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27 septiembre 2023

Transvulcania debe volver a sus orígenes

He tenido la suerte de viajar en cinco ocasiones a La Palma para participar y contar Transvulcania. Cinco años que me permitieron vivir la prueba desde diversos ángulos. Como corredor en 2015, como medio después y, más adelante, integrado en la organización de la prueba para conducir las retransmisiones. Tiempo suficiente para conocer la carrera a fondo, sentirla en parte como propia y mantener un cierto punto de espíritu crítico.

Transvulcania llegó a su undécima edición, la del 2019, en un perfecto estado de salud. El principal activo de la carrera era, sin duda, el excelente trato que recibían los participantes desde que pisaban la Isla de La Palma. Cualquier corredor, sea élite o sea popular, se sentía parte de la prueba. Eso es algo que te transmiten todas las personas implicadas en la organización pero también los palmeros, que consideraban Transvulcania como algo suyo y que también se reflejaba en las instituciones de la Isla, sabedoras de que la prueba es un escaparate de La Palma a nivel mundial y la oportunidad de promocionarla, promoción que comienza desde el mismo momento en que el participantes embarca en el avión de vuelta a casa. Y eso que Transvulcania ya tiene el trabajo hecho y, seguramente, no necesita más promoción. A pesar de ello se trabajaba por mejorar y por innovar constantemente.

La pandemia global obligó a su cancelación en 2020, como la inmensa mayoría de pruebas a nivel mundial y cuando en 2021 comenzaba a estar ya todo prepado, con el inminente anuncio de su inclusión en las UTMB World Series, la erupción del Volcán Tajogaite forzó a una nueva cancelación. Transvulcania regresaba en 2022, en una atípica fecha otoñal, ya con el sello de unas UTMB World Series que desembarcaron en la Isla de La Palma incorporando a la prueba al circuito más importante del mundo pero, quizás, con la falta de sensibilidad de quien va a organizar algo que es parte de todos los palmeros y palmeros. Y si bien es cierto que UTMB Iberia se hizo cargo de Transvulcania en la época más complicada de la prueba, tras las dos cancelaciones, no es menos cierto que no se logró llevar de nuevo a Transvulcania a las cotas que la habían convertido en una de las mejores carreras del mundo. 

La edición de otoño de 2021 fue de perfil bajo, ganando peso el corredor popular, casi por obligación, y en la que echó en falta una mayor presencia de élites. Acostumbrados a ver siempre en Transvulcania, hasta ahora, a los mejores corredores del mundo, no pudimos disfrutar de duelos a la altura de las ediciones anteriores. La prueba también llegaba acompañada de polémica por la modificación de la prueba vertical y por las voces que, desde la Isla de La Palma, apuntan a una devaluación de la carrera y de pérdida de su ADN en la edición del retorno, la que debería haber significado situar de nuevo a La Palma en el centro del mapamundi del ultratrail mundial.

En 2022, la segunda edición bajo el paraguas de UTMB, se recuperó parte del brillo perdido e incluso la victoria de Dakota Jones nos hizo volver por un momento a los años en los que ver al estadounidense, a Anna Frost, a Kilian Jornet o Luis Alberto Hernando en los senderos de La Palma era lo habitual. Sin embargo, el público no era partícipe de esta edición y las imágenes del paso de los corredores por Los Canarios o en el tramo final de Los Llanos de Aridane nada tenían que ver con las de 2019 y años anteriores.

La fractura social respecto a Transvulcania en la Isla de La Palma era evidente desde la llegada de UTMB Iberia. Una fractura en la que todas las partes tienen su porcentaje de culpa, en mi opinión mayor la de UTMB Iberia, y que no se ha llegado a superar nunca, agrandándose más si cabe hasta derivar en lo que era un secreto a voces, el fin del matrimonio entre Transvulcania - UTMB World Series. una separación comunicada de "mutuo acuerdo" que dista mucho de ser así. 


