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24 junio 2019

Western States 100. La mística del trail running.


Han pasado muchos años desde que, allá por 1974, el caballo de Gordon Ainsleigh enfermera impidiéndole participar en la Tevis Cup, una carrera que se creó para demostrar que un caballo era capaz de realizar el recorrido hasta Auburn en una sola jornada, esos mismos caminos que habían sido pisados por pioneros y buscadores de oro en los tiempos duros del siglo XIX, cuando cada viaje se convertía en una epopeya. El no poder participar a lomos de su montura no fue un inconveniente para que Ansleigh se plantara en la línea de salida y se convirtiera, después de 23h42' en la primera persona en completar el trazado a pie. Lo que no sabía Gordy Ainsleigh, ni todos los que le observaban asombrados, es que aquel 3 de agosto de 1974 se había puesto la primera piedra de lo que ahora conocemos por ultratrail.

Las cien millas que separan Squaw Valley de Auburn reúnen toda la mística del trail running. Sus senderos y cañones han sido testigos de alguna de las más bellas páginas de la historia de nuestro deporte unas veces, las más, bajo un calor asfixiante y otras con muchos kilómetros de senderos todavía cubiertos por la nieve. El peor momento, la cancelación de la edición de 2008 a causa de los incendios forestales.

La lista de corredores que han engrandecido la leyenda de la Western States 100 es enorme, comenzando por el propio Gordy Ainsleigh. Scott Jurek y sus siete victorias o Ann Trason con su catorce están en un olimpo al que en los últimos años se han añadido Rob Krar, Timothy Olson, Ryan Sandes o Jim Walmsley como vencedores. Magdalena Boulet, Cat Bradley Stephanie Howe y Courtney Dauwalter han sido algunas de las ganadoras en los últimos años.

WS100 son momentos inolvidables entre los que sin duda destaca la edición del 2010, puede que la mejor carrera de todos los tiempos con aquel duelo a tres entre Roes, Krupicka y un Kilian Jornet que participaba por primera vez y que tuvo que esperar un año, hasta el 2011, para volver a casa con la victoria bajo el brazo. 

Pero no todo es leyenda en WS100. La prueba ha sentado cátedra a lo largo de los años. Fue la primera, ya en 1979, en implantar unas normas de admisión (haber finalizado una 50 millas en menos de 10 horas) y en 1981 fue necesario ya un sorteo para adjudicar los dorsales ante la avalancha de solicitudes. 

La de 2018 fue la edición en la que, por fin, la Western States 100 saldó su deuda con Jim Walmsley. Una victoria deseada y un sueño que se había llegado a convertir en una obsesión para el estadounidense. Más maduro, priorizó el triunfo sobre los récords e inscribió su nombre para siempre entre los poseedores del trofeo del puma. En categoría femenina Courney Dauwalter confirmó que es la mejor del momento en distancias largas. Ambos regresan en 2019 y, de nuevo, los dos son los grandes favoritos para revalidar el título y conseguir el doblete.

Western States 100 2019 comienza el sábado 29 a las 5:00 hora local (14:00 hora española peninsular) y podrás seguirla en tiempo real en las redes sociales de Territorio Trail Media







19 junio 2019

Adios Oturia adiós


Hubo un tiempo en el que hablar de la Puyada Oturia era hacerlo de una de las carreras de montaña más importantes que se organizaban en España, con presencia fija en la Copa de España FEDME, albergando incluso algún campeonato y llegando a ser parte de las Skyrunner World Series en el ya lejano 2009. En su día una de las pruebas de montaña más duras de nuestro país que, con sus 38 kilómetros y 2200 metros de desnivel positivo, correspondían a un trazado natural y lógico: salir de Sabiñánigo, llegar a la cumbre de Oturia y volver por el otro lado en un recorrido que se mantuvo inalterable a lo largo de los años. Todo, con un coeficiente de dificultad de 84/100. Hace 10 años, enfrentarse a la Puyada Oturia era un reto de dimensiones mayúsculas.

Una Puyada Oturia que ha visto cómo cruzaban la meta de Pirenarium nombres como Luis Alberto Hernando, Mireia Miró, Tofol Castanyer, Iker Karrera, Stephanie Jiménez, Jessed Hernández o Agustí Roc, siempre fotografiados por la lente de Ramón Ferrer, Monrasín, otro de los que nunca se perdían el fin de semana en Sabiñánigo.


Desgraciadamente, en los últimos años la Puyada Oturia veía un descenso paulatino en el número de inscritos, llegando a contarse en alguna de las últimas ediciones apenas sesenta corredores. Todo, a pesar del ingente trabajo de los Grupos de Montaña Sabiñánigo con Jesús Sánchez a la cabeza.

38 kilómetros de pistas, praderas y senderos en los que apenas se pisaba asfalto no han sido capaces de resistir la vorágine de carreras, la saturación del calendario y, también, esa moda por los ultras y la larga distancia que hace que treinta y ocho kilómetros parezcan poca cosa.

En 2019 no se organizará la Puyada Oturia, que desaparece del calendario tras catorce años. Ojalá sea sólo un hasta luego y no un adiós.


12 junio 2019

Chartreuse Terminorum. Una Barkley incluso mas dura que la original


De las experiencias de Benoit Laval en sus participaciones en Barkley Marathons nació hace tres años la Chartreuse Terminorum. A imagen y semejanza de su espejo en Frozen Head pero en el jardón de entrenamientos de Benoit, los bosques y montañas de Saint Pierre de Chartreuse, el hogar de Raidlight.

A imagen y semejanza de su espejo en Estados Unidos la Chartreuse Terminorum sólo acepta cuarenta corredores, elegidos tras enviar un mail con sus motivaciones un determinado día del año. Una criba que les permitirá enfrentarse al monstruo de 300 kilómetros que nadie hasta la fecha ha completado.

Porque, de nuevo a imagen y semejanza de la Barkley Marathons original, completar esos cinco bucles es una quimera tan grande o más que hacerlo en Estados Unidos. Dicen quienes conocen ambas pruebas que la versión de los franceses es incluso más complicada, que Benoit Laval se trajo la lección del fracaso bien aprendida.


El fin de semana del siete de junio Saint Pierre de Chartreuse acogió la tercera edición de la Chartreuse Terminorum, con toda la parafernalia y el sabor de su hermana estadounidense y con Benoit Laval al frente del evento. Julian Morcillo e Imanol Aleson fueron los dos espeñoles que formaron parte de los cuarenta elegidos y que compartieron mucho más que el recorrido.

El madrileño volvió a casa con dos buvles completados mientras que Imanol Aleson fue el "último superviviente", el último corredor que se mantuvo en el recorrido, estableciendo un nuevo récord de la Chartreuse Terminorum: completó un "fun run" (tres vueltas) y comenzó el cuarto antes de dejarlo tras 200 kilómetros y 48h44'. 

Una Chartreuse Terminorum resumida en este video de veinte minutos que transmite toda la esencia de la carrera: