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30 julio 2011

Maraton del Aneto



El Maratón Aneto era el colofón al mes de julio tan particular que me había marcado en el calendario, y que dada la evolución de mi esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha, había tomado especial significado. Estos meses desde abril han sido duros, con el entrenamiento con dolor primero, la recuperación después y la recaída más adelante. En Belchite salió cara, en los Monegros cruz y ayer, la moneda volvió a caer hacia arriba.

Básicamente todo lo que me habían hablado de esta carrera era negativo: que si el recorrido era feo, que si poco montañera y rápida, que si un ida y vuelta no vale nada... Iba con una idea formada y resultó ser todo lo contrario. Cierto que hay unos cuantos kilómetros de pista, pero también terreno técnico y subidas complicadas. No es tan corredora como se dice y termina resultando bastante dura.


Además de en el plano individual, en la salida estaba junto con José Luis e Iván formando parte del Altus Xtrem Team, con unas miras bastante altas en la clasificación conjunta que no fueron satisfechas.

Salida a las 14:00 en punto desde la plaza de Benasque y por la calle principal llegamos al primer tramo pistero paralelo a la carretera. Se hace difícil correr, estamos casi 600 y tardo unos minutos en coger mi sitio. Iván ha ido por delante y José Luis viene conmigo. Hasta el CP1 en el embalse seguimos todo el rato por pista, pasando el tramo del camping con bastante público, que se agradece mucho. Voy bastante bien, reteniendo y sin que la rodilla mande ningún aviso. La idea prevista es llegar al punto más alto alrededor de las 3h para hacer el descenso sobre 2h30'.


El grupo ya se ha estirado, José Luis se queda a unos metros a su ritmo y yo continúo bastante bien. Los tramos de pista se alternan con algo de senda hasta que ya cogemos sólo senda, algo complicada en ocasiones. Hasta aquí prácticamente no he andado, completando los diez primeros kilómetros en menos de una hora. Primer Powergel y subida a los Baños de Benasque a través de carretera de asfalto. Dura pero fácil. En el CP2 ficho y aquí se abre un tramo de pedrera ascendente complicado para los torpes como yo, que atravieso andando. Hay que ir con cuidado, alternando piedra y sendas con bastantes raíces y piedras, que nos lleva a un rápido descenso hacia el CP3 y los Llanos del Hospital. Buen terreno de llaneo entre praderas y cruzando puentes de madera antes de atacar la penúltima subida. Esta es la última ocasión para rellenar el camel de agua, puesto que más adelante ya no hay posibilidad de líguido. A pesar de no haber consumido mucha, lo relleno a tope en el río (k16) y comienzo el corto ascenso que me lleva al último llaneo que desemboca en la definitiva subida al Puerto de la Picada a la altura del k18.

Tres kilómetros por delante de ascensión en zigzag que empiezo tras dos horas justas de carrera. Un Powergel y para arriba. Al principio voy cómo, a ritmo constante, pero el ascenso no es como me esperaba. No es como me habían contado y se me atraganta. Algunos tramos me parecen auténticos muros y me cuesta mucho ascender. Invierto 32' en completar 1,5 Kms, hasta donde se pierde la senda y hay que buscar el mejor camino para uno mismo, entre piedras y tirando recto para coronar la Picada en 2h54'. Ascenso duro de cojones. Me lo ha parecido a mi o lo es de verdad, pero desde los tubos del MAM del año pasado no recuerdo una subida tan costosa.


La bajada como siempre, pisando huevos. A los doscientos metros de comenzarla se me suben hasta las cejas los dos gemelos, tanto que me tengo que tirar al suelo a estirarlos porque veía las estrellas. Además tengo una sensación de hambre en el estómago, por lo que metó otro Powergel al cuerpo. Los estiramiento me han ido bien y me animo en la bajada, bastante más que en otras, tirando recto lo que a la subida había hecho en zigzag. Aquí ya nos vamos cruzando con los compañeros que siguen haciendo la subida, dándonos mutuamente palabras de ánimo. La bajada ha sido perfecta, la rodilla sigue sin hacerse notar y afronto el llaneo que me llevará al descenso hasta los Llanos de nuevo. Paso por el río sin parar a rellenar el camel, pero sí hago una parada en el CP para que me den unos chutes de Radiosalil en spray en los gemelos. Estoy en el k28 y las fuerzas siguen intactas. Ahora tengo la corta subida que antes era bajada y el complicado tramo de pedrera donde vuelvo a perder de nuevo bastante tiempo, más esta vez porque es en descenso. Estas piedras me dejan en el k31, en Baños de Benasque. Qué poquito queda y qué bien voy, joder.

