo se va adaptando a la altura. No he llegado a pasar de los 2500, pero las sensaciones han sido positivas.





10 agosto 2013

En Leadville. Las tormentas, el frío y la amiga de Dylan Bowman.


Hoy, por fin, hemos estado por vez primera en Leadville. La ciudad más alta de Estados Unidos, con sus tres mil metros de altura, no nos ha recibido con los brazos abiertos precisamente. La meteorología está haciendo honor a lo que dicen las guías de las Rocosas y las tormentas y el fresco nos siguen acompañando. Por las mañanas, cuando salgo a entrenar a las siete hace un día espléndido, pero a partir de media mañana comienza a cubrirse y los rayos, truenos y negros nubarrones no se separan de nosotros hasta la noche. La previsión para la semana que viene es similar así que, o mucho cambia la cosa o tendremos una carrera pasada por agua y con bastante frío, seguramente con unos cuantos grados bajo cero. Esta noche ha estado nevando en Independence Pass, a 3600 metros de altura.

¿Cómo es Leadville? Exactamente igual que en las fotografías o, quizás, algo más desvencijado. Un auténtico pueblo de la América profunda, con una sola calle principal y con lugareños cuando menos peculiares. Mañana se disputa la prueba de Mountain Bike, últimamente casi con más fama que la de la semana que viene y se veía bastante ambiente de bikers. Hemos estado también reconociendo algo el terreno de la primera parte de carrera, las aid stations de Twin Lakes y Fish Hatchery, lo que nos ha dejado la fuerte lluvia. La zona es preciosa y espectacular.

Por cierto, que ayer charlando con la dependienta de una tienda de Vail, resultó que era amiga de Dylan Bowman. Corredor de Pearl Izumi, quinto en la WS100 de este año y segundo y tercero en sus participaciones en Leadville. Que nos hagamos y una foto y se la envíe desde el móvil un whasapp para poder saludarle no tiene precio.

Y bueno, respecto a los entrenamientos y a la aclimatación, pues que esto cansa más que entrenar por Zaragoza. Hoy he salido sesenta minutos por las pistas de esquí. Comenzando a 2500 y llegando a cota 3000. Cuesta sobre todo cuando el terreno pica para arriba.






09 agosto 2013

En Colorado. La altura y la cambiante meteo.


Un AVE a Madrid. 9 horas de avión hasta Chicago. Un retraso de dos horas en el aeropuerto. Otras dos a Denver y de allí 119 millas de coche hasta llegar a Vail. O lo que es lo mismo, dieciséis horas de viaje. Pero afortunadamente sin problemas en los viajes, sin pérdidas de equipaje y sin ninguna incidencia que reseñar ya estamos en Colorado. 

Sólo llevamos un día, pero tiempo suficiente para experimentar todo lo que habíamos leído y escuchado. Los efectos de la altura. Ese dolorcillo de cabeza que se te pone cuando ves en el altímetro que estás a 3100 metros de altura o esas piernas que se cansan un poquito más de lo normal cuando sales a entrenar.

Porque a pesar de que el miércoles llegamos cerca de las doce de la noche, como con el jetlag a las cinco y media de la mañana ya estaba despierto, qué mejor cosa que calzarse las zapas y salir a entrenar. Sólo 45' para desentumecer las piernas, partiendo de la cota 2450 a la que nos encontramos para llegar a los 2800 por los senderos que bordean las pistas de esquí. Y aunque la verdad es que creía que lo iba a notar más, se acusa algo más de fatiga sobre todo en los tramos de ascenso pronunciado. Aparte de eso, ningún síntoma más salvo un ligero dolor de cabeza que desapareció tras dormir. 

También habíamos oído hablar de lo que cambia la meteo por aquí. Cierto, porque de un sol excelente esta mañana y una temperatura muy agradable para correr el cielo se ha cerrado de repente, las nubes han bajado y los truenos y la lluvia se han venido a hacernos compañía junto con el frío. 





05 agosto 2013

Hablemos de Leadville. En camino.


Han pasado siete meses desde que el uno de enero confirmara la inscripción a la Leadville 100, desde que comenzáramos el camino. Después de 3750 Kms desde primeros de año, de madrugones para entrenar, de trasnochar para seguir entrenando, de salidas en buena compañía, de muchas risas, de algún lloro, de buenas y malas sensaciones... por fin ha terminado ese camino. Disfrutado cada día de entrenamiento de principio a fin, del frío en invierno y del calor en verano. Hago mía la letra de una canción de Mago de Oz. Al final, la carrera no es más que la guinda del pastel. El último piso del rascacielos que hemos construido día a día. Ya ha pasado la parte más dura y lo único que queda es disfrutar del momento ese día. Cambiado el chip y modificada la mentalidad para disfrutar cada kilómetro, cada milla, cada hora desde la primera hasta la treinta.


Llegar a la meta no es vencer,
Lo importante es el camino y en él,
Caer, Levantarse, Insistir, Aprender.


Ponemos rumbo a Colorado, nos vamos a las Rocosas. De vacaciones, para disfrutar y saborear la experiencia del Oeste la primera semana y para pensar en la carrera sólo, y sólo desde, el jueves 15. 

Contra lo que pudiera parecer, respecto al tema carrera estoy bastante tranquilo. Ayer por la noche, antes de dormir, lo pensaba. Tengo mayor sensación de inquietud por el viaje, por las nueve horas de un vuelo, las dos y media del otro y las dos restantes de coche. Porque al final casi te estresa más todo el jaleo. Que no te pierdan las maletas, que no pierdas la conexión del vuelo, que todo esté en orden... Por si acaso me llevo conmigo lo básico que necesitaría para correr, que aunque en los diez días que estemos allí antes daría tiempo a que nos llegara el equipaje si hubiera problemas.



