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26 septiembre 2018

Courtney Dauwalter. Cuando la victoria de una mujer deja de ser algo excepcional.


Reconozco que la primera vez que escuché hablar de Courtney Dauwalter fue hace aproximadamente un año, en octubre del 2017, cuando su nombre saltó a los medios como ganadora de la Moab 240, la prueba de casi 385 kilómetros que se disputa en Utah (USA). "Ganadora" en el más amplio significado de la palabra, en el de la clasificación scratch absoluta metiendo nada menos que diez horas de diferencia al segundo clasificado.

Y aunque no es un caso aislado, en su día Nuria Picas ya logró la victoria en Emmona y la mítica Ann Trason fue segunda en Western States 100 en dos ocasiones, hablando de Courtney Dauwalter deja de ser algo excepcional.

Ver a Dauwalter en el top10 de las clasificaciones es habitual. En el primer puesto, no tan extraño. La Bear Chase 50 en septiembre del 2017, las 24 horas de Riverbank en Californoa en febrero de 2017 o la Javelina Hundred del 2016 son algunas de las pruebas en las que ha vencido en la clasificación general.



Dauwalter, que venció en categoría femenina con asombrosa facilidad en la última Western States 100, ha vuelto a escribir una página brillante consiguiendo la segunda posición de la general en la Tahoe 200 de hace unas semanas, luchando por la victoria final hasta las diez últimas millas y liderando la prueba durante una buena parte de ella.

El suyo es un ejemplo de que, cuanto más se alarga la distancia de una ultra, más disminuyen las diferencias entre hombres y mujeres. La respuesta se encuentra tanto a nivel físico como sicológico. Las diferencias físicas entre hombres y mujeres hacen que el cuerpo de ellas tenga una composición más favorable a la larga distancia. Factores como el peso (normalmente menor que el de ellos) hacen que la energía necesaria para mover el cuerpo sea mejor al igual que el porcentaje de grasa, que es más elevado en las mujeres y que permite que puedan tirar más de reservas en los momentos en los que el cuerpo está ya muy tocado. Hablando de mentalidad, las mujeres también tienden a ser más fuertes, lo que siempre es un plus en una competición muy larga.
Que una mujer venza en una ultra sigue siendo algo excepcional... salvo en el caso de Courtney Dauwalter.









19 septiembre 2018

Bagà, Alquézar, San Sebastián. Otoño.


Como todos los años, septiembre y el otoño llegan con algunas citas ya fijas en el calendario y otras, en este 2018, por descubrir al fin después de mucho tiempo. Bagá y su Ultra Pirineu, Alquézar y la Long Trail de la Ultra Trail Guara Somontano y San Sebastián con su maratón son las fechas otoñales marcadas en rojo.

La de este año será ya la cuarta visita a Bagà para Ultra Pirineu. La primera, en el 2015, participando en la prueba y desde el año siguiente conduciendo el streaming oficial. Este septiembre de nuevo conduciremos la retransmisión de la prueba, que se podrá seguir en la web de Ultra Pirineu y en su Facebook, desde el viernes 28 por la tarde. Una Ultra Pirineu que este 2018 celebra su décimo aniversario y que ha retrasado sus fechas una semana para conseguir una semana más de diferencia con el Ultra Trail Mont Blanc y permitir que el mayor número de élites viaje a Bagà habiendo podido recuperar de Los Alpes.


Sin solución de continuidad, el siguiente fin de semana tocará viajar a Alquézar, si bien esta vez será para pincharme el dorsal de una Long Trail de la Ultra Trail Guara Somontano que, curiosamente, comparte similitudes con Ultra Pirineu. Ambas celebran en 2018 su décimo aniversario y en las dos El Ultimo Mohicano es la banda sonora que acompaña a los corredores en la salida. 

Después de muchos años sin pisar el asfalto, el año pasado tuve la oportunidad de participar en el Maratón de San Sebastián.  Fue una vuelta a los ritmos altos, a mi nivel, con una preparación express en quince días que me divirtió bastante y que me dejó con ganas de repetir en este 2018. Será el 25 de noviembre.

Tres fechas otoñales para cerrar el 2018.






