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30 diciembre 2020

Un 2020 de merder

El 8 de marzo estaba en Palamós. Aprovechando que era puente en Zaragoza, la Cincomarzada, nos fuimos cuatro días a la Costa Brava. Una escapada que terminaba participando en el Trail Costa Brava, el que iba a ser el primer dorsal del 2020 y al que seguirían el Maratón de Zaragoza, Zegama, algún reto personal y un viaje a Oman en otoño para la Oman by UTMB.

Así hubiera sido si este año hubiera sido normal y si el mundo no hubiera comenzado a desmoronarse justo a la vuelta de la Costa Brava. Aunque la frase no es mía, es de Yaiza Miñana, no hay mejor manera de calificar este 2020 como un año de mierda. Virus, confinamientos, vueltas a una normalidad que ya no lo es, reconfinamientos, incertidumbre y cancelaciones en cascada. Eso, unido a un junio bastante complicado personalmente, han hecho que el mejor deseo que se pueda tener para este año es que termine cuanto antes y que el 2021 sea mejor, lo que no debería ser muy complicado.

Tras la Costa Brava, di vueltas como un hamster al perímetro de mi trabajo. Buscando algo de motivación, atravesé Tennessee virtualmente en la carrera que organizaba Lazarus Lake y que reunió a miles de participantes de todo el mundo, y en verano completé uno de esos proyectos personales que se suelen quedar en el tintero por falta de fechas disponibles, terminando con un intento de FKT en el Cucuruzuelo. 

Para el otoño había más planes, pero la segunda ola, los confinamientos perimetrales y también la falta de ganas ante un horizonte bastante desolador hicieron que los entrenamientos se convirtieran en deporte-salud y poco más.

Hasta nunca 2020.


Thks:
Salomon España
Suunto España
Bemore Nutrición
Nutritape
Petzl
Leki
Strava
Esportiva Aksa
Territorio Trail Media




21 diciembre 2020

#Inspiraciones. El discurso de Coach Flowers.


Ron Flowers es entrenador de fútbol americano y no precisamente malo, conocido sobre todo por sus dosis de motivación y por los resultados conseguidos por sus equipos cuando nadie daba nada por ellos. Son famosas sus charlas en el vestuario, épicos discursos que ponen la piel de gallina. Uno de ellos fue grabado y colgado en Youtube. Tres minutos de pura motivación, que se agranda más con el Promentory de El Ultimo Mohicano de fondo.



I am a champion. Ron Flowers(Coach Flowers):

Hoy caballeros estaré honrado de dirigirlos, pero más honrado de llevarlos al campo de batalla. Pero  hoy hay otro honor que se les ha dado. Y ese honor es la respuesta a esta pregunta.

Correcto. Pero necesito que eso lo recuerden durante todo el partido. Conquistaremos lo que nunca ha sido conquistado. La derrota no esta en nuestro credo. Haré a los que antes han dudado de mi. Siempre procuraré mantener el prestigio, honor y el respeto de mi equipo. Entrenaré mi mente y mi cuerpo con constancia!

Reconozco que mis oponentes no esperan que gane, pero nunca me rendiré. La debilidad no estará en mi corazón. Miraré a mis camaradas, quienes me han traído a este mundo. Y a quienes me han entrenado y sacaré fuerzas por ellos

Deseo entrar en el campo de batalla. Y me moveré, surcaré y haré todo lo que pueda hacer. Y lo alcanzaré a través de cualquier medio que esté a mi disposición. Y al llegar lo haré violentamente. Arrancaré el corazón de mi enemigo y lo dejaré sangrando en el suelo porque él no puede detenerme.

Tengo a mi lado compañeros con los que he luchado contra viento y marea a través de sacrificio, sangre, sudor, lágrimas. Jamás los dejaré caer. Jamás los decepcionaré y jamás dejaré un enemigo detrás. Porque nuestro oponente no conoce mi corazón.

Nadie me negará. Nadie me desafiará. Y nadie me dirá quién soy, qué soy y qué puedo hacer. La fé cambiará mi mundo. La fé ha movido continentes, países y puso al hombre en la luna. Y me arrastrará a través de esta batalla

Derrota, retirarse… no están en mi vocabulario. No entiendo sus significados. No entiendo cuando las cosas van mal. No entiendo de errores. Pero si entiendo esto. Entiendo victoria y entiendo el nunca rendirse. No importa cuán mal vayan las cosas, mi corazón y mi mente sostendrán mi cuerpo cuando mis piernas se debiliten.