Hoy, penúltimo entrenamiento en suelo patrio. 8 millas por el recorrido de la TMT12, 70'. Mañana antes de salir hacia Madrid, algo parecido.

02 agosto 2013

Planes otoñales. Ultra Trail Collserola.


No sé a vosotros pero a mi, una vez que llega el mes de octubre me da la sensación de que, hablando de correr, se ha terminado el año. Las carreras por el monte comienzan a escasear y queda la opción de dedicarse a entrenar sin un objetivo claro hasta la primavera o preparar un maratón de asfalto. Opción esta que barajé pensando en acudir el último fin de semana de noviembre a San Sebastián y que finalmente descarté.

Hace unas semanas comentaba por aquí que comienzan a aparecer trails cercanos a las ciudades, de manera que se puede combinar fácilmente turismo y deporte. Una de esas pruebas que comentaba era el Ultra Trail Collserola. 74k, 42k y 21k en el mismo Barcelona, recorriendo los caminos y senderos del Parque de Collserola. Distancias asequibles para todos y desniveles nada estratosféricos, de tal forma que es idea para iniciarse en los ultras aquellos que estén pensando en dar el primer paso. A primera vista, tiene pinta de ser un recorrido muy similar al del Ecotrail de París.  Será la primera edición y, de momento, el éxito en las inscripciones ya lo han conseguido puesto que en la distancia grande ya se han completado las 500 plazas ofertadas. Personalmente es un tipo de carreras que me gusta. No excesivamente duras, con una distancia media que te hace disfrutar sin llegar a ese punto de sufrimiento de otras mucho más largas, con el ambiente de la cercanía de una gran ciudad y con el aliciente para los acompañantes de tener lugares que visitar durante los tiempos de espera que a veces se hacen tan largos.

Viene bien por fechas, también por distancia y por cercanía, por lo que el 23 de noviembre estaremos en Barcelona participando. Beatriz en los 21 Kms y yo en los 74 Kms. junto a José Luis. Con la ayuda de la Organización, que nos ha hecho un hueco aunque se habían terminado las inscripciones. Os lo iremos contando por aquí y en Territorio Trail




Creo que me he portado bien y he respetado las pautas que me marcó Jesús para estas últimas semanas de entrenamiento. Semana muy suave la anterior y mediana esta, con poco menos de diez horas de entrenamientos sumando 61 millas. A partir de ahora rodajitos suaves por las mañanas y terminar de afinar el cuerpo. Si lo hemos hecho bien o mal, la solución en quince días.

Señor@s, aquí uno que se va de vacaciones. Aunque el blog, en principio y salvo catástrofe informática e imponderables, no para. Seguid corriendo.

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01 agosto 2013

Territorio Trail. Cierre de temporada hasta septiembre. ¿Os ha gustado?


Ayer despedimos la temporada de Territorio Trail. Después de doce programas y de tres meses de batallitas cerramos la persiana hasta el mes de septiembre, aunque nos llevamos las zapatillas porque, suponemos que al igual que vosotros, seguiremos corriendo por las montañas. Si habéis sido fieles desde el principio os habréis dado cuenta de que el programa ha evolucionado y, sobre todo, se ha hecho más flexible en base a lo que más enganchaba.

Para la vuelta del verano seguiremos manteniendo la estructura, aunque con algún pequeño cambio. Continuaremos con las entrevistas a los pros, pero quizás más espaciadas. Resultan muy interesantes, pero al final queda la sensación de que a todos les terminas preguntando lo mismo. Mejor hacerlas cada varias semanas o cuando haya algo importante que contar por ellos, como el resumen de una carrera en la que hayan participado.

La secciones de nutrición de Sportts y de coaching de David Roncero han tenido comentarios muy positivos. Se quedarán fijas y trataremos temas más específicos que puedan resolver vuestras dudas. Si no cada mes, que igual resulta excesivo, sí por lo mnos cada mes y medio. 

Algo parecido sucede con el Traildebate. Tuvo muy buena acogida, un formato distinto y más fresco que el resto de los programas, con opiniones para todos los gustos. El primero se nos fue un poquito de las manos porque al final terminamos hablando de casi todo menos de lo que estaba previsto. Pero gustó mucho y es de lo que se trata. Para los siguientes, también con una periodicidad de mes y medio o así, acotaremos más los temas.

Ya os he dicho otras veces que vosotros sois lo más importante del programa. Tenéis a vuestra disposición el correo electrónico y la página de Facebook para hacernos llegar sugerencias, temas y por supuesto críticas.

Os esperamos en septiembre.


En el programa de ayer la actualidad manda y dedicamos mucho tiempo al Gran Trail Aneto, si bien menos del que queríamos. Intentamos dar una visión a tres bandas de lo sucedido el fin de semana en Benasque: Por parte de los participantes, de los Organizadores y de alguien que lo vio desde fuera. Lamentablemente, y después de haberlo confirmado con ellos mismos el martes por la tarde, la organización del Trail Aneto no entró a dar su opinión. A pesar de ello, creo que fue uno de los programas más interesantes de la temporada.

Está subido en Itunes si lo prefieres o en Ivoox:


Nos hemos metido en agosto. Un día para las vacaciones, cinco para salir hacia Colorado y quince para la Leadville. Poquito tiempo ya, el necesario para afinar del todo. Hoy, 2 horitas y 14 millas.


EQU: TNF Single Track / Camiseta Sports HG / Pantalón Kalenji