Pico en el control y me tomo mi habitual momento motivador en las carreras. Relleno el camel a tope, me tomo el cuarto Powerbar, saco el Ipod de la mochila y con el "Fuel" de Metallica atronando los oídos me dispongo a darlo todo en los 10k que me faltan. El que no corra a tope con esto no sabe lo que se pierde. Es el terreno fácil, pistero de la ida en ascenso pero al revés, así que no es extraño que a tope de fuerzas me salgan los kilómetros sobre 4'20 e incluso menos alguno. En este trayecto adelanto alredor de a veinte corredores, uno de ellos Iván que con un esguince al poco de empezar está terminando andando. Con 5h20' en el reloj Benasque ya está en la lejanía. Sólo falta el último achuchón para llegar a metal por la calle Mayor y cruzarla en 5h28', puesto 60. Satisfecho no, lo siguiente.

Por equipos el resultado no ha sido tan satisfactorio quedando novenos, muy lejos de las expectativas que nos habíamos creado.

15 julio 2011

Isostar Desert Marathon. DNF


Parafraseando a García Márquez, crónica de un abandono anunciado. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. 

Cuando tomé la salida del IDM el sábado por la mañana ya sabía que llegar a meta era una quimera. Sólo quedaba por saber hasta dónde llegaría. Probablemente si no se hubiera desarrollado tan cerca de Zaragoza no habría ido, pero con la cercanía por lo menos había que probar, aunque lo lógico y racional hubiera sido quedarse tranquilamente en la cama.
Nada más apoyar los pies en el suelo al levantarte supe al 100% que no era el día, pues el dolor persistía. A pesar de todo estaba motivado y animado. Es distinta la actitud con la que te tomas una carrera cuando sabes que no cumplirás el objetivo, quizás más con ganas de aprovechar el tiempo que se pueda y convertir el día en un buen entrenamiento. Llegada al campamento con Héctor y Juan sobre las 10 para recoger dorsales, chips y demás. Por fin recibimos el roadbook y conocemos la distancia definitiva (112 Kms) y los kilómetros que separan los controles de paso. Las dudas que tenía con el agua y las calorías las resuelvo finalmente saliendo sólo con un camel lleno de 1 litro dejando el otro vacío. Respecto a las 2.500 calorías, realmente sólo cargo para consumir 1.500, cubriendo las mil restantes con panes hipercalóricos y frutos secos para deshacerme de ellos a la mínima oportunidad y bajar peso en la mochila. Era la única forma de llegar a los 2,1 Kgs obligatorios, puesto que el peso del equipo obligatorio lo había reducido a la mínima expresión.


Apuramos para entrar en el control de salida a última hora. Revisión de mochila, de material y para adentro. Charla técnica antes de salir, últimos datos de la prueba y a las doce en punto se da la salida. Me coloco al final del todo, es algo que hago habitualmente en estas pruebas largas para llegar poco a poco a mi ritmo cómodo de carrera, mi ritmo Amalio, que suele andar sobre los 6’. Como era de esperar, la rodilla comienza a dar guerra desde el principio pero intento evadirme de ello. Muy pronto se estira el grupo, los corredores de desperdigan demasiado pronto para lo que suele ser habitual y me coloco alrededor del 25 enfilando hacia el CP1 que está a 13,5 Kms.  A pesar de que hace calor, no es tanto como las semanas anteriores en Zaragoza, o por lo menos me lo parece a mi y lo aguanto bastante bien. El recorrido es el habitual de la zona. Pistas interminables y poco técnicas con algún paso de vez en cuando por campo abierto. Llego al CP1 en 1h15’. Paro a estirar, me tomo una Powerbar, relleno el camel y salgo a cubrir los 14k que hay hasta el CP2 ya con la decisión tomada de quedarme allí. El dolor va aumentando y acumular kilómetros sólo puede servir para romperme del todo. No llegaré de ninguna forma, y dentro de quince días está apuntado en la agenda el Maratón del Aneto. Estos kilómetros son más sufridos. Dos largas pistas kilométricas se hacen eternas. La distancia entre corredores ya es de cientos de metros entre cada uno. El sol está muy alto y castiga a los menos acostumbrados. Tras estas pistas descendemos por un cañón, unos tramos complicados de campo abierto y senda algo técnica en la que apenas se puede correr para completar los 28,7Kms hasta el CP2 en 2h55’.  Aquí me quedo. Tal y como llego doy aviso de mi retirada y me tumbo a la sombra a esperar que vengan a buscarme para ir de regreso al campamento.