Una salida inolvidable, un recorrido espectacular, un público entregado y la mejor meta del mundo. Así podría resumirse, en pocas palabras, Transvulcania. En muy pocas, porque es mucho más. Desconozco si los organizadores de la primera Transvulcania, allá por el verano de 2009, eran conscientes de que estaban creando una prueba que en poco tiempo se iba a convertir en una de las más importantes del calendario mundial y que los 93 participantes que cruzaron la meta llegarían a multiplicarse por veinte apenas unos años más tarde. Tampoco sé si imaginaban que Transvulcania se convertiría en un referente global, una de esas carreras en las que todo corredor desea participar. O que se iba a crear una minitemporada turística las semanas anterior y posterior a la celebración la prueba. 

Llegan tiempos de cambios. Que forme parte de unos u otros circuitos, que quienes estén dentro de la Organización cambien no importa. Lo importante es que Transvulcania vuelva a ser la carrera de todos los palmeros y palmeras y, probablemente, uno de los mejores ultratrail del mundo en el mejor escenario posible.


21 septiembre 2023

Israel, el viaje de mi vida. El Israel National Trail.

El Israel National Trail

Si pasar unos días en el Neguev era algo innegociable en el viaje a Israel, recorrer parte del Israel National Trail a su paso por el desierto no tenía tampoco discusión. Después de haber escrito varios artículos sobre el INT y haber hecho el seguimiento diario del récord de Michael Wardian en 2019 era uno de los imperdibles.

El Israel National Trail, inaugurado en 1995, es el sendero de gran recorrido que atraviesa Israel. Con mi kilómetros de longitud puede realizarse de norte a sur, comenzando en Dan Kibbutz, muy cerca de la frontera con el Líbano, y finalizando en Elilat, a la orilla del Mar Rojo o a la inversa, aunque lo habitual es hacerlo en el primer orden, de norte a sur. Curiosamente, el nacimiento del Israel National Trail tiene su origen a muchos kilómetros de distancia. Tantos como los que separan Israel del Appalachian Trail, en la costa este de Estados Unidos. La idea de su creación nació a raíz del trekking que a finales de los setenta realizó Abraham Tamir en los Apalaches, aunque tuvieron que pasar casi veinte años hasta su inauguración. Su trazado se ha mantenido desde el inicio salvo un ligero cambio, por motivos de seguridad, en el tramo que circulaba junto a la «línea verde».


Los mil kilómetros del INT nos permiten descubrir los variados ecosistemas del país. Lo habitual es comenzar por el norte para ir introduciéndonos poco a poco, tras recorrer la línea costera, en los ambientes desérticos del sur y del desierto del Neguev. Estos en concreto son los que recorrimos. Un tramo de unos cincuenta kilómetros en los que pudimos sentir en primera persona la inmensidad del Neguev, la cercanía de la frontera con Jordania (en el horizonte estaba siempre a la vista el Wadi Rum) y la perfecta señalización del recorrido, así como los recipientes que hay cada pocos kilómetros para depositar la basura y otros servicios que ofrece el INT. Respecto a la señalización, el Israel National Trail sigue senderos bien definidos y marcados, en los que perderse no es una preocupación. En cualquier caso, no está de más consultar mapa y ruta antes de comenzar cada etapa. Las marcas del INT están formadas por tres colores: naranja, azul y blanco. Ni el color ni su orden son aleatorios. Naranja para el desierto, azul para el océano y blanco para la zona norte. Si la franja naranja es la más alta o la que está en la parte superior, esto indicará que estás caminando hacia el sur… hacia el desierto del sur. Si el blanco está más alto o en la parte superior, esto muestra el camino hacia el norte, hacia la nieve en el norte (literalmente, nieva durante un par de semanas al año y solo en los puntos más altos, así que no te hagas muchas ilusiones de pisar nieve en Israel).


Entre treinta y cuarenta días es el tiempo aproximado que dedican aquellos que recorren el Israel National Trail. Obviamente, puede hacerse más rápido, más lento o directamente corriendo, como hizo Michael Wardian en 2019, 
estableciendo un récord de 10 días y 16 horas.

 

Mis imperdibles

Avanzar por el INT dirección sur, con la inmensidad del desierto a tu derecha y las vistas de Jordania y el Wadi Rum a la derecha.


Donde dormir

SixSenses Shaharut. Perfecto destino para descansar una noche o varios días antes de emprender el tramo final del INT hasta Elilat.

20 septiembre 2023

Israel, el viaje de mi vida. El desierto.

El desierto. Masada, Neguev, Arava, Shaharut y el Mitzpe Ramon. Slow driving dentro del road trip.

No sabría decir desde cuándo o por qué tengo fascinación por los desiertos, pero es una realidad. En mi viaje a Israel tenía claro que el desierto tenía que ser una parte fundamental y así fue, realizando un “mini road trip” dentro del road trip que fue el viaje y que nos llevó desde Jerusalem al Valle de Arava, en el corazón del Neguev, bordeando el Mar Muerto, pasando por Masada, disfrutando de una estancia de ensueño en el Six Senses Shaharut, corriendo en el Israel National Trail y regresando atravesando el impresionante Mitzpe Ramon y la tumba de Ben Gurion.

El trayecto hacia el sur desde Jerusalem tiene entidad propia, adentrándote poco a poco en el paisaje desértico recorriendo la carretera 90 con la orilla del Mar Muerto siempre a nuestra izquierda. Un claro ejemplo “slow driving” donde el tiempo corre despacio y no importa la velocidad a la que te desplazas, durante muchos kilómetros a decenas de metros bajo el nivel del mar. Rápido o despacio, parando en el Mar Muerto o no, llegarás a uno de los lugares icónicos de Israel, la fortaleza de Masada, que no deja de ser una redundancia puesto que Masada, en hebreo, significa fortaleza.


Dominante sobre el Mar Muerto y el Desierto de Judea, Masada es una fortaleza natural. Un promontorio aislado que albergó la gran fortaleza de Herodes. Hoy convertida en Parque Nacional, con un espectacular centro de visitantes en su base, es visita ineludible por su valor paisajístico y por su historia, presente en el imaginario colectivo por el suicidio masivo de sus ocupantes antes de ser derrotados por Roma. Hay dos formas de ascender a Masada desde el Centro de Visitantes: por un camino que asciende serpenteante o en teleférico. La teoría dice que como buen Trailrunner debería haber subido por el camino, pero las vistas desde el teleférico son tan espectaculares que es mi recomendación. ¿Y una vez arriba? Recorre los restos de la fortaleza, imagina ser parte de ella durante el asedio y levanta tu vista hacia el infinito desierto de Judea.

El Valle de Aravá es mencionado en la Biblia como lugar de paso en el éxodo de los hebreos desde Egipto. Este enclave en el Neguev, a menos de cien kilómetros del Mar Rojo, es el lugar perfecto para sentir el desierto en su más amplia extensión, de proporciones bíblicas y fascinante como pocos. Aquí está el Six Senses Shaharut, en un acantilado de roca mimetizado con su entorno formando un panorama casi de otro planeta, un oasis en el que se escucha el silencio. Aquí podrás contemplar las estrellas en uno de los cielos más despejados del mundo, disfrutar del atardecer hasta la puesta de sol, participar en talleres de cocina local, hacer trekking por los alrededores o, simplemente, descansar en las habitaciones con vistas de 180º del desierto. A menos de un kilómetro del Israel National Trail, es la excusa perfecta para conocer algún tramo del sendero, aunque del INT hablaremos más adelante.


Formando una “Y” gigante, de vuelta hacia el norte, nuestra vista se sorprende con la magnitud del Mitzpe Ramon. Hoy el Maktesh Ramon es el Parque Nacional de mayor extensión de Israel con, por cierto, forma de corazón. Es además el cráter de erosión más grande del mundo abarca, lejos de todo, con arena multicolor, roca volcánica y fósiles y unas vistas nocturnas también sin contaminación lumínica. Conducir por él mientras te diriges a Be'er Sheva es una auténtica delicia. A medio camino entre Ramon y Be’er Sheva debemos dedicar una parada a visitar la tumba de David Ben Gurion, el fundador del Estado de Israel que a su muerte vio cumplido su deseo de ser enterrado en el Neguev.

 

Mis imperdibles

Ascender a Masada en el teleférico. Visita la “sala de la lotería” en Masada, donde se decidió el orden de suicidio. Contemplar la puesta de sol en el Six Senses Shaharut. “Escuchar” el silencio en el desierto de Aravá. Visitar la tumba de Ben Gurion.

 

Donde correr

Sin duda, realizar alguno de los tramos del Israel National Trail que atraviesan el Neguev. Perfectamente indicado, no hay posibilidad de pérdida, es una inmersión en el desierto mientras contemplas el Wadi Rum jordano en el horizonte.


Donde dormir   

Six Senses Shaharut. Uno de los mejores hoteles del mundo en un entorno idílico, incrustado en el paisaje con impresionantes vistas. Tranquilidad y descanso o aventura, o las dos opciones. Tú eliges.

19 septiembre 2023

Israel, el viaje de mi vida. Jerusalem.

 Jerusalem. Más que la capital del mundo.

“¿Cuánto vale Jerusalem?. Todo”

La frase la pronuncia Saladino en la película “El Reino de los Cielos” y resume en sólo cuatro palabras el significado de una ciudad que, por si sola, merece el viaje entero. Jerusalem es una experiencia, es una mezcla de sentimientos que te atrapa desde que llegas, desde que empiezas a percibir una atmósfera espiritual y sentir una ciudad que transmite historia, religión y mezcla de culturas. Una ciudad santa para cristianos, judíos y musulmanes no puede defraudar y no lo hace. Desde luego, no la Ciudad Vieja pero tampoco el exterior de la muralla, una Jerusalem diferente que sorprende, y mucho, para bien.

¿Por dónde comenzar? Complicado. Quizás por el lugar que más me impresiono personalmente, el Muro Occidental, el Western Wall, el Muro de las Lamentaciones (al que sólo llamamos así los hispanoparlantes). En su definición, el lugar más sagrado del Judaísmo, el único tramo que ha llegado a nuestros días del Segundo Templo. En la práctica, el lugar más espiritual que he visitado. No es necesario ser judío para comprender su significado, para sentir su espiritualidad o para que se te pongan los pelos de punta cuando apoyas tu mano en la piedra. Si la visita a la Ciudad Vieja es un viaje en el tiempo y una inmersión en tres culturas tan diferentes, llegar al Muro Occidental, y su visión por primera vez atravesando las calles del Barrio Judío es inolvidable.


Es hora de volver a la primera línea de nuestro viaje. Si eres creyente, Jerusalem alberga los lugares más sagrados del Cristianismo. Si no lo eres, vas a conocer en primera persona los lugares que todos, en mayor o menor medida, hemos estudiado de pequeños. En ambos casos vas a alucinar. Porque la sensación de pisar las mismas calles en las que Jesucristo arrastraba la cruz, estar en el lugar en el que le crucificaron, visitar el Monte de los Olivos donde rezó la noche anterior o el espacio vacío donde resucito no se puede explicar con palabras. Es necesario sentirlo. La Vía Dolorosa y sus catorce estaciones o la Iglesia del Santo Sepulcro permanecen en la memoria para siempre.

De camino al tercer vértice de Jerusalem, la Explanada de las Mezquitas y la Cúpula de la Roca, los lugares sagrados de los musulmanes, es obligado visitar y perderse, una y otra vez, en el Mercado de la Ciudad Vieja, en el que puedes encontrar de todo. Un mercado en el que debes aparcar las prisas en la entrada y disfrutar del ritual que supone comprar, del regateo y del te.


Pero Jerusalem es mucho más que la Ciudad Vieja. Es una ciudad moderna sorprendente por su animada vida, por sus calles llenas de gente, por sus barrios modernos con galerías de arte, cafeterías sacadas de un catálogos hispster y librerías, decenas de librerías. Jerusalem es también la Colonia Alemana, la Moshava, un idílico enclave a diez minutos de la Ciudad Vieja donde la vida es tranquila y reposada entre edificios templarios de finales del siglo XIX, es el Yad Vashem, el sobrecogedor Museo del Holocausto que, aunque alejado del centro es una obligada visita para conocer uno de los episodios más negros de la historia y es vivir el Sabbath.