Ese día será hoy. No mañana ni la próxima semana. Ahora, aquí, en tu casa, en tu hogar. La historia me recordará y no tendré que preocuparme por ésto siendo amable. Me definiré a mi mismo y escribiré mis propias alabanzas. Nadie me dirá lo que puedo o no puedo ser. No regresaré a casa sin entregar todo de mi.

15 diciembre 2020

El encanto de los lugares abandonados. Autódromo Terramar.


En todo el tiempo que llevo corriendo por el monte me he encontrado muchas cosas. Menos dinero, creo que de todo.  Coches y tractores abandonados, patrullas del Ejército de maniobras, despliegues de la Guardia Civil buscando "algo", animales de cuatro y también de dos patas, gente desnuda y hasta una vez el levantamiento de un cadáver. Pero de todo lo que puedo encontrarme cuando salgo a entrenar no hay nada que me atraiga más que los lugares abandonados.

Para mi, los lugares abandonados tienen un encanto especial. Edificios anclados en el tiempo, situados muchas veces en mitad de ninguna parte, dejados a su suerte y con la vegetación comenzando a recuperar su territorio.

Este pasado agosto, en uno de esos entrenamientos en los que sales un poco a la aventura, sin saber hacia dónde ir, aparecí en el Autódromo de Terramar. O lo que queda de él.


El Autódromo de Terramar, en Sitges, se inauguró en 1923. Un trazado oval, al estilo de los circuitos norteamericanos de la época, con grandes peraltes en las curvas, llegando hasta los 60º de inclinación. Estuvo en funcionamiento hasta la década de los cincuenta, cuando el incremento de potencia de los coches de competición lo hicieron inseguro para la celebración de pruebas automovilísticas.

En la actualidad se encuentra abandonado y, en principio, está prohibida la entrada. Mantiene casi todas sus estructuras primitivas y el circuito propiamente dicho, a pesar del paso de los años, no se encuentra en un estado muy malo, aunque desde luego no para organizar carreras. Como dato curioso, toda la parte central del anillo está ocupada por huertos y cultivos.








09 diciembre 2020

Las zonas de avituallamiento en un ultratrail. Momentos, miradas y conversaciones irrepetibles.


No sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero las zonas de avituallamiento en un trail tienen un sabor especial. Nada parecido a los de un maratón o una media, donde pasas a toda velocidad y justo te llega para coger una botella de agua de la mano del voluntario que te la ofrece gentilmente, debes bebértela corriendo para no perder el ritmo y la mayoría de las veces te la capuzas por encima.

En un ultratrail la cosa cambia. Personalmente, cada vez que llego a un avituallamiento de estos me da un subidón. Me gusta el ambiente que se vive en ellos. Gente tirada por el suelo, cambiándose de calcetines, rellenando camels y bolsas, comiendo y bebiendo tranquilamente... Nada de prisas. Uno se toma su tiempo para descansar, reorganizar las mochilas, cambiarse de ropa, enchufar la música en el Ipod, hacer una llamada de móvil para comentar por dónde vas y qué tal están tus fuerzas, pasarse por esas largas mesas que parecen la barra libre de una boda y en las que en vez de alcohol tienes agua, isotónica, fruta y todo lo que puedas necesitar, siempre bajo la atenta supervisión de los voluntarios preparados para ayudarte con cualquier cosa que necesites, desde rellenarte ellos mismos los bidones hasta ayudarte a abrir la rosca del camel porque tienes las manos tan frías que no te responden.


Compartes miradas de complicidad con otros corredores, palabras de ánimo, comentas los kilómetros que tienes por delante o esos tramos que has dejado atrás. No hay prisa por salir de nuevo al camino, en parte porque sabes que te esperan momentos duros. Pasan minutos en los que, aunque estás rodeado de gente, sólo estás tú y tus pensamientos, que inevitablemente se posan en lo que te queda por delante. 

Decididamente es otro mundo. Un universo aparte, un oasis en mitad de la nada donde puedes encontrar todo lo que necesitas para continuar hacia tu meta. Momentos, miradas y conversaciones irrepetibles, con personas que tienen tu mismo objetivo y que seguramente comparten tus mismos pensamientos.