Las Skyrunner World Series recuperan el terreno perdido

Zeanuri, con la Gorbeia Suzien albergando las SkyMasters, puso el punto final a las Skyrunner World Series 2022, un circuito que comenzó allá por el mes de mayo en la Skyrace des Matheysins en Francia y que ha pasado, con 13 pruebas disputadas, por 11 países.

En la temporada de la eclosión definitiva de las UTMB World Series y de la consolidación de las Golden Trail Series como circuito de referencia de las distancias "cortas", la tarea de las Skyrunning por hacerse con su hueco en el calendario no era en absoluto fácil. Y si nien es cierto que UTMB World Series, como tal, no es un rival de igual a igual en cuanto a distancias y tipo de prueba y que las Golden en este 2022 ya juegan en otra liga, sin ir más lejos en las finales de Madeira se van a repartir casi 200.000 euros en premios, las SWS han salvado la temporada de forma notable.

¿Cómo lo ha hecho? Desempolvando los orígenes de cuando las World Series las organizaba ISF y apostando por el Skyrunning como un deporte diferenciado, con unas características muy diferentes del trairunning. Carreras de distancia media y altamente técnicas que, por el contrario, también tienen un coste de oportunidad, como es la dificultad para atraer a corredores élite. Con la saturación del calendario se hace difícil convencer a los mejores para estar en una línea y, sin embargo, se ha conseguido. Hemos competir y luchar por la clasificación general a Maite Maiora, Marcela Vasinova, Virginia Pérez, Lindsay Webster (la vencedora final), Iris Pessey, Sandra Sevillano, Oihana Azkorbebeitia o Martina Cumerlato entre las mujeres y a Christian Mathys, Nico Molina (ganador), Damien Humbert o Robert Loic entre los hombres. 

También hay que destacar la importancia que se le ha dado al circuito por parte de, por ejemplo, la Selección Vasca que ha acudido en bloque a casi todas las pruebas o por FEDME, para la que la participación en las carreras de las SWS eran uno de los criterios de selección para los Mundiales de Skyrunning.

Seguramente todo lo anterior no sería posible sin un factor determinante, el económico. Las Skyrunner World Series han repartido 35.000 euros en premios, a los que debemos sumar los 15.000 que se repartieron en la Gorbeia Suzien, fruto de la apuesta por el circuito de un patrocinador potente como es Merrell. Hoy en día el ofrecer premios económicos importantes resulta fundamental, y así se está entendiendo en carreras y circuitos.

Decía en mayo que para que las Skyrunner World Series 2022 tuvieran posibilidades de éxito como circuito debían "ofrecer un "producto" de calidad, que las organizaciones estén a la altura y que la visión del circuito se perciba como un todo, no como una suma de carreras que cada una haga su guerra, unido, no hay que olvidarlo, a premios en metálico que lo hagan atractivo."

Ahora, con la temporada finalizada, creo que se ha conseguido. La organización y la comunicación ha sido notable, hemos podido ver a un número importante de élites participando y el seguimiento ha sido sobresaliente. En 2022 se ha podido recuperar el terreno perdido del año de la pandemia y el posterior y, a partir de aquí, el circuito sólo puede seguir creciendo. Ojalá sea así en 2023. 





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