Planificar un viaje a Israel y que la noche del viernes al sábado estés en Jerusalem es como si te toca la lotería. Ser actor principal del día sagrado del Judaísmo es una experiencia, otra más que no olvidarás. Los grupos de familias ortodoxas dirigiéndose al Muro Occidental para el rezo más especial de la semana, las calles vaciándose poco a poco a medida que se acerca la puesta de sol, las familias que van a otras casas con los platos que han preparado como la tarde de Nochebuena en España o el silencio en las calles al regresar en bicicleta al hotel por la noche sin coches en la calzada.


Mis imperdibles

Subir a la azotea del Hospicio Autriaco en la Ciudad Vieja y contemplar la vista. Cenar en la terraza del restaurante del Notre Dame Center. Visitar o alojarse en el Hotel Rey David, historia viva de la ciudad. Pasear por las calles vacías de Jerusalem en Sabbath. Visitar y dedicar tiempo al Muro Occidental.

 

Correr en Jerusalem

Sin rumbo, no ha mejor consejo. El único, hacerlo a primera hora de la mañana para tener toda la Ciudad Vieja para ti, pero respetando los lugares sagrados para la tres religiones.


Donde dormir

Hotel Villa Moshava. Un idílico y tranquilo boutique hotel en la Colonia Alemana, alejado del bullicio del centro de Jerusalem y con todo el encanto de poder vivir por unos días en un auténtico barrio judío.

18 septiembre 2023

Israel, el viaje de mi vida. El norte.

Si eres creyente tienes que viajar a Israel. Si no lo eres, también. Yo, que me encuentro a medio camino entre las dos afirmaciones, no puedo resumir de mejor manera mi viaje a Israel, un país que desmonta tópicos e ideas preconcebidas desde que pones el pie en él. El viaje de mi vida.

¿Por dónde empezar? Sin duda, por lo que te esperas encontrar cuando llegas a Israel. Influenciados por las noticias que llegan todos los días, la imagen que uno espera es la de un país militarizado, un estado con policías y soldados en cada esquina. Nada más lejos de la realidad. La presencia de ejército y policía durante las dos semanas que pasamos en agosto fue nula, eliminando de un plumazo uno de los tópicos más extendidos. El otro, el de la seguridad, también cae por su propio peso. Israel es un estado totalmente seguro más allá de las precauciones mínimas que se deben tomar en cualquier viaje.

El estado de Israel es un país de dimensiones amables para el visitante. Sus menos de 500 kilómetros de longitud y apenas 135 de ancho en su parte más amplia, lo hacen tremendamente cómodo para el turismo. En quince días se puede conocer lo más importante y volver a casa, más importante todavía, con una visión global del país, de su gente y de todo lo que ofrece al visitante. Tanto en transporte público como en coche de alquiler, la opción que elegimos nosotros, es fácil desplazarse. En el caso de moverse en automóvil, la red de carreteras es buena, se encuentra en perfecto estado y, de nuevo lo destaco, es totalmente seguro desplazarse por tu cuenta.

Respecto a la distribución de los días, dividimos Israel en cuatro partes diferenciadas para nuestro viaje: Norte (Haifa, Acre, Safed, Tiberiades), Jerusalén, Neguev (Mar Muerto, Masada, Israel National Trail, Shaharut) y Tel Aviv. El norte, por el significado religioso e histórico. Jerusalén no necesita explicación. Neguev y Mar Muerto por la fascinación que me producen los desiertos además de poder realizar un tramo del INT y Tel Aviv por descubrir el Israel más moderno.


Haifa y el norte de Israel.

Haifa tiene un significado muy especial para mi. Mi fascinación por Israel y el Mundo Judío viene de la lectura en mi adolescencia de “Exodo”, de Leon Uris, libro en el que la ciudad portuaria tiene un importante protagonismo. La Haifa de la actualidad ha cambiado mucho respecto de la de 1948, pero sigue manteniendo el encanto de las ciudades portuarias, acentuado en su caso por la importante presencia de musulmanes y cristianos que, unidos a los judíos, forman un modelo de convivencia. La tercera ciudad de Israel es también la puerta de acceso al norte. Una ciudad que como mejor se conoce es caminando sin rumbi entre sus calles, visitando sus mercados y mezclándose con los locales pero que tiene dos puntos de interés ineludibles: los Jardines Baha’i con la cúpula dorada del Bab y la Colonia Alemana, el barrio en el que desembocan en cascada los jardines. Un barrio, similar a otras colonias alemanas en el resto de Israel, que data de finales del XIX y que en la actualidad se ha convertido en el centro de ocio de Haifa. Cenar en la terraza de uno de sus restaurantes, alzar la vista y contemplar desde ella los Bahai es un imperdible de la estancia en Haifa.

A apenas 25 kilómetros de Haifa se encuentra Acre, la ciudad que albergó la mayor fortaleza de los templarios y que automáticamente te traslada a la época de las cruzadas, al puerto donde llegaban peregrinos a Tierra Santa y cruzados. Acre se disfruta con calma, paseando sin rumbo (y sin plano porque es mejor perderse) entre sus estrechas calles, descubriendo rincones y terminando en el puerto para dar la vuelta, perderte de nuevo y regresar al puerto. Oler a mar y a las especias de su mercado, escuchar a los comerciantes y hablar con ellos y encontrar galerías de arte antes de visitar a fondo la fortaleza templaria.


Safed es uno de los lugares que se deben visitar sí o sí en Israel. Por su significado histórico, por lo que representa para el Judaísmo y por haberse convertido en los últimos años en un centro de artistas. En Safed se entra en contacto con el Israel más tradicional, algo que se va percibiendo cuando avanzas con el coche por una carretera de montaña que deja Tiberiadas a un lado. Safed es la ciudad israelí a mayor altura y su posición le hizo ser un lugar fundamental en la Guerra de la Independencia de 1948. Es también la capital de la Cábala y del misticismo judío, en el pasado y en la actualidad. Una ciudad que te sumerge en las raíces del Judaísmo y en la que paseas entre ortodoxos como alguien en un mundo diferente pero recibido con los brazos abiertos.

Una vista al norte de Israel no puede darse por completa sin visitar alguno de los lugares que menciona la Biblia. Nazareth, el lugar en el que el Angel Gabriel se le apareció a María y donde Jesucristo vivió la mayor parte de su vida o Tiberiades, el Mar de Galilea, el que Jesucrito caminó sobre sus aguas.


Imperdibles

Perderte sin rumbo en el mercado de Acre, contemplar las vistas de Haifa desde lo alto de los Jardines Baha’i, mezclarte con los judíos ortodoxos en Safed.

 

Donde correr en Haifa

Su cercanía con el Monte Carmelo ofrece varias rutas, tanto de trail como de running. La mejor opción para el trail es perderse por los múltiples senderos del Monte Carmelo en los que, seguro, encontraremos impagables vistas. Si prefieres conocer Haifa con las zapatillas puestas, sal a primera hora de la mañana a los pies de los Jardines Baha’i y asciende por las calles adyacentes hasta llegar a lo alto del Monte Carmelo. Tras contemplar las impresionantes vistas de la ciudad, desciende hacia el puerto mientras atraviesas las calles que comienzan a despertar. Continúa por el centro de la ciudad hasta las playas y el Museo Marítimo y regresa dirección Colonia Alemana para, tras recorrer la Avenida Ben Gurion, finalizar en el punto de partida.


Donde dormir 

Hotel Botánica. En una ubicación inmejorable en la Colonia Alemana, en la entrada de los Jardines Baha’i y con unas vistas y situación excepcionales. De reciente construcción, sus espaciosas habitaciones, el excelente desayuno y la piscina en la azotea donde descansar tras un día de visitas le hacen ser una de las mejores opciones en Haifa.