11 septiembre 2018

#BendBanditos La comunidad trailrunner de Bend


La localidad estadounidense de Bend, en Oregón, es uno de esos lugares idílicos que parecen sacados de un telefilm y en el que a todos nos gustaria vivir. Bend, cerca ya del Pacífico, está justo en la frontera entre la Cordillera de las Cascadas y el comienzo del desierto, lo que la convierte en un lugar perfecto para la práctica de todo tipo de deportes de aventura. Desde la escalada al ráfting, senderismo y, por supuesto, trailrunning. Utilizando un símil, podría decir que Bend es el Boulder de la costa oeste USA.

Puede que sea por todo lo que ofrece Bend, o puede que sea una casualidad, el caso es que en esta localidad de Oregón viven algunos de los mejores corredores estadounidenses del momento. Nombres como Stephanie Howe, Ian Sharman, Mario Mendoza, Max King o Amy Sproston además de Jared Basset, Thomas Morgan, Ryan Bak, Alison Morgan, Renee Metivier y Camelia Mayfield. Currículums envidiables con victorias en Leadville, Bandera 100 o Western States 100 entre otras.
Mario Mendoza lo tiene claro: "Bend es un lugar que tiene de todo. Montañas, ríos, lagos y cascadas muy cerca de la ciudad. Atrae a muchos atletas por su simplicidad y facilidad de acceso a la naturaleza".



Precisamente Mario Mendoza es el impulsor del hashtag #BendBanditos. Su objetivo, fomentar los lazos de unión y crear comunidad entre los corredores de montaña de Bend. Una comunidad con muy buena relación y en la que los entrenamientos en común y compartir experiencias es algo habitual.

Si hablamos de nombres Bend es actualmente, junto a Flagstaff, la localidad que tiene una mayor comunidad de corredores élite en Estados Unidos.
 




05 septiembre 2018

Tras los pasos de los ejércitos de Napoleón doscientos años después. Ruta de la Insurrección de los Valles.


Verano de 1809. Tras la capitulación de Zaragoza, los abastecimientos de las tropas napoleónicas siguen la ruta de los valles pirenaicos occidentales. Sendas y caminos angostos, enraizadas en profundos valles que son el terreno perfecto para sufrir el hostigamiento por los restos del ejército español y los guerrilleros de la zona. Un operativo militar francés de 2500 soldados intentó acabar con esta situación, atacando la base de los guerrilleros y ponerlos en fuga. Una persecución que se adentró en los valles de Aísa, Aragües, Hecho y Ansó.

Doscientos años más tarde la Asociación Bisas de lo Subordán, del Valle de Hecho, recupera este recorrido por nuestra historia, transitando por los mismos caminos y localidad que en 1809 protagonizaron la Ruta de la Insurrección de los Valles, un recorrido que realicé entre el 22 y 23 de agosto.


La Ruta de la Insurrección de los Valles une Jaca y Ansó y, aunque se pasa por varias poblaciones, lo pequeño de los núcleos hace que no todas dispongan de bar o fuente, por lo que resulta fundamental llevar reservas de comida y líquido. Igualmente, a pesar de que comparte tramos con el Camino de Santiago y varios senderos GR, otras partes no están marcadas, por lo que descargarse el track es importante. Otro dato a tener en cuenta es el de la logística de los desplazamientos al inicio y final, puesto que al no ser un recorrido circular, resulta algo más complicado. En mi caso dejé el coche en Ansó y, desde allí, el autobús que lleva a Jaca.

El 22 de agosto amanece pronto, tanto como a las 4:30 para desayunar y desplazarme de Jasa a Ansó, dejar aparcado el coche y montar en el bus que sale a las 6:30. Realmente es una furgoneta de nueve plazas que tarda hora y media en realizar el trayecto y que me deja en la estación de autobuses de Jaca pasadas las ocho de la mañana. A las 8:15, en la Ciudadela, comienzo mi Ruta de la Insurrección.

Los primeros 15 kilómetros separan la Ciudadela de Jaca de Santa Cilia. Es el tramo que discurre por el Camino de Santiago, no tiene pérdida ni dificultad si exceptuamos tres cruces de la carretera y es prácticamente llano salvo algunos toboganes cortos. Entretenido por el cruce con los peregrinos que comienzan la etapa desde Jaca, pasa bastante rápidpo y tiene algún tramo interesante como los restos de la calzada romana sobre la que se asienta.