Contra lo que pueda parecer, no estoy ni desanimado ni descontento. He aguantado  casi 30k con bastante dolor, y seguir más hubiera sido un suicidio deportivo. De las tres pruebas del mes de julio superé con nota Belchite y aquí ha llegado el suspenso. Dentro de quince días, estaremos en Benasque para el Maratón del Aneto con el Altus Xtrem Team.

Este es el track de la prueba hasta el CP 2, donde me quedé:



Esto es lo que pensaba el día anterior a la carrera:
15.07.2011 A menos de 24h de la salida del IDM (12h del sábado 16), las noticias no son buenas. En runrun de la rodilla continúa, ayer por la tarde molestaba, y esta mañana al levantarme me he dado cuenta de que la llevo bastante hinchada. Pero bueno, es algo que ahora mismo no tiene solución. Sabía que podía pasar, pero tras terminar la Desértica sin ninguna molestia, lo creía superado. En fin, que poco se puede hacer salvo esperar a mañana, tomar antiinflamatorios y confiar en que durante la prueba remita. Así que basta de lamentaciones, lo que tenga que ser será. Por cierto, que no todo son malas noticias. Ayer por la tarde recibí una llamada de Altus, diciéndome que querían implicarse todavía más en los objetivos Almasyrunner, especialmente en el Trail Aneto del 30 de julio. La semana que viene os lo ampliaré.


Como podéis ver en la foto, el material de carrera está preparado. Repito casi todo lo que tan bién me ha ido en otras carreras con dos excepciones: el pantalón pasa a ser un con musleras compresivas y también llevaré medias compresivas. En esto último tengo una duda, y es que jamás las he usado. Entonces, ¿debería llevarlas de salida o echarlas a la mochila y ponérmelas avanzada la prueba? La manía de siembre, estrenar calcetines, y otro par de repuesto, el cortavientos, la cantidad de comida que os detallé ayer, el material obligatorio, el Ranningbuff, gorra, frontal, el Ipod con mi lista motivante... Lo que se ve arriba.

La previsión meteorológica anuncia que el calor no será tan extremo como podíamos esperar, con unos 32º de máxima. A cambio, a partir del sábado noche se prevé entrada de cierzo. Espero que no se adelante, porque eso sí sería dantesco para mi. En principio han dicho que la carrera se podrá seguir por el Facebook y Twitter de la Organización, pero no sé exactamente si en tiempo real o no. De todas formas intentaré comentar noticias y sensaciones desde mis FB y TW.

Del recorrido no se sabe nada, porque es secreto y hasta mañana con los dorsales no lo sabremos. Serán entre 110 y 120k con 8 avituallamientos en los que sólo recibiremos una botella de 1,5 lts de agua y otra de 0,5 lts de isotónica. El tiempo máximo para completarla es de 28h, hora límite las 16h del domingo. ¿Cuánto tardaré? Ahora mismo una incógnita. Al no conocer el perfil ni el recorrido no puedo hacer una estimación de tiempo ni marcar puntos claves como hice en Trashumad o en París, carreras en las que llevaba el recorrido muy memorizado.
De la lista también me parece excesivo el número de calorías obligatorias: 2.500 con el número de dorsal marcado en los envoltorios. Eso son muchas calorías, y por extensión demasiado peso. Para conseguir la suma irán en la mochila 7 Powerbar, 6 Powergel, 1 bolsita de Ride Shots y 2 Naturalenergy. Y bueno la navaja, el silbato y el botiquín quizás serían también prescindibles, aunque realmente no están de más para un caso de emergencia.


