Parafraseando a García Márquez, crónica de un abandono anunciado. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.
Cuando tomé la salida del IDM el sábado por la mañana ya sabía que llegar a meta era una quimera. Sólo quedaba por saber hasta dónde llegaría. Probablemente si no se hubiera desarrollado tan cerca de Zaragoza no habría ido, pero con la cercanía por lo menos había que probar, aunque lo lógico y racional hubiera sido quedarse tranquilamente en la cama.
Nada más apoyar los pies en el suelo al levantarte supe al 100% que no era el día, pues el dolor persistía. A pesar de todo estaba motivado y animado. Es distinta la actitud con la que te tomas una carrera cuando sabes que no cumplirás el objetivo, quizás más con ganas de aprovechar el tiempo que se pueda y convertir el día en un buen entrenamiento. Llegada al campamento con Héctor y Juan sobre las 10 para recoger dorsales, chips y demás. Por fin recibimos el roadbook y conocemos la distancia definitiva (112 Kms) y los kilómetros que separan los controles de paso. Las dudas que tenía con el agua y las calorías las resuelvo finalmente saliendo sólo con un camel lleno de 1 litro dejando el otro vacío. Respecto a las 2.500 calorías, realmente sólo cargo para consumir 1.500, cubriendo las mil restantes con panes hipercalóricos y frutos secos para deshacerme de ellos a la mínima oportunidad y bajar peso en la mochila. Era la única forma de llegar a los 2,1 Kgs obligatorios, puesto que el peso del equipo obligatorio lo había reducido a la mínima expresión.
Apuramos para entrar en el control de salida a última hora. Revisión de mochila, de material y para adentro. Charla técnica antes de salir, últimos datos de la prueba y a las doce en punto se da la salida. Me coloco al final del todo, es algo que hago habitualmente en estas pruebas largas para llegar poco a poco a mi ritmo cómodo de carrera, mi ritmo Amalio, que suele andar sobre los 6’. Como era de esperar, la rodilla comienza a dar guerra desde el principio pero intento evadirme de ello. Muy pronto se estira el grupo, los corredores de desperdigan demasiado pronto para lo que suele ser habitual y me coloco alrededor del 25 enfilando hacia el CP1 que está a 13,5 Kms. A pesar de que hace calor, no es tanto como las semanas anteriores en Zaragoza, o por lo menos me lo parece a mi y lo aguanto bastante bien. El recorrido es el habitual de la zona. Pistas interminables y poco técnicas con algún paso de vez en cuando por campo abierto. Llego al CP1 en 1h15’. Paro a estirar, me tomo una Powerbar, relleno el camel y salgo a cubrir los 14k que hay hasta el CP2 ya con la decisión tomada de quedarme allí. El dolor va aumentando y acumular kilómetros sólo puede servir para romperme del todo. No llegaré de ninguna forma, y dentro de quince días está apuntado en la agenda el Maratón del Aneto. Estos kilómetros son más sufridos. Dos largas pistas kilométricas se hacen eternas. La distancia entre corredores ya es de cientos de metros entre cada uno. El sol está muy alto y castiga a los menos acostumbrados. Tras estas pistas descendemos por un cañón, unos tramos complicados de campo abierto y senda algo técnica en la que apenas se puede correr para completar los 28,7Kms hasta el CP2 en 2h55’. Aquí me quedo. Tal y como llego doy aviso de mi retirada y me tumbo a la sombra a esperar que vengan a buscarme para ir de regreso al campamento.
Contra lo que pueda parecer, no estoy ni desanimado ni descontento. He aguantado casi 30k con bastante dolor, y seguir más hubiera sido un suicidio deportivo. De las tres pruebas del mes de julio superé con nota Belchite y aquí ha llegado el suspenso. Dentro de quince días, estaremos en Benasque para el Maratón del Aneto con el Altus Xtrem Team.
Este es el track de la prueba hasta el CP 2, donde me quedé:
Esto es lo que pensaba el día anterior a la carrera:
15.07.2011 A menos de 24h de la salida del IDM (12h del sábado 16), las noticias no son buenas. En runrun de la rodilla continúa, ayer por la tarde molestaba, y esta mañana al levantarme me he dado cuenta de que la llevo bastante hinchada. Pero bueno, es algo que ahora mismo no tiene solución. Sabía que podía pasar, pero tras terminar la Desértica sin ninguna molestia, lo creía superado. En fin, que poco se puede hacer salvo esperar a mañana, tomar antiinflamatorios y confiar en que durante la prueba remita. Así que basta de lamentaciones, lo que tenga que ser será. Por cierto, que no todo son malas noticias. Ayer por la tarde recibí una llamada de Altus, diciéndome que querían implicarse todavía más en los objetivos Almasyrunner, especialmente en el Trail Aneto del 30 de julio. La semana que viene os lo ampliaré.
Como podéis ver en la foto, el material de carrera está preparado. Repito casi todo lo que tan bién me ha ido en otras carreras con dos excepciones: el pantalón pasa a ser un con musleras compresivas y también llevaré medias compresivas. En esto último tengo una duda, y es que jamás las he usado. Entonces, ¿debería llevarlas de salida o echarlas a la mochila y ponérmelas avanzada la prueba? La manía de siembre, estrenar calcetines, y otro par de repuesto, el cortavientos, la cantidad de comida que os detallé ayer, el material obligatorio, el Ranningbuff, gorra, frontal, el Ipod con mi lista motivante... Lo que se ve arriba.
La previsión meteorológica anuncia que el calor no será tan extremo como podíamos esperar, con unos 32º de máxima. A cambio, a partir del sábado noche se prevé entrada de cierzo. Espero que no se adelante, porque eso sí sería dantesco para mi. En principio han dicho que la carrera se podrá seguir por el Facebook y Twitter de la Organización, pero no sé exactamente si en tiempo real o no. De todas formas intentaré comentar noticias y sensaciones desde mis FB y TW.
Del recorrido no se sabe nada, porque es secreto y hasta mañana con los dorsales no lo sabremos. Serán entre 110 y 120k con 8 avituallamientos en los que sólo recibiremos una botella de 1,5 lts de agua y otra de 0,5 lts de isotónica. El tiempo máximo para completarla es de 28h, hora límite las 16h del domingo. ¿Cuánto tardaré? Ahora mismo una incógnita. Al no conocer el perfil ni el recorrido no puedo hacer una estimación de tiempo ni marcar puntos claves como hice en Trashumad o en París, carreras en las que llevaba el recorrido muy memorizado.
De la lista también me parece excesivo el número de calorías obligatorias: 2.500 con el número de dorsal marcado en los envoltorios. Eso son muchas calorías, y por extensión demasiado peso. Para conseguir la suma irán en la mochila 7 Powerbar, 6 Powergel, 1 bolsita de Ride Shots y 2 Naturalenergy. Y bueno la navaja, el silbato y el botiquín quizás serían también prescindibles, aunque realmente no están de más para un caso de emergencia.
Ah!, y ya he hecho también la selección de música que llevaré en el Ipod y que me acompañará en los momentos duros. La moral está alta pero la rodilla sigue molestando, y eso sí que no me gusta.
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