Como he dicho, hasta Santa Cilia el camino es sencillo, siguiendo las marcas del Camino de Santiago, pero a partir de aquí es necesario comenzar a consultar el track. Más todavía ahora, cuando las obras de la autovía hacen complicado el primer tramo, lo que convierte el trozo inicial hasta Somanés en una suerte de pista americana. Terreno fácil, pista forestal ancha y algo de asfalto que pica constantemente hacia arriba. Somanés es el núcleo más pequeño de todos y el que da paso al camino hacia Javierregay, el más complicado a nivel de navegación.


Y es que es necesario prestar atención a este tramo puesto que está marcado como un sendero para la práctica de la BTT pero este no es el correcto y no coincide con la Ruta de la Insurrección. De hecho, yo me fié y seguí las marcas, desviándome de la ruta y haciendo alrededor de seis kilómetros de más. El punto final es el mismo, pero se entra a Javierregay por la parte norte y, en medio, me chupé un ascenso de 300 metros en dos kilómetros que de la otra forma se bordea y algún kilómetro de carretera.

Dejando Javierregay se llega a uno de los pasos más interesantes de la ruta, el del Convento Mercedario del Pilar, donde tuvo lugar una de las batallas más importantes cuando 350 hombres intentaron frenar a las columnas francesas. Sus ruinas, visibles desde la carretera que lleva a Hecho, son espectaculares.


Todo este tramo discurre paralelo al río Aragón Subordán, prácticamente llano hasta que nos acercamos a las inmediaciones de Embún, al que para acceder hay que salvar un corto pero importante repecho. A estas horas el calor ya comienza a apretar bastante lo que unido a las nubes de tormenta que se acercan me hacen sufrir bastante en este tramo final de la etapa que se hace muy largo, demasiado.

Finalmente aparece Jasa y completo este primer tramo, cincuenta kilómetros, en 6h33' con 3100 metros positivos.

La llegada a Jasa supone el cambio definitivo en el paisaje que se ha podido observar progesivamente desde la salida en Jaca. Quedan ya a atrás los campos áridos de la Canal de Berdún y nos vamos introduciendo en la montaña, pasando de los 600 metros de altitud a los 1000. 


A las ocho de la mañana me pongo en marcha para completar la Ruta de la Insurrección de los Valles. Son alrededor de 25 kilómetros los que tengo por delante que deben llevarme hasta Ansó para completar el recorrido, mucho más montañeros y entretenidos que los anteriores, más técnicos y también más protegidos del sol.

Solamente dos kilómetros después de salir de Jasa se llega a Aragües del Puerto, ya por el sendero GR15 que no se abandonará hasta el final. Abandonamos las subidas largas y tendidas por pista para afrontar otras más cortas y explosivas con mucha piedra suelta. La Ermita de Catarecha es el punto más reseñable de un tramo que nos deja en Urdués tras cinco kilómetros de ascensos y descensos desde Aragüés.

Jasa, Aragües del Puerto y Urdués son pueblos pequeños, ninguno por encima de los 100 habitantes, los tres con el encanto de los núcleos del Pirineo. Distinto es Hecho, donde se accede siguiendo ese GR15 que serpentea primero dos kilómetros de ascenso para continuar por pistas madereras y terminando en un descenso vertiginoso por bosques en los que apenas llega la luz del sol. Hecho marca el kilómetro trece y el inicio del último tramo.

Un último empujón que sin embargo es el más duro de toda la ruta. También es el único que no conocía y desde luego me sorprendió. Se superan 400 metros de ascenso en cuatro kilómetros, con la parada intermedia del paso por Siresa y su iglesia, para tocar la cota más alta de la ruta (1218) y comenzar el descenso, primero suave y posteriormente más agresivo hasta la localidad de Ansó, punto final de esta Ruta de la Insurreción de los Valles. Segunda etapa completada en 4h05', 24 kilómetros y 1200 metros positivos.

Realmente no había ninguna razón en especial para completar la ruta, más allá del reto personal y el que sea un recorrido que "esta ahí", donde subo todos los fines de semana. Ya pasado, me ha enriquecido más que muchas carreras en las que levo un dorsal pinchado y sobre todo me ha dado mucho que pensar sobre lo cómoda que es nuestra vida ahora mismo y lo que debía ser recorrer esas sendas hace doscientos años como lugares obligatorios por los que desplazarse.



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Asociación Turística Valle de Hecho