Ah!, y ya he hecho también la selección de música que llevaré en el Ipod y que me acompañará en los momentos duros. La moral está alta pero la rodilla sigue molestando, y eso sí que no me gusta.

02 julio 2011

Desértica Extrema 2011


No sé qué tiene esta carrera, pero cada año que la corro me enamora más. Serán los paisajes espectaculares. Será la organización siempre perfecta. Será el agradable ambiente que siemprese respira, pero el caso es que me encanta y espero ávido que llegue julio para disfrutarla. Este año teníamos algo extremo de verdad. 44k no esperaban por delante en la línea de salida de Belchite. Aunque a las 8:30 la temperatura no era tan alta como los días anteriores, durante la noche habíamos tenido tormentas, por lo que el grado de humedad era bastante elevado. Definitivamente había decidido salir con mochila, con un camel de 1 litro de agua congelada y cuatro Powergel.

Y a la hora indicada nos ponemos en marcha. Estos primeros 20k son territorio desconocido, y lo que se intuía en el perfil no se parece a lo que realmente hemos tenido. Salgo con un tiempo objetivo en la cabeza de 4 horas para intentar coger un ritmo crucero constante. Y en esas me he puesto. Los primeros 8k pican hacia abajo, por pistas anchas y fáciles y con el día todavía relativamente fresco. Veo más o menos que rondo el puesto 15, con un grupo de cabeza de tres que se ha ido por delante, otro de cuatro – cinco unidades siguiéndoles y después un reguero de corredores sueltos.  A partir del  9 el terreno cambia. Empieza a picar hacia arriba y las anchas pistas se transforman en caminos más técnicos de piedra suelta y cierto desnivel. Me parece una parte ciertamente bonita, bastante distinta a lo acostumbrado otros años, con el ascenso a un vértice geodésico, descenso entre paredes y unas cuantas subidas y bajadas. En la subida al vértice, k12 me he encontrado algo flojo, las piernas no respondías mucho y me he tomado el primer Powergel. Como siempre, me ha sentado de maravilla y en el trayecto hasta La Puebla de Albortón las zapas han empezado a volar, adelantando a seis corredores. Aquí estaba el segundo avituallamiento, y como siempre dos botellas de agua: una y media para ducharme y la media restante para beber. El tiempo de paso es 1h50 para 22k. Dejamos atrás las casas y empezamos el tramo de cresteo, recuperando nuevamente el de hace unos años, más largo, técnico y empinado. Aprovecho la subida para avanzar tres posiciones más, iniciando el complicado descenso en sexta posición. Justo cuando termino el descenso  oigo el cohete que da la salida a la prueba corta de 25k. Desde ahora ya el recorrido es común, por lo que supongo que me alcanzarán unidades de esta otra prueba.



Entramos en el tramo de la foz de Zafrané. Sin duda el más bonito de todo el recorrido, pero también el que más se atraganta todos los años. Realmente no sé porqué, pero es hacia arriba y siempre me atranco. Esta vez no podía ser menos, y se me hace larguísimo atravesarlo. Entretanto me tomo otro Powergel, k25, llego a la cantera de piedra, k30, y a unos 500 mts llevo a otro corredor que parece que va justillo. Lo alcanzo en el 32, compartimos unos metros y meto el cazo hasta el fondo. En un cruce, en vez de fijarme en las marcas sigo recto, bastante encebollado, y avanzo sin darme cuenta de que es el camino equivocado. Tardo unos 1500 metros en enterarme, y dar la vuelta bastante cabreado. Me he chupado casi tres kilómetros más, casi 15’ cuando ya el terreno que quedaba era totalmente favorable y me sentía muy bien. No sé cuántos me habrán adelantado, pero me ofusco y cometo el segundo error del día, tirar a saco intentando recuperar el tiempo perdido. Mal, muy mal, porque cuando cojo la interminable línea blanca de la antigua vía del tren me encuentro fundido. El camel me lo he pimplado entero, y en el avituallamiento del k38 (hablo de kms de perfil)me tomo mi tiempo. Una buena ducha con manguera, me siento en una caja para rellenar el camel y tomarme otro Powerbar y para adelante.



