Esperando escuchar el clic. Ese momento en el que la mente te dice que lo has conseguido, aunque todavía no has cruzado la meta.


Brick, el protagonista de "La gata sobre el tejado de zinc", pasa las dos horas de la representación teatralagarrado a una botella de whisky, bebiendo, y esperando que en su cabeza suene un "click" que le libere para el resto del día.

Muchas veces decimos que un ultratrail es como la vida, que pueden pasar tantas cosas en él, buenas y malas, como en cualquier época de nuestras vidas. Y como en ella, en las carreras siempre hay un momento en el que en tu mente escucha un "click" que marca el antes y el después.


Hay un momento que suele ser común a muchos corredores, el de la mitad justa de carrera. Cuando llegas al kilómetro que marca el ecuador de la prueba, ese punto en el que se empiezan a restar kilómetros, cuando ya lo que falta es menos de lo que has avanzado.

Pero no siempre es así. En ocasiones el click suena cuando llegas a un avituallamiento y te das cuenta, no sabes muy bien porqué, de que es tu día. O cuando, aunque todavía tengas decenas de kilómetros por delante, llegarás a la meta. O incluso antes de que se de la salida.  
Cada cabeza es un mundo, y cada uno siente el click a su manera. En mi caso recuerdo el k56 del Ecotrail de Paris del 2012, el Ultra Trail Collserola del 2013 que marcó el ver las cosas de otra manera, la llegada a Saint Genoux bajo la nieve en la Saintèlyon del 2014 o el paso por el Time como un cadáver en Transvulcania 2015.  

Momentos buenos, momentos malos, con sufrimiento o sin él pero momentos en los que tu mente te dice que lo has conseguido, que aunque no hayas cruzado la meta todavía lo harás, mejor o peor, pero llegarás.


 




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