El GR234 o cómo un sendero de gran recorrido nace de una carrera

Normalmente estamos acostumbrados a participar o hablar de carreras cuyo trazado sigue recorridos en senderos de gran recorrido. Son muchas las que aprovechan caminos tradiciones o sendas ya marcadas en los mapas desde hace años. Sin embargo en algunas ocasiones, bien es cierto que muy pocas. se produce el fenómeno contrario, cuando una carrera da origen a un GR. Es lo que ha sucedido con el GR234, o "Camino de la Jorgeada", al que dio origen esta andada que se lleva celebrando desde 2002.

La Jorgeada de Aragón es una andada popular que se lleva organizando desde 2002 por Os Andarines d'Aragón. Se trata de una marcha que debe su nombre a su fecha de celebración, la noche del 22 al 23 de abril, (San Jorge, patrón de Aragón) y cuyo recorrido une Zaragoza con Huesca, en una distancia aproximada de unos 75 kilómetros. Un trazado que se hace andando pero que en 2010 comenzó a ver corredores entre sus inscritos :).

Con el paso de los años la prueba fue creciendo al punto de llegar casi a los mil inscritos en las últimas ediciones (la del 2019 ha sido la última en celebrarse, canceladas las de 2020 y 2021 por razones sanitarias). Fruto de ese crecimiento nace la iniciativa de Os Andarines de convertir ese recorrido en un sendero GR.

Una idea que nace en 2012, que se consolida cuando PRAMES realiza el proyecto se señalización y creación del sendero y que cobra un impulso definitivo cuando Turismo de Aragón se implica y asume la casi totalidad del coste. Finalmente, el GR234 se inaugura en 2019 y, a partir de ese momento, cualquiera y en cualquier momento puede hacer su particular Jorgeada.

Un camino que comienza en la Plaza del Pilar de Zaragoza finaliza en la ermita de San Jorge de Huesca en un trazado muy sencillo de pistas de tierra, caminos en buen piso, la antigua cabañera y algunos kilómetros de asfalto. Desde Zaragoza, la ruta parte en dirección norte siguiendo el eje del Gállego, para separarse del río y virar al noreste a la altura de Zuera. Atraviesa los llanos de Tardienta y Almudevar dejando a la derecha la sierra de Alcubierre y las estepas de Los Monegros, y a la izquierda los montes de Castejón y el embalse de La Sotonera. Después de superar las Canteras de Almudévar (máxima altura del camino), desemboca en la Hoya de Huesca y, enseguida, en la ciudad y en la ermita.

Rocacorba salvaje y sufrido

Un año después del Trail Costa Brava, de la carrera que disputé el último fin de semana de vida normal, volvía a ponerme un dorsal. Y lo hacía en el mismo sitio (Girona), con los mismos organizadores (Klassmark) y el mismo compañero de kilómetros (Juan González). Y, como todo lo que organiza Klassmark, la carrera no defraudó.

Al Trail Rocacorba, que celebraba este año su décima edición, se le conoce como "la carrera más salvaje de Klassmark", que normalmente se suele celebrar en enero pero que este 2021 las restricciones la retrasaron al mes de marzo. El recorrido, normalmente húmedo, se cambiaba por terreno seco, pero la espectacularidad del recorrido era la misma, saliendo y llegando a Canet d'Adri, a unos 10 kilómetros de Girona. 38 kilómetros y 2200 metros positivos eran los datos de una distancia maratón que iba a completar formando equipo con Juan 10Islas.

Cuando te presentas en la salida de una carrera de Klassmark debes saber que tienes que estar preparado para todo. Y ese todo significa sufrir y disfrutar a partes iguales, porque no vas a tener tregua. Una salida tremendamente rápida (¡¡pero dónde demonios va la gente corriendo tan de deprisa de buena mañana!!) nos dejaba, tras cinco kilómetros de subebaja, a los pues del primer ascenso del día. 500 metros positivos en dos kilómetros y medio hasta llegar al Santuario de Rocacorba, que picaban mucho pero que solventé bastante mejor de lo que pensaba antes de salir, tocando chufa en la parte más alta en 1h15 (7,5 kilómetros). Comenzaba aquí un corredero descenso de casi ocho kilómetros, ideal para coger ritmo y ganar unos minutos al reloj que seguro necesitaría más adelante. Las sensaciones no eran buenas, pero seguían siendo mejor de lo que pensaba esta mañana desayunando. Llegamos al 15 picando en 2h12 para iniciar el segundo ascenso potente de la mañana.

300 metros de ascenso en tres kilómetros, sumergidos en un bosque espectacular. Si este año está bonito, en las fechas tradicionales de la carrera, el bosque debe ser de fotografia. Las piernas empiezan a picar y es el momento de activar el modo supervivencia para llegar a Canet con el piloto automático.

Las cuatro horas llegan justo en el avituallamiento del 25, donde ha ya empiezo a estar un poco harto de piedras, ramas y de raíces y de subir y bajar sin tener un tramos llano. Klassmark style :).

Salir del avituallamiento es enfocar la última subida del día, en la que los 40' que tardo en completar los dos kilómetros y cuatrocientos positivos dan idea de que el cuerpo ya no está para mucha jarana. Lo bueno es que nos acercamos ya al 30 y de aquí al final es todo descenso con alguna emboscada. Terreno ideal para correr deprisa si vas bien o, al menos, no sufrir tanto si vas mal. Alguna trampa de vez en cuando y ultimo empujón para cruzar meta en 6h39'.

No es un tiempo para enmarcar desde luego, pero es bastante mejor del que esperaba la noche de antes, aunque también peor del que creía tras el primer tercio de carrera. 

Respecto a la carrera, era el décimo aniversario de una prueba que de nuevo cumplió con todo lo que significa participar en una carrera organizada por Klassmark: excelente organización, marcaje perfecto, buenos avituallamientos y un recorrido bonito, duro y salvaje. Recomendable 100%

 

Thks:
Salomon España
Suunto España
Bemore Nutrición
Nutritape
Esportiva Aksa
Petzl
Leki
Strava

Klassmar
Turismo de Girona
Turismo Costa Brava
Hotel Ciutat de Girona