Los dos kilómetros hasta el 40 se me empiezan a hacer largos. Me he vaciado mucho y lo notan mis piernas y, sobre todo, mis gemelos. Esto último me extraña un poquito, porque si algo he hecho ha sido beber agua como un camello… Vuelvo a beber en este avituallamiento. Sólo quedan 4 pero son esos cuatro en los que se bordea el pueblo y parece que no se llega nunca. El camino se me hace muy eterno. Los kilómetros se estiran como si fueran de goma y no voy, no voy nada. Toca andar. Una vez, dos veces, tres veces… hasta que por fin piso asfalto con los ecos de la megafonía. En la última recta me da un latigazo el gemelo y tengo que parar a estirar. Giro a la derecha y entrada en meta en 4h02’ que era el tiempo previsto, pero que después de cómo se habían desarrollado los dos primeros tercios, hubiera sido bastante más bajo seguro. Me salen 47k en el Garmin, casi 3 más del recorrido marcado. Acabo totalmente fundido. Esta vez sí puedo decir que lo he dado todo. Posición final, 9º. Esto sí me ha sorprendido, porque creía que había bajado más posiciones durante mi “excursión”.



Este es el material que utilicé en carrera:
Zapatillas The North Face Single Track. Una vez más, sólo puedo hablar maravillas de ellas. Los pies aguantaron a la perfección, como si llevara unas pantuflas. Es el tercer par que gasto y, como nota curiosa, estas últimas me da la impresión de que tienen la horma un poquito más ancha. En la salida tenían 106 Kms, trotadas lo justo para acostumbrarlas a los caminos. También aguantaron con nota el agua de las mangueras y de los botellines en los avituallamientos.
Calcetines Altus PRLP. Aquí había dudas. Son nuevos este año en el catálogo de Altus y ni siquiera había probado un par en entrenamientos. Me arriesgué, metiendo un par de los antiguos en la mochila por si acaso, y salió bien. Muy agradables al tacto, con buenos refuerzos en zonas sensibles. Quizás un poquito altos para mi gusto, pero eso también impide la entrada de piedrecillas y polvo. Buena elección.
Camiseta Altus Tahití. La habitual, pero customizada para las carreras de verano. Esto es, con las mangas cortadas (en modista eh, que uno tiene su punto fino) y algo más corta de lo habitual. Pensaba que me iba a dar calor, pero no. Buena absorción de sudor y fácil evaporación del agua de los manguerazos. Y como ya dije en París, queda muy bien en las fotografías.
Mochila Salomon Raid Devil 25. Decidida el mismo día de la carrera a las seis de la mañana, en dura pugna con la Altus Desert. ¿Por qué? Básicamente por el peso, 200 gramos menos a pesar de tener mayor capacidad. Finalmente metí una bolsa camel de un litro solamente, que resultó suficiente pero que tuve que rellenar en un avituallamiento. Esta mochila tiene ya tres años y está como el primer día.
Pantalón Kalenji. No soy especialmente maniático con los pantalones de correr. Utilizo siempre estos en carrera por los bolsillos. Lleva 4, dos a cada lado y uno trasero, y vienen de medio para llevar los geles a mano.
Gorra Altus Alcedo. No me gusta llevar gorra. Me agobia y además no evapora el calor del cuerpo como llevando la cabeza al aire. Por eso lo mejor que puedo decir de una gorra es que no se note que la llevas, y este modelo lo ha conseguido. Ligera, transpirable y de tela muy finita.
Comida. Llevé cuatro Powergel y un litro de agua en el camel. De los geles tomé tres en los k12, k24 y k38. Posiblemente el último algo tarde. De agua, bebí el litro del camel que volví a rellenar y más o menos medio botellín en cada avituallamiento.

Y éste el track